Por el simple hecho de que el velero está en movimiento, el viento real que está soplando incide sobre el barco de una forma distinta a la que sopla realmente cuando el barco está detenido. Es el denominado viento aparente.
Autor: Albert Puerto
Veamos un ejemplo clásico. En un día de viento real de 10 nudos se encuentran dos patrones en el puerto recién llegados del mar. Uno comenta que ha navegado con viento bastante fuerte, frío y rociones. Y el otro que ha pasado calor, pues la situación estaba muy calmada ¿Cómo puede ser? Simplemente, por que uno iba de ceñida, y el otro de popa. Uno navegaba con un aparente de 15/16 nudos, y el otro con un aparente de 5/6 nudos. Eso sí, el viento real es igual para todos, 10 nudos. Hay que tener muy claro que el velero navega con el viento aparente, no con el real.
Los catavientos en los obenques y en el backstay permiten conocer in situ la dirección del viento aparente. Hay que pensar que el aparente siempre sopla de más a proa que el real, que en ceñida la intensidad del viento aparente es superior al real, en el través más o menos se igualan y en popas la intensidad del aparente siempre es de menor que la del real. El viento aparente es la suma geométrica del vector de viento real (intensidad y dirección) y el vector de la velocidad del vehículo (rumbo y velocidad)
La dirección del viento aparente mostrada en los catavientos de los obenques sirve para el óptimo trimado de las velas, pues el velero navega con el viento aparente. Gracias a ellos, es fácil observar si se navega de ceñida o del través, y, sobre todo, es muy útil para navegación con espinaker, pues ayuda mucho en el momento de regular el ángulo del tangón. También la información de los catavientos es muy gráfica navegando en popa cerrada con vientos medios o fuertes, pues indican en qué momento se está navegando con el viento trasluchado.