Chárter: Polinesia, el paraíso de ensueño
Sin duda es el sueño de no pocos navegantes. Una singladura entre atolones e islotes nos lleva a tocar las islas de Raiatea a Huaine y Tahaa, que forman parte de nos pocos programas de chárter por estas latitudes de la Polinesia Francesa. L. Bosch
Una semana nos lleva la singladura entre tres de las más importantes islas de Sotavento, Raiatea a Huahine y Tahaa, pertenecientes al archipiélago de la Sociedad de la Polinesia francesa.
Embarcamos en el Mata Fenua, un catamarán de 60 pies dotado de todo tipo de comodidades, perteneciente a la empresa Archipiels Polynesian Cruisers, que gestiona varias esloras pertenecientes al astillero francés Fountaine Pajot.
La capital de la Polinesia Francesa el Papeete, ubicada en la isla de Tahití. Su aeropuerto internacional a pocos kilómetros de la ciudad es el principal nudo de comunicaciones del país, dependiente de Francia y con un amplio abanico de conexiones intercontinentales. Procedentes desde Los Ángeles (EE.UU.) tras ocho horas de vuelo, y vía París, el trayecto suma casi 24 horas, pero vale la pena. Es largo y puede fatigar a quién no esté habituado a estos saltos aéreos. La compañía Air Tahiti Nui, no obstante, es la mejor alternativa desde la capital gala, y ofrece un nivel de servicio más que notable. Al día siguiente, tras pocas horas de descanso, desde Papeete volamos a Raiatea, el punto de partida de nuestra navegación.
El puerto de Raiatea
La isla de Raiatea es una verdadera base náutica, y está a poco más de media hora de vuelo desde Papeete. Las principales empresas de chárter que trabajan en estas aguas polinesias amarran parte de su flota en esta isla. Nos espera aquí el Mata Fenua, un catamarán de más de 18 metros de eslora, de la Archipiels Polynesian Cruisers, con representación en Europa gestionada por Dream Yacht Charter. El capitán es Marc, y Sophie, ayudante, marinero y gran cocinera, completa la tripulación. Ella es el alma de este barco. Lo decora, lo cuida, pone a punto los camarotes de los invitados y cuida con atención todos los detalles, como ofrecer un aperitivo tras el baño del pasaje.
Marc, joven pero experimentado navegantes por estos mares, explica a los cuatro ocupantes las nociones básicas de a bordo. El funcionamiento de algunos elementos. El horario, el régimen de comidas, las actividades que desempeñaremos en las próximas jornadas, el manual básico de los sistemas de agua a presión y el empleo de los sanitarios son fundamentales en un barco donde la convivencia se pone a prueba, especialmente entre personas que nos acabamos de conocer.
Hawakiki es lo mismo que Raiatea. Esta localidad representa el segundo centro económico del país y un centro recreo náutico de primer orden. Su puerto alberga una de las bases de la compañía Archipiels, en el puerto de Ururoa, en la costa oriental, que hace también las funciones de estación marítima para los grandes barcos de crucero.
Es una ciudad poco poblada, pero no carece de servicio alguno. Como en los documentales de tierras lejanas, lo más llamativo suele ser el mercado, con pequeños comercios y productos que nos parecen exóticos. La bella isla está rodeada de múltiples bahías profundas y es célebre por sus espectaculares parajes, tanto marinos como de tierra adentro, con cascadas, cráteres, selvas tropicales, plantaciones de vainilla y su medioambiente preservado, donde la rara Tiare Apetahi, la flor simbólica del país y planta única gardenia en el mundo, está protegida.
Soltando amarras
El Fountaine Pajot Eleuthera 60 es un cata sobre todo confortable para navegar bajo cualquier condición de mar. Estable, sin apenas balanceo, señorial navegando, en definitiva, una maravilla a vela. Cuatro camarotes dobles configuran esta versión de uno de los catamaranes de mayor aceptación para el chárter en estas latitudes.
