Bruno y Willy García no necesitan presentación en el mundo oceánico español. Desde hace más de 20 años, han dedicado buena parte de su tiempo libre y sus ahorros a navegar y correr regatas de altura, desde la AG2R a la Mini-Transat. Cardiólogo de profesión, hace cuatro años, Bruno participó en la Barcelona World Race con uno de sus ídolos, Jean Le Cam, pero la experiencia se truncó al romper el palo camino de Cabo Verde. Ahora vuelve a la carga, nuevamente de la mano de la FNOB, y con su hermano como compañero, que se gana la vida como comercial. Kiku Cusí
¿Por qué queréis dar la vuelta al mundo?
Willy: Es un sueño desde que leo los libros de los grandes navegantes y desde que navego en solitario. Si ahora tengo la oportunidad, tengo que intentarlo.
Bruno: Porque es la cumbre, el concepto más sencillo y más bonito de navegar. Lo sueñas desde niño, desde que coges el libro El principito, ves la bola del mundo y te preguntas cómo puedo dar la vuelta aquí.
¿Desde cuándo soñáis con dar la vuelta al mundo navegando?
W: Desde hace unos 20 años.
B: No lo recuerdo. Seguramente desde que leía libros y revistas con los Poupon, los Peyron, los Ugarte,Bargués y compañía. Y desde la vuelta al mundo del Fortuna y leí el libro de Isidro Martí.
¿Cómo os apañáis, como amateurs que sois, para dejar el trabajo y la familia cuatro o cinco meses para vivir este sueño?
W: En mi caso el trabajo es una empresa familiar que creó mi padre, que es quien nos inició en la navegación. Por eso él entiende perfectamente ese sueño de dar la vuelta al mundo y no pone impedimentos. La familia, también; mi mujer entiende que esa es una oportunidad importante para mí. ¿Los niños? Lo han asimilado y ahora lo que quieren es que pueda completarla, que no tenga que volver sin acabarla como le sucedió a Bruno hace cuatro años.
B: Primero, porque tengo unos grandes compañeros; y además, pagando el precio antes y después, no dejando de hacer ningún trabajo porque navego. En cuanto a la familia, es más difícil, pero ya nos conoció con ese defecto. Lo acepta cada vez mejor.
¿Cuáles son vuestros objetivos en esta Barcelona World Race?
B: Pasármelo muy bien, aprender mucho; llegar al Gran Sur sigue siendo un sueño, y si lo cumplo con Willy aún mejor; vivir la experiencia y regatear.
W: Primero, estar en la salida con un barco suficientemente preparado para competir. Y segundo, cruzar la línea de llegada. Y disfrutar con mi hermano, aunque sé que habrá días que no disfrutaremos tanto.
Vosotros venís del mundo del mini. ¿Cómo se pasa de un mini a un Imoca, como si nada?
W: Es un salto muy grande. De todas formas, son barcos bastante parecidos en conceptos, con quilla pendulante, botalón, asimétricos… Además, ya había hecho algún transporte en imocas; te tienes que anticipar más a los acontecimientos que en un mini.
B: Yendo al gimnasio, cosa que no hago. Jean Le Cam siempre dice que los barcos son barcos, aunque los esfuerzos en un Imoca son muy distintos. En el mini puedes improvisar y apurar, y en un Imoca te tienes que anticipar y no puedes arriesgar; eso lo sabemos, pero falta saberlo aplicar.
¿Qué es lo que más teméis?
B: Aparte de los miedos físicos (¡que Willy se caiga al agua!), miedo a averías que no sepa solucionar; miedo a tener miedo; y, como siempre, sobre todo miedo a que pase alguna cosa en tierra, en la familia, mientras yo esté fuera.
W: En los mares del Sur no he navegado nunca y esas borrascas tan seguidas que puedes sufrir allí. Pero también las he cogido en el Atlántico y te vas adaptando, vas entrando en un rodaje. Más que miedo, tengo curiosidad por ver cómo será.
¿Cuáles son vuestros principales retos?
W: Llegar a la salida y a la llegada. Supongo que estar en la salida se cumplirá si seguimos paso a paso como hasta ahora. Llegar ya es un sueño; y si además lo hacemos sin parar por el camino, será el súmmum.
B: El reto principal es vivirlo y pasarlo bien; llevar lo mejor posible los momentos difíciles y aprender a nivel personal y deportivo para lo que pueda venir después. No quiero que sea el final de un camino, porque ya lo viví hace cuatro años, y vi que los sueños se pueden romper. Pero aunque pasen cosas, hay un gran aprendizaje.
¿Cuáles son vuestras armas?
B: La convivencia. Nos conocemos, hacemos muchas cosas juntos, no solo navegar, y nos lo pasamos muy bien.
W: Alguna tenemos. Nos conocemos mucho, compartimos muchas cosas, montaña, competiciones, hemos hecho triatlón juntos. Nos complementamos muy bien; cuando uno está un poco bajo de moral, el otro lo anima, y ese es nuestro punto fuerte.
¿Puedes concretar un poco más esa complementariedad?
Bruno llevará más la navegación, la estrategia, porque tiene un poco más de experiencia. Lo hablaremos todo, pero la última decisión será suya. Yo trabajo más en las maniobras físicas. Ya lo iremos viendo, pero no creo que sea un gran problema.
¿Cómo preparáis el barco?
W: Tenemos un equipo técnico, que forman Rubén, Óscar y Víctor, y tenemos reuniones a menudo. También recibimos consejos de Pepe Ribes, que es amigo y que creyó en ese proyecto desde el primer momento y nos sigue apoyando.
B: Tenemos un chat en Whatsapp en el que Pepe está incluido, para seguir el día a día. Su consejo técnico es muy valioso. Y también nos ayuda Jean Le Cam, aunque más a distancia.
¿Qué papel esperáis hacer?
B: Acabar. Estar en la salida ya será un gran reto. Y si acabas, mal quedas: quien acaba, triunfa. Me gustaría mucho dar alguna sorpresa.
¿Y después de esta Barcelona World Race?
W: Volver a casa y volver a trabajar. Eso es importantísimo.
B: ¿Futuro? Por ahora, otra Barcelona World Race. Y viendo lo que está haciendo Alex Pella, la Ruta del Ron y el Class 40 tampoco están nada mal.