Alguien dijo una vez que “la moda es algo tan horrible que se ha de modificar constantemente…”.
En el mundo de la automoción, sector de referencia útil para comprender en muchas ocasiones con ejemplos lo que acontece en el de la náutica de recreo, las modas llevan a los fabricantes a imponer tendencias que son seguidas por legiones de consumidores, como si hubieran descubierto el coche de su vida, el más adecuado, el que necesitaban. A veces, lo mismo ocurre con las embarcaciones, en especial las de motor, con más tipologías, variedad y tamaño que los veleros. El fenómeno de las nuevas open “con alas” es mucho más rotundo que el que fuera en su momento el boom de los 4×4, o el de los SUV actualmente.
Las embarcaciones open o abiertas se han impuesto. Las daycruiser —tal como se denomina ahora con más propiedad esta tipología de cruceros de día— han tomado el mercado definitivamente, como los SUV las carreteras. Con tal rotundidad que no hay prácticamente astillero que no disponga de su open de día o daycruiser, de su weekender, barco para el fin de semana, o de su “barco ideal” en una o varias esloras.
Y es que la moda de las open ha surgido con tal fuerza que cualquier marca que no disponga de este tipo de barco pierde una buena cuota de mercado.
Lo que empezó hace ya algunos años con un atrevido Wally, modelo extraño y llamativo, derivado de un superténder (barco auxiliar de un superyate), ha ido evolucionando hasta que hoy los salones y los pantalanes están dominados por esta tipología de barcos. Una cubierta con amplios espacios, protegida por un hard top o techo duro que se prolonga con toldos desplegables, a mano o eléctricamente; una configuración walkaround, que permite circular todo alrededor del barco, con la borda alta para garantizar la seguridad en los desplazamientos por la cubierta; una gran plataforma de baño —muchas veces, si la eslora y el presupuesto lo permiten— hidráulica; y un solárium o dos para disfrutar de las permanencias en el fondeo en la cala cercana al puerto base, además de la inevitable dinete o salón al aire libre para compartir las horas de motor parado. Toda una isla flotante con todas las comodidades imaginables, cocina al aire libre y una cabina para cuatro o para dos, para las noches ocasionales.
Pero a todo esto se añade lo más espectacular. ¡Ah, sí! Los costados desplegables, las plataformas laterales, las terrazas sobre el mar… En suma: las alas. Y es que la moda ha llegado a las cubiertas. Uno de los primeros barcos que se abría fue el Evo, un diseño ciertamente revolucionario que desplegaba sus amplias alas y la popa se prolongaba en una plataforma que hacía al mismo tiempo la función de pasarela. Era espectacular, y continúa siéndolo. Otra marca pionera fue la polaca Galeon que ha mantenido este detalle en la mayoría de sus modelos en una amplia gama de esloras, desde los más pequeños hasta los mayores, con auténticas terrazas sobre el agua, dotadas en ocasiones de barras de bar y taburetes. Todo un chill out marítimo de quita y pon.
Pero a la zaraga han ido la mayoría de las primeras marcas europeas, las de vocación mediterránea, no atlántica. Y en este caso Fjord rompió moldes porque en poco tiempo se impuso en toda Europa con una serie de modelos muy funcionales, hechos para vivir a bordo, para permanecer en largas estancias de día fondeados en calas. Posteriormente ha surgido una larga lista de marcas que ha adoptado alas en sus barcos abiertos.
Pero cuando un elemento como éste vende, amplía las posibilidades de cubierta, especialmente durante las horas de fondeo, que son las más en el Mediterráneo, basta con adoptarlo en el barco para que se convierta en un fuerte atractivo de venta, una singularidad que permita multiplicar su uso a bordo y que, sin duda, causará sensación entre sus vecinos de fondeo en la cala.
Las “alas” de los barcos de mayor eslora adoptan sistemas hidráulicos para abrirse; otros recurren a los motores eléctricos; y algunos, los más humildes, mediante cabrestantes manuales, con poleas y cables. Al principio, como toda innovación, los más críticos y agoreros denunciaban que tener costados “abribles” era un peligro, que si entraría agua, que el barco perdía su integridad… Ante las innovaciones siempre surge el recelo y la desconfianza, cuando no la envidia.
Pero, como decimos, ahora casi todos los barcos que pueden tenerlas, las tienen. Y, si en algún caso, como se da, esto de las terrazas laterales es un opcional dentro de la lista de equipamiento… se cataloga como un error de cálculo. El elemento de mayor reclamo de venta no puede ser opcional. Ha de venir de serie.
Los modelos open de tipología daycruiser son muy diversos, porque abarcan un rango de esloras entre los, digamos, 8 a 9 metros y más de los 50 pies, o sea, algo más de 15 metros.
Pero hemos de distinguir entre la llegada de las open o daycruiser y la adopción por parte de estos de las alas. Las daycruiser, con Wally y Fjord surgieron hace una década escasa; y la adopción de los costados desplegables es mucho más reciente, con la aparición de las Galeon y las Evo.
Entre las open tenemos de todos los colores tamaños y precios; con todo tipo de motorizaciones, en particular con fuerabordas, pods y dentrofuerabordas. Sin embargo, podemos afirmar que las nuevas open son el resultado de una restructuración en el ocio náutico que descubre un nuevo tipo de barco, con interiores que cumplen más que con lo mínimo en cuanto a habitabilidad, pero que sobre todo se abren al mar.
Es, como decimos, la consecuencia de una mutación que se produce en los primeros años después de la crisis de 2008 a 2010, con propuestas más asequibles en comparación con los barcos dotados de flybridge, completos apartamentos flotantes. Las open son barcos que se reconvierten en plataformas flotantes, en islas completas, para ser usadas de día. Y esta metamorfosis de estilo se mantiene y se refuerza cada día más, porque la mayor parte de los usuarios (mediterráneos) del motor (en España de promedio no se superan las cien horas de uso de motor anuales) se pasan la mayor parte del tiempo en la ensenada, entre chapuzones y aperitivos; entre horas de bronceado y tentempiés. Y esto es lo que el navegante actual quiere, estar en el mar, y no tanto tragar millas, aunque parezca una paradoja. Como puede ser que al disponer de una confortable cabina para pernoctar resulte en cierto modo una ironía.
Otra particularidad es la velocidad. Las nuevas open no pueden ni deben se lentas. Sus motores han de posibilitar entre los 30 y 40 nudos. Porque una cosa es tragar millas, y otra recorrer unas pocas para llegar al mejor punto de fondeo, que está casi a tiro de piedra. Un golpe de gas a fondo no hace daño a nadie y divierte, aunque sea solamente por volar unos minutos a 40 nudos o más.
Pero aparte de todo lo anterior hay una característica que es la fundamental en estos barcos: la estética, la belleza, el primer impacto visual, resultado del diseño y la destreza de sus creadores encaminados a cautivar al posible comprador. Y ahí está la clave. Es el amor a primera vista que a veces tanto nos pierde. Y con los barcos también ocurre. Líneas sobrias y minimalistas, clásicas, futuristas, llamativas o discretas, con cubiertas despejadas, de fácil tránsito que invitan a subir a bordo, a imaginar felices estancias en el mar. Esto persiguen los astilleros. Y para gustos colores, porque tenemos embarcaciones open con alas, o sin, para todos. Unas basadas en la exclusividad y la elegancia de un perfil impecable; otras más familiares y funcionales, que buscan la clientela más familiar, con niños, por ejemplo.
El equipamiento también determina el caché de la marca, y desde luego el precio: aire acondicionado, plataforma hidráulica, elementos de carbono como el hard top, toldo parasol eléctrico, neveras, máquinas de hielo, cocina y demás elementos, como puede ser incluso un ingenioso jacuzzi en la proa, forman parte de la interminable lista de gadgets adoptables.
Este es el nuevo mundo de las embarcaciones open con alas, que se despliegan para captar la atención en pantalanes de salones y en las calas. Y de ello será testimonio, desde luego, el Salón Náutico de Barcelona, que en octubre mostrará varios modelos pioneros en este segmento, novedades o no, pero principalmente sí, porque lo de las “novedades” se ha acumulado desde el año anterior, tal como ha ocurrido en otras ferias náuticas.
Algunas marcas con alas… o sin
Embarcaciones open que estarán, o no, en el Salón Náutico de Barcelona
Bronson es firma holandesa que parece haberse colado en esta lista por diversas razones. Difícilmente un holandés va al Mediterráneo, y más difícilmente un barco construido en aluminio, se expone en el Mediterráneo. Pero Bronson, marca perteneciente al astillero Steeler es un fenómeno, porque sus barcos se cuentan entre los mejores de Europa, y prueba de ello es elenco de galardones y nominaciones con que cuenta como Barco Europeo del Año (EPY). La Bronson 50 hay que verla, aunque sea en foto o en vídeo, porque es única: el paradigma del ingenio aplicado.
Cranchi ha entrado con fuerza en este grupo de embarcaciones con la reciente A46 Luxury Tender, un barco “desplegable” de impecables acabados y buen diseño. Un modelo que viene a recuperar la buena imagen de esta marca de larga tradición y emblema italiano. En esta eslora lo ofrece todo, con detalles de lujo, pero con buenas soluciones prácticas para la vida a bordo. Una marca que nunca falta en el Salón Náutico de Barcelona.
De Antonio Yachts es astillero nacional que ha experimentado un crecimiento espectacular, con una gama muy completa de esloras, con un diseño realmente de calidad y muy personal, y con la característica común de motorizaciones con fueraborda ocultas. Sus barcos no dejan indiferente, y las aportaciones de la marca, innovadoras, le han valido dos nominaciones al EPY (con el D28 Open en 2018, y con el D42 en 2020) y un galardón al ser el mejor barco europeo del año en 2019 con el D46. En el Salón Náutico de Barcelona expondrá su buque insignia, el nuevo 50 Open, un conjunto de innovaciones aplicadas —con jacuzzi en proa— que lo convierten en uno de los más atractivos del certamen.
Evo Yachts fue marca pionera —nacida hace siete años en el norte de Italia— en abrir sus costados, elevar hasta el pantalán su plataforma de popa, o sumergirla a modo de escala real, de piscina. Evo, es la culminación de un diseño italiano rompedor, imitado posteriormente por varios, pero con el atractivo de una imagen única, muy exclusiva y determinante. La patente denominada XTension, que abre los costados y prolonga la popa, se repite en un modelo tras otro a escala en todos los barcos de su corta gama con más éxito del que se puede imaginar.
Fjord con su amplia gama de modelos fue nominado al EPY 2021 por su 41XL. Sin duda ha sido una marca que apostó por este tipo de barcos abiertos desde el primer momento y la que popularizó en el mercado este producto inspirado en las superténder, auxiliares de grandes superyates. Ha marcado la pauta y ha sido imitado hasta la saciedad, y en este caso, quien da primero da dos veces. Ahora es referencia en este segmento. Barcos funcionales, sobrios, prácticos y con la garantía del grupo alemán Hanse, uno de los gigantes de Europa.
Invictus está entre los más grandes de Europa, y su gama abarca un amplio abanico de esloras. La primicia de este año es la TT460. Un diseño que pertenece a una de las mejores firmas del momento, Christian Grande, cofundador también de esta marca del sur de Italia. Elegancia, formas originales y una distribución inteligente definen este “barcazo” de visita inexcusable en el Salón Náutico de Barcelona.
Jeanneau es una de las marcas superventas en muchos segmentos a motor. La serie Cap Camarat es una de las más célebres y sus modelos han popularizado el sistema de los costados con apertura. El último modelo, la 12.5 WA con fuerabordas se ajusta al paradigma de las nuevas open: espacio, velocidad y funcionalidad, con un diseño que no rompe con una estética agradable. Será una de las atracciones del Salón Náutico de Barcelona.
Pardo es un astillero que también produce veleros, pero que en el mundo del motor entró en 2017 con mucha fuerza. Por el momento dispone de cuatro modelos ente los 38 y los 60 pies. Las Pardo se cuentan entre las embarcaciones más bonitas del mercado, y su estilo destila toda la esencia del diseño italiano. La Pardo 38 obtuvo el EPY de 2020, en reconocimiento al mejor barco de su segmento por sus aportaciones en equilibro estético, distribución y prestaciones en navegación. Pardo está en el Salón Náutico de Barcelona.
Rio Yachts es la marca italiana que ha entrado últimamente en este segmento con dos modelos, la ya popular Daytona 34 y la nueva Daytona 46, esta con alas laterales y amplios espacios en la cubierta. Una marca que este año cumple su 60 aniversario y que estará presente en el Salón Náutico de Barcelona.
Solaris Power es una de las marcas más jóvenes en este nuevo mundo que ha irrumpido con diseños realmente bellos, dotados de una elegancia clásica poco vista en la náutica. En su corta vida de tres temporadas ya ha obtenido un EPY 2020 con su eslora 48 Open. Y este año presenta en la misma línea la 44 Open, un barco tipo lobster de formidables líneas, que estará en el Salón Náutico de Barcelona. La marca es el resultado de tres fenómenos de la náutica internacional: Guiseppe Guiuliani, propietario de Solaris; Norberto Ferretti, fundador del astillero que lleva su nombre; y Brunello Acampora, arquitecto naval de Victory Design. Una gama con cinco modelos entre los 44 y 70 pies para los amantes de la exclusividad… y la belleza sobre el agua.
Tesoro Yachts es otra marca nacional que se ha estrenado con una eslora de 38 pies con muy buena acogida. Está con otros proyectos de mayor tamaño, seguramente una eslora de 47 pies. Su diseño recoge lo mejor de las demás marcas, combinando en un solo barco buenas ideas bien aplicadas, pero, sobre todo, con una preocupación por la buena navegabilidad.
Wally es una de las marcas más exclusivas del mercado internacional. Sus barcos se basan en diseños minimalistas. Produce vela y motor, y fue el “culpable” de este nuevo segmento de superténders que, posteriormente, se ha reconvertido en este grupo de open dotadas de todo tipo de funciones.
Windy es marca nórdica entre las mejores del continente, con larga tradición y prestigio por la calidad de sus productos, elegantes y marineros. Ha estado nominado al EPY en 2020 con la SR44, una open de estilo ténder basada en unas líneas muy personales, clásicas y destinada a facilitar en confort a bordo. Es marca que siempre ha estado presente en el Salón Náutico de Barcelona.