El primer tramo es breve: de Raiatea a Huahine no hay más de 35 millas. Una brisa que no supera los 12 nudos nos desplaza con suavidad. Fondeamos fuera de la laguna.
Las lagunas son las zonas formadas por los arrecifes exteriores al litoral de la isla. El fondo acostumbra a mostrar arenas casi blancas, y con frecuencia pequeños tiburones y otros peces tropicales o subtropicales se dejan ver saliendo de la barrera coralina.
La seducción de Huahine
En realidad desde Raiatea hasta Huahine son pocas millas. La singladura es breve, pero el paisaje, con un horizonte perfilado por nubes y algún que otro islote que no identificamos, es difícil de olvidar. Las brisas del mes de mayo y junio favorecen el confort en la navegación, sobre todo en estas aguas de poco oleaje debido al abrigo que ofrece el archipiélago.
Huahine, denominada en polinesio Matairea, fue bautizada por los descubridores como Hermosa, y está situada a 170 kilómetros al noreste de Tahití, pertenece al archipiélago de Raromatai, que quiere decir sotavento. Esta isla salvaje cautiva al visitante por su frondosa naturaleza y magníficas playas de blanca arena, que invitan a la práctica de las actividades náuticas, tales como el submarinismo, el surf y otras.
Es, sin duda, el rincón más senusal del archipiélago, un concentrado de bellezas con todo lo que podemos encontrar en otras islas. Su enorme laguna de intenso azul, formada por el fino aro de la barrera coralina, abraza todo el perímetro de la isla, llenando hermosas bahías y playas vírgenes de arena blanca, y contrastando con los tonos oscuros del océano exterior y el verde luminoso de la exuberante flora tropical, que asciende a las empinadas cumbres de formación volcánica.
Matairea es, en realidad lo que denominaríamos como una “isla salvaje”, apartada de las demás islas, con un profundo encanto seductor, rica en arqueología de los primeros pobladores, que oculta la magia de las sorprendentes anguilas sagradas de ojos azules. Los principales testimonios de este bagaje cultural son los templos de Orohaehae y “marae”, lugar de sacrificio para los dioses, impregnado de las leyendas del dios Hiro, protagonista místico de la isla.
Los cultivos del plátano, la copra, el melón y otras frutas son los pilares básicos de la agricultura isleña. Los pobladores incrementan sus recursos con la oferta de la artesanía y la atracción que suponen los diversos acuarios naturales formados por los arrecifes de coral en la misma laguna, o los jardines botánicos.
Fondeados fuera de la laguna
Entre las mil actividades que se pueden imaginar en plena naturaleza, aquí el buceo es la más obligada. Es como vivir un documental: los fondos coralinos, la fauna multicolor y las cristalinas y templadas aguas invitan a permanecer durante largo rato. Luego, a media tarde, Sophie ofrece un tentempié y, seguidamente, desembarcamos con el anexo en la isla. En algunos rincones el servicio de restauración y bar está asegurado, especialmente para los turistas visitantes, que no son legión —contrariamente a los que acostumbramos a ver en Europa—.
Huahine nos invita a contemplar las bellas puestas de sol, o a explorar las grutas submarinas, o practicar el surf. El Turi, con 669 metros, es la montaña más alta de la isla y domina toda la isla compitiendo con el Otemanu, de 727 metros, el más alto de la cercana y célebre isla de Bora Bora.
De nuevo la laguna nos tienta a permanecer dos días circunvalando esta isla para conocerla a fondo. Su gastronomía, basada en los numerosos pescados locales, las frutas y verduras autóctonas, constituye un amplio recetario polinesio que nos sorprende, sobre todo, con las muestras exquisitas que prepara Sophie.
El océano y la vainilla
La vainilla es la riqueza principal de la isla de Tahaa, y tiene fama mundial. También las preciadísimas las perlas grises cultivadas, el pareo, los diseños de tatuajes, las olas de surf, la pesca, la belleza de sus mujeres, la blanca tiare (la gardenia nacional) y tantas otras cosas… integran el patrimonio cultural, turístico y económico de Tahaa y sus islas vecinas.
A menos de siete millas de Raiatea y a unas 40 de Huahine, Tahha muestra su flora tropical llena de fragancias y aromas únicos, que emanan las ricas frutas y la vainilla, presente en las grandes plantaciones de esta orquídea. Esta planta no se produce por su función ornamental, sino por su utilidad como preciada especia.
Al caer la noche la bella laguna de Tahaa nos abriga del océano. Tras la visita de una plantación de vainilla optamos por chapuzarnos en el escenario de los jardines de coral, donde nos acompañan enormes mantas, tiburones grises, morenas y otras especies de colores menos terroríficas. El suntuoso almuerzo típico en un motu (islote) es inevitable para completar la estancia en esta isla.
7 y 8 juntas
La vainilla es un producto de primordial importancia. La isla de Tahaa invita a viajero a conocer su cultivo por los mismos productores.
El dilatado tiempo de ocio debe complementarse con alguna acción a bordo, en las que el capitán, Julien, nos deja colaborar. Es como querer trabajar en el hotel de la estancia, pero algo diferente que forma parte de la actividad turística y vacacional de este viaje.
Fotos: Tahití Tourisme y L.B.
9.
Vista aérea de Tahaa y del hotel Le Tahaa Island Resort, confirmación de que en estas latitudes existe algo parecido al paraíso.
Convivir en un cata
Pasar durante varias jornadas en un mismo barco con personas que se conocen por primera vez exige cierta tolerancia, aunque en un catamarán de 60 pies todo resulta más fácil. Una alemana, un polinesio, un australiano, dos franceses y un español, como en un chiste: ¿quién es el que disfruta más? Todos. El paisaje, el tiempo de ocio, las numerosas actividades y visitas a tierra, la placentera navegación y las relaciones personales, llenan las horas de esta travesía. Los horarios son flexibles, la gastronomía, en el barco y en las islas, excelente, y el Eleuthera 60, un cinco estrellas flotante (basta con visitar la web y repasar las tarifas).
El prolongado jet lag nos desvela casi antes del amanecer. Un baño en el más absoluto silencio de las aguas transparentes siempre apetece. La presencia ocasional de algún pequeño tiburón no nos asusta como el primer día. El benigno clima tropical, la brisa y los insólitos parajes a los que nos lleva Marc, invitan a repetidos chapuzones en el océano, mañanas y tardes.
La compañía brinda un servicio atento, exquisito, propio de la calidad de esta experiencia. La fotografía, las breves visitas a tierra, los descansos al sol sobre la extensa red de proa, las charlas “internacionales”, todo hace que el tiempo vuele… El tópico: una inolvidable experiencia en el paraíso.
La Polinesia Francesa
La Polinesia Francesa se compone de 120 islas de origen volcánico o coralino que recubren una superficie emergida de 4.200 km2; dispersadas sobre 2.500.000 km2, una superficie prácticamente equivalente a la de todo el continente europeo. El territorio abarca cinco archipiélagos: La Sociedad, donde se hallan las Islas de Barlovento (Tahití, Mooréa y Tetiaroa) y las Islas de Sotavento (Raiatea, Tahaa, Huahine, Bora Bora y Maupiti); las Marquesas, al norte; y al sur las Australes, y los dos archipiélagos de las Tuamotu y de las Gambier.
Navegación. Las condiciones ideales de navegación se sitúan desde marzo hasta noviembre con tiempo soleado y alisios. Desde abril hasta junio y de septiembre hasta octubre, vientos de 10 a 15 nudos; en julio/agosto vientos más importantes; de diciembre a febrero, riesgo de fuertes precipitaciones. La entrada en las lagunas está claramente balizada, no hay mareas, por lo que la navegación es fácil.
El clima. Los cinco archipiélagos de la Polinesia Francesa están inmersos en la humedad y el calor del típico clima tropical, aunque suavizado por las brisas del océano. La temporada más húmeda, con lluvias casi diarias, abarca los meses de noviembre a abril; y la seca desde mayo a octubre, con muy pocas lluvias y temperaturas se mantienen bastante altas, aunque se ven atenuadas por las brisas marinas. A excepción de las Marquesas y al norte de, los chubascos son abundantes durante la época lluviosa (la temperatura del mar oscila entre los 26° y los 29°C, ideal para el baño. En realidad la vasta área oceánica de la Polinesia Francesa mantiene un clima veraniego prácticamente los doces meses del año, agradable y refrescado por los alisios del Pacífico. La temperatura media varía, según la estación, entre los 25 y 30° C para disfrute de sus habitantes.
Información de interés:
Oficina de turismo: www.tahiti-tourisme.es.
Compañías de chárter: http://www.tahiti-tourisme.es/newprestataires.php.
Vuelos: Air Tahiti Nui . www.airtahitinui.com.
Aeropuerto principal: Faa’a, Papeete (PPT).
Idioma: francés y polinesio.
Diferencia horaria: -12 horas en verano; -11 horas en invierno.
Electricidad: 220 voltios.
Requisitos: pasaporte mínimo con 6 meses de validez.
Moneda: franco polinesio (1 euro = 119,33 FCFP).
Temporada baja: febrero hasta abril.
Temporada alta: septiembre hasta enero.
Temporada media: mayo, junio, julio y agosto.
Foto 1 rec 2
Los archipiélagos de las Tuamotu se sitúan el zona sur de la Polinesia Francesa.
(Fin de recuadro 2)
Eleuthera 60: un catamarán de lujo
El Eleuthera 60 es la segunda mayor eslora del constructor francés Fountaine Pajot, una de las firmas más prestigiosas a nivel mundial en catamaranes a vela.
Este modelo destaca por ofrecer a la vez el confort de un gran dúplex y el placer de la navegación rápida y segura.
Este catamarán, de más de 18 metros de eslora, distribuye en su planta —dispone de tres opciones de interiores— un salón panorámico y luminoso, una inmensa bañera y los espaciosos y acogedores camarotes, que permiten disfrutar en cualquier momento del placer de estar en el mar con el máximo confort. El velamen generoso, el aparejo bien provisto y el doble motor proporcionan al Eleuthera 60 unas prestaciones muy destacables, además de inolvidables experiencias de navegación a sus pasajeros.
Las dos versiones disponibles cuentan con magníficos camarotes, pudiendo elegir entre la versión Orchestra, con su magnífico camarote de propietario formado por la misma cabina con un espacio destinado a despacho, y la versión Maestro, con un camarote completamente privado que alberga una auténtica suite de propietario.
Las ofertas de Archipiels Polynesian Cruisers (www. www.archipels.com), con representación en Europa gestionada por Dream Yacht Charter (www.dream-yacht-charter.com), son amplias y variadas. La compañía propone paquetes con vuelos desde París a Pepeete, y con tarifas por noche, por persona (o camarote) o alquiler del barco entero, con o sin patrón, es decir que dispone de las modalidades más habituales en el chárter internacional.
Características
Eslora: 18,28 m Manga: 8,57 m Calado: 1,45 m Desplazamiento: 18.000 kg Sup. vélica: 110 m2; foque, 70 m2 n Motores: 2×75 Hp Capacidad de combustible: 1.000 l Capacidad de agua: 795 l n Plazas: 10 Versiones: Maestro, una cabina propietario y dos cabinas dobles; y Orchestra, una cabina propietario y tres cabinas dobles Arquitectos: Berret / Racoupeau Constructor: Fountaine Pajot, www.fountaine-pajot.com