Trucos: Albert Puerto
Maniobra
