Vamos formando una tripulación para nuestro velero. Es importante distribuir las posiciones para que todo el mundo lo tenga claro. TEXTO E ILUSTRACIÓN: ISIDRO MARTÍ (ESCUELA ÁREA NÁUTICA)
Existen unas normas básicas para que las maniobras salgan correctamente. Lo mejor es organizar las posiciones del barco sin ponerle el nombre del tripulante, para desarrollar así las responsabilidades y obligaciones del mismo. Dicha posición la puede ocupar indistintamente una persona u otra, y así sabrá lo que tiene que hacer. Vamos a proponer una organización que a lo mejor no es perfecta pero que nos puede ayudar.
Proa. Es la posición más avanzada del barco. Es el encargado de que las maniobras en proa funcionen correctamente. Se encargará de que las velas se icen y arríen correctamente. Elegirá la driza correcta. Amurará la vela en proa. Colocará el saco de velas para que ésta entre bien en la guía del estay. Mientras se iza la vela mirará que la relinga no se enganche en la entrada de la misma. Se ocupará de que el saco esté abierto y los tomadores sueltos durante la izada. Se cercionará de que las escotas están bien colocadas en el puño.
Una vez izada la vela comprobará la tensión de driza. Si lo que se iza es el espí, colocará el tangón, armará la maniobra del mismo: contra, amantillo braza y escota de espí. Elegirá la driza de espí. En caso de maniobra de trasluchada es el encargado de que el tangón pase de una banda a la otra, y realizará el cambio de braza “vieja” por el de braza “nueva”.
También es el responsable de que las velas se arríen correctamente, que no vayan al agua, y de inmediato les pasará un pasador para que no flameen. En regata será el responsable de que la vela arriada entre dentro del barco bien plegada sin molestar a la maniobra. Los génovas se suelen plegar en cubierta mientras que los espís se bracean dentro. Todo lo dicho hace que el proa sea muy consciente de que la maniobra previa de brazas, escotas de génova, espís y drizas estén correctamente pasados, sin vueltas ni cruces. También será el encargado en la salida de una regata de avisar los barcos que vienen por proa o sotavento, así como la distancia que queda para la línea de salida.
Palo. El palo es el pulmón del barco. Su cometido principal es izar las velas. Ha de estar en forma y trabajar la posición para que todo funcione. Ayuda mucho al proa, sobre todo en las arriadas. Es bueno que el palo también controle las escotas y la maniobra. Un palo inteligente siempre mirará hacia proa para ver que se iza correctamente y no existen problemas. En caso de izar la mayor estará muy pendiente de la entrada de la misma en la guía en caso de que sea necesario. Ayudará al proa a plegar los génovas. En caso de tomar rizos, será el que amure la vela en el nuevo rizo después de ayudarla a bajar.
Piano. El piano reparte juego. Es el encargado de las drizas. Se ha de conocer perfectamente la disposición de cada una. También controlará el amantillo de la mayor, el amantillo del tangón, la contra del tangón y la contra de la botavara. Por si esto fuera poco, también trabajará los barbers de génova, de escota y braza de espí.
El piano es la conexión entre la proa y la popa. Un buen piano se ha de adelantar a la maniobra. Tiene que tener las drizas listas y adujadas antes de arriar, ha de controlar la tensión de las drizas, por lo que se hará marcas en los cabos para saberlo sin necesidad de mirar a proa. A veces el piano verá que en sus winches se trabaja la escota de espí, por lo que lo ha de tener presente. El piano ayuda a sacar las velas por el tambucho y también las meterá dentro cuando estorben. Como podemos ver, el piano no se aburre.
El piano es un íntimo del proa, ambos dependen el uno del otro, y con la ayuda del palo harán feliz al patrón haciendo que todas las maniobras vayan como una seda y no se oigan demasiados gritos, sólo los necesarios para escucharse mutuamente si el viento arrecia.
Los trimers.Se encargarán principalmente de las escotas. Cazarán y amollarán las escotas del génova, y serán responsables de que estén bien trimados, asegurándose de una correcta posición del carro de escota de génova, así como de la tensión de driza y de los barbers. Cuando se ice el espí pasarán a realizar las labores de escota de espí o de braza. En la trasluchada realizarán el cambio de escota “vieja” a la “nueva”, así como de la braza de una manera coordinada y mirando siempre al proa para facilitarle la vida. Es bueno de que se aseguren de que el carro de escota de génova esté en su sitio antes de la izada, y de que las escotas y las brazas de espí estén bien pasadas. No todo lo ha de hacer el proa, en este trabajo se han de coordinar.
El trimer de mayor. Es el responsable de la escota de mayor y del carro. Se encargará además del trimado de la misma, por lo que se ha de coordinar con el piano en lo referente a la contra, el pujamen de mayor y el cunningham. Cazará o amollará la escota de mayor, así como el carro, trabajando con el caña, que le avisará si le tira mucho o poco, coordinando el equilibrio perfecto. En la trasluchada dominará el paso de la botavara de la mejor forma posible, con una buena cazada de la escota en el momento y una buena amollada antes de que el caña se enfade.
El caña. Lleva la caña o rueda. Ha de tener una concentración máxima. En la ceñida estará pendiente de los hilos del génova, bien coordinado con el trimer de escota. También trabajará el trimado de la mayor, con el trimer de escota de mayor, avisándole si la caña tira mucho o poco. En popas también avisará al piano si ha de largar contra de botavara si detecta que el barco se le va de orzada. En la maniobra de trasluchada ha de mirar al proa para que el cambio de rumbo esté coordinado con la maniobra.
El táctico. Prepara la estrategia y la táctica. Diseña la salida, controla la dirección del viento y la corriente, las roladas y las subidas y bajadas de viento. Estudia el campo de regatas, días antes de la misma, durante y después. Preparará la regata estudiando a los barcos oponentes, los peligrosos, los buenos y los malos. Estudiará derroteros y la meteorología de la zona. En regatas largas le podemos llamar navegante, porque decidirá el rumbo y cuando se ha de virar. Avisará al caña si ha de orzar o arribar al paso de otro barco, y se ha de conocer las preferencias y el reglamento al dedillo.
El patrón. Hace lo que imaginamos: mandar. Pero lo ha de hacer con inteligencia, creando labor de equipo y preparando a la tripulación. En algunos barcos el patrón puede ser caña o táctico, o todo a la vez.