El J/99, la nueva creación de J Boats no rompe moldes. Es en todos los aspectos un J. Entonces ¿qué aporta que lo distinga de los demás veleros de su eslora y tipología? Algo que solo se experimenta cuando uno toma la caña: una forma de navegar encantadora que te dibuja una enorme sonrisa de satisfacción desde el momento en que tomas la caña. German de Soler Fotos: EYOTY-Rick Tomlinson/GS
Rápido, estable, fácil de maniobrar, buen ceñidor y con un excelente comportamiento en el planeo. No nos duelen prendas al calificarlo, ya que esto es lo pudimos comprobar a plenitud en Port Ginesta, Barcelona, durante las pruebas de los candidatos a European Yacht of the Year, trofeo en el que compite en la categoría de Regata. Pero es que el J/99 también es una excelente propuesta que se adecúa tanto para gente que lo que quiere es un crucero rápido y estable que dé satisfacciones a la caña para las salidas de fin de semana con los amigos o las vacaciones familiares y que sea sensible al trimado, como para quien se inicia en la competición o para el navegante más experimentado que busque un velero para regatas de altura con tripulación reducida o de tipo barlovento-sotavento con tripulación completa.
Realmente polivalente
Esta nueva incorporación a la gama deportiva del astillero de Les Sables d’Olonne, en la costa atlántica francesa, es efectivamente un velero multipropósito, y así lo refleja el plan de cubierta y el aparejo, que están diseñados y optimizados para que el barco sea fácilmente manejable.
El casco y la cubierta están íntegramente construidos en sándwich de balsa y espuma mediante infusión por el sistema Scrimp con resinas viniléster, lo que permite al diseño lograr un desplazamiento de tan solo 3.800 kilos.
Este es el primer J que incluye botalón fijo de carbono. Está atornillado al casco mediante dos pernos y está aguantado por un barbiquejo de Dynema, de manera que no hay piezas móviles ni aparejos que manejar desde la bañera para extender el botalón como en otros modelo. Está opción tiene sus ventajas, sobretodo en navegación de altura, por el menor peso en proa y la estanqueidad. El aparejo es fraccionado con dos pisos de crucetas retrasadas y jarcia de Dyform y el baquestay es de cabo con una desmultiplicación en cascada 48:1.
Otra característica especialmente interesante es que la sección del palo de aluminio ha sido específicamente diseñada para el J/99 por AG+Spars e incluye un perfil integrado para el gratil de mayor que puede utilizarse tanto con relinga de cabo como con patines o rodillos, en función del tipo de vela y del programa de navegación del propietario. Esta es una solución que ya se implementó en el J112E y que permite aligerar peso y ganar en rigidez. El mástil es pasante y se apoya sobre la quilla sobre una base ajustable.
Por su parte, el carro de escota de mayor se extiende a los pies de la bañera a toda la manga y la escota va montada fija en el centro de la bañera sobre torreta giratoria con una desmultiplicación 6:1 y 24:1 de trimado fino. Ambos, además del baquestay son fácilmente manejables desde la posición de sentados a la banda. Los winches primarios autocazantes de dos velocidades se encuentran bien al alcance del caña mientras que los secundarios están situados a ambo lados del tambucho.
Las velas son opcionales, pero el génova 105% va montado sobre un estay de relinga, el carro es corto y el cazado y la abertura de la baluma se controlan mediante anillos.
El J/99 es un barco que se entrega redondo a un precio base de 114.900 euros, hasta el punto de que hay muy pocos opcionales. Los dos más importantes son los dos timones, que suponen un sobrecoste de 2.835 euros —ya que de serie se entrega con uno solo— y la quilla de vela totalmente de plomo de 2,1 metros —contra los 1,99 metros de la quilla estándar de hierro fundido con zapata de plomo— que supondría otro incremento de 4.025 euros.
La unidad que nosotros probamos era la dotada con quilla estándar y dos palas de timón.
Digamos también que excepcionalmente el astillero ofrece un paquete de gobierno con rueda y la posibilidad de añadir lastre de agua. Una opción, la primera, que el astillero ofrece con las correspondientes modificaciones del diseño de la bañera para que la rueda los sea de verdad, se integre en la maniobra y no sea un simple pegote añadido. Sea como sea, en nuestra opinión, pese a que sobretodo en EE.UU. esta sea una opción con cierta demanda, una rueda limitaría la ergonomía de la bañera. Respecto al lastre de agua, es una opción demasiado extrema para el uso polivalente para el que está concebido el barco.
Y ya puestos en opciones, hay otras que afectan al confort y por tanto al uso del J/99 como crucero de fin de semana o vacaciones cómodas para dos parejas. En nuestra opinión son imprescindibles en caso de que se le quiera dar también este uso al J/99. Nos referimos a la toma de puerto, un cargador de baterías, baterías de servicio adicionales, frigorífico a 12 voltios, camas adicionales en el salón ya que la cabina de proa no es hábil, y un piloto automático directo Jefa (2.420 euros) que el astillero proporciona directamente. También ofrece dos escotillas abribles adicionales en la parte de popa de la caseta y otras dos en la bañera, escalera de baño y cornamusas escamoteables. En total: unos 9.000 euros sin contar las velas. Nada que no se pueda permitir el futuro propietario que desee disfrutar de un plus de confort.
La necesaria comodidad
El interior del J/99 es el propio de un velero de uso mixto. Es correcto en acabados, en la línea a que nos tiene acostumbrados J Composites, clásico en distribución y moderno en aspecto. Vaya por delante que, en aspectos constructivos, el J/99, como todos los J, no admiten crítica: todos los mamparos están laminados o encolados al casco y cubierta, el mamparo principal es de sándwich composite y hay una rejilla estructural también en composite de alta resistencia que recoge las cargas de quilla y palo así como las del mamparo principal.
Destaca por destinar el triángulo de proa exclusivamente a pañol de velas i a baño, lo que deja el resto para distribuir, además del salón, la mesa e cartas y la cocina, dos cabinas. Es una decisión correcta a nuestro entender, ya que permite a su propietario disfrutar de los espacios más amplios en crucero, toda vez que las velas no constituyen en ningún momento un estorbo. Hay que pensar en el extenso ropero de este barco, que incluirá como mínimo un código 0 o asimétrico en crucero y más velas en regata.
Los mamparos y los muebles están acabados en blanco con cantos y superficies de madera y acabados en gelcoat para que sea más fácil el mantenimiento y la limpieza. Siguiendo con este criterio, el plan es laminado con apariencia de madera y el interior del casco ofrece un acabado pintado.
Aunque la cabina de proa se destine a pañol de velas, cabos y demás accesorios, con un espacio abierto separado especialmente dedicado a contenerlas, y también debido a que es ahí donde se encuentra el wc, la escotilla de 50X50 cm de este volumen ofrece luz y ventilación suficiente.
La solución es adecuada al propósito del barco ya que este espacio lo agradecerán tanto los más cruceristas como los incondicionales de la regata.
Por el resto, decir que hay compartimentos de estiba tras los respaldos y que el depósito flexible de 100 litros de agua se encuentra bajo el asiento del salón para centrar los pesos. También hay almacenamiento textil en los lados del casco para tener acceso rápido al equipamiento de uso frecuente.
En cuanto a la cocina, es lo habitual que cabe esperar, en forma de L, con nevera de apertura superior, cocina de dos fuegos, fregadero de inox y agua a presión y suficiente estiba.
También la mesa de cartas ofrece lo necesario, tanto en espacio para colocar instrumentos como en cartas y documentos, además de estanterías bajo la mesa.
Las cabinas de popa, por su parte, ofrecen un armario y estiba adicional bajo la cama y desde ellas se accede al motor, además de levantando la escalera del tambucho, a la transmisión saildrive del Volvo D1-20 con hélice plegable, a los escapes y a los sistemas.
En suma, un interior bien acabado, sencillo y funcional, pero que cumple perfectamente con los programas de navegación del barco ya que es fácil de limpiar y mantener y permite hacer vida a bordo con el suficiente confort.
Lo único que en uso como crucero se puede echar en falta sería la ducha y el agua caliente así como una toma de agua de mar en la cocina. Las dos primeras son fácilmente solucionables ya que el propio distribuidor puede montarlas a petición, per ya nos vamos de la filosofía del barco cuya base es que sea ligero. En caso de que uno la considere un imprescindible quizá hay que pensar en un J/97, de 9,70 metros, no tan ligero más crucero y un pelo más caro porque se entrega con mayor equipamiento de serie como crucero. Otra opción menos compleja es añadir una ducha de agua fría como opcional en la bañera.
Estabilidad y maniobrabilidad
Ya hemos dicho que el J/99 tiene la virtud de dibujar una sonrisa en la cara de quienes lo llevan. Nosotros éramos tres a bordo, salimos a navegar con entre 20 y 24 nudos de real y ola corta de leva, y nos pusimos literalmente a correr primero con el génova y la mayor sin rizos y después con el asimétrico, pero dejando el génova izado como se aprecia en la foto que acompaña este artículo. Con esta configuración alcanzamos los 14,5 nudos bajando la ola y en ningún momento el barco se mostró ingobernable, aunque había que estar muy atentos, especialmente al timón para ayudarle a no irse de orzada. La respuesta a la pala era inmediata, de forma que en ningún momento tuvimos percepción de pérdida de control. La sensación era que estábamos ante un casco equilibrado y noble, que respondía con rapidez y precisión y que, aún obligando a estar muy atentos con el viento con que lo navegamos, perdonaba los pequeños errores y se dejaba dominar. Cierto es que estábamos al límite del rizo en la mayor, en cuyo caso no nos cabe duda de que la sensación de estabilidad de rumbo y equilibrio vélico hubiese sido mucho mayor. Nosotros alcanzamos más de 14 nudos con asimétrico. Otros colegas con vientos ligeros de 0cho nudos le sacaron seis nudos a 35° y lo mantuvieron por encima de esta cifra abriendo el rumbo a 60° con Génova.
El resumen, equilibrio, rapidez, ligereza, estabilidad y sensibilidad. Cinco virtudes que siempre hay que pedirle a un barco pensado para ser competitivo y que el J/99 reúne sin discusión. Si además añadimos que puede correr en cualquier tipo de regata, ORC o IRC, costera, de club o de altura, en doble o con tripulación, y que además permite su uso como crucero, no hay duda que estamos ante una unidad que encontrará fácilmente su nicho y generará incondicionales. Un feliz acierto.
Características
– Eslora total: 9.94 m
– Eslora de flotación: 8.72 m
– Manga máxima:3.40 m
– Calado: 1.99 m
– Desplazamiento: 3.800 kg
– Superficie vélica en ceñida: 61 m2
-Spinnaker: 105 m2
– Motor: Volvo D1 20 Hp saildrive. Hélice de dos palas plegables.
– Capacidad de agua: 100 l
– Diseño: Alan Johnstone
– Astillero: J Composites.
– Importador: J Boats España – Nautamarine,
– Categoría CE: A – Oceánica
– Precio: 114.900 euros, sin impuestos.
LA OPINIÓN DE [N&Y]
Diseño
+ Botalón fijo de carbono.
+ Doble pala de timón.
+ Pañol de velas de proa.
+ Superficies a las bandas del salón.
+ Ergonomía de la bañera.
+ Acceso a la timonería.
Maniobra
+ Maniobra de bañera pensada para navegar a dos.
+ Carril de mayor del palo integrado.
+ Botalón fijo de carbono.
Habitabilidad
+ Superficies a las bandas del salón.
— Falta toma de mar en cocina.
—Debería haber una ducha en el pañol de proa.
FOCO EN