El transporte de embarcaciones de recreo por vía marítima se ha especializado en los últimos años de una manera asombrosa, quizá porque sea una de las mercancías más delicadas para manipular, tanto por su naturaleza como, sobre todo, por su valor. NACHO CIGALAT
Hoy en día se convierte en una aventura contratar con compañías navieras convencionales o, dicho de otro modo, en buques portacontenedores un transporte de embarcaciones de recreo. La mayoría de estas compañías no está acostumbrada a manipular otra cosa que no sean contenedores y, muchas veces, por no complicarse el trabajo lo rechazan de manera sistemática o, en su contra, piden cantidades fuera de todo criterio. Cuesta entender que aunque sea una mercancía bastante cara no admita cualquier valor añadido sin límite.
La especialización del sector ha crecido enormemente los últimos años. Esto está provocando para el sector náutico internacional la apertura de nuevos mercados en el resto del mundo sin tener que limitarse a los más próximos a sus astilleros. Son empresas muy especializadas en este tipo de transporte con unas medidas de seguridad extremadamente exageradas, ya que son muy conscientes de lo que están manipulando. En ocasiones, se llega a multiplicar por tres los límites de seguridad que una embarcación pudiera requerir.
Tipo de transporte
A continuación, vamos a ver los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta a la hora de elegir el tipo de transporte que se debe hacer acorde a las condiciones de una embarcación.
1. Barcos portacontenedores
– La carga debe ser siempre sobre contenedor Flat Rack, evitando el contenedor convencional cerrado.
– Las medidas de eslora por manga y por altura total deben permitir situar la embarcación en el flat rack, de manera que las grúas del puerto puedan izar el conjunto —flat rack más embarcación—de las cuatro esquinas del propio contenedor sin dañar la embarcación. Operación bastante económica.
– La manga debe ser menor de seis metros, ya que la mayoría de puertos en España no puede manipular medidas más altas por no disponer de separadores de eslingas de más de seis metros.
– No debe de pesar más de 45 toneladas (Incluido agua y combustible).
– Tiene que disponer de cuna para su apoyo.
2. Barcos de carga rodada
– Para poder introducir las embarcaciones en este tipo de barcos, ya que son parecidos a garajes, se necesita que la cuna de la embarcación disponga de ruedas. En caso contrario, se fijaría sobre una plataforma similar a un contendor Flat Rack pero con ruedas.
– En estos barcos hay bastantes limitaciones por las medidas dependiendo del tipo de embarcación y de la mercancía ya estibada en ellos.
– La gran mayoría de las puertas de acceso a estos barcos tiene un altura aproximada de cinco metros, lo que quiere decir que si le sumamos a la altura de la embarcación, aproximadamente, 90 centímetros del mafi, más la altura de la cuna, el total debe ser menor que la altura de la puerta.
3. Barcos especializados portaembarcaciones
– Cualquier tipo de embarcación sin límite de medidas puede ser estibada en este tipo de barcos.
– Si no se dispone de cuna de apoyo, y/o es muy difícil conseguirla, no nos tiene que preocupar: estas compañías suministran cunas que son standard y se adaptan a cualquier tipo de embarcación. Y si hace falta, hasta son fabricadas “in situ” especialmente para ese tipo de barco.
– Es una operación complicada y, a su vez, espectacular, pero al estar dirigida en todo momento por personal de la propia compañía naviera está más que controlado cualquier mínimo detalle, demostrando desde el primer momento profesionalidad y seguridad.
Estibar la embarcación
Una vez elegido el tipo de transporte, según los precios obtenidos y los criterios mencionados más arriba, hay dos elementos que son vitales para la seguridad de estiba de la embarcación a bordo del barco durante su travesía:
– La cuna: si la suministra el propietario de la embarcación tiene que acoplar perfectamente con el casco, pues podría dañarlo y mermar de apoyo a la embarcación, lo que restaría estabilidad y seguridad.
Las cunas que suministran las compañías especializadas son estándar, por lo que se adaptan a cualquier tipo de casco. Eso sí, su posición debe ser justo en la parte del casco donde están situados los refuerzos de su propio esqueleto y así evitar que el peso pudiera dañarlo.
– Trincaje: esta es la operación que va a determinar el éxito o el desastre final del transporte. Aquí no se puede escatimar. El trincaje es lo que va a impedir los movimientos, aunque sean mínimos, tanto de la cuna como de la embarcación durante la travesía. En esta operación hay que tener mucho cuidado donde se amarran las cinchas, teniendo que evitar partes delicadas de la embarcación y buscar puntos suficientemente fuertes y resistentes, como las bitas.
Como se ha podido observar hay muchos detalles a tener en cuenta tanto a la hora de elegir el tipo de transporte como para realizar una estiba correcta de la embarcación y, sobre todo, segura a bordo del barco. Por todo ello es necesario recurrir a una empresa especializada en transporte de embarcaciones para asegurarse el éxito del transporte y evitar alguna sorpresa desagradable.
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Nota: el autor es director de Yachts in Motion S.L. y asesor en Transporte Internacional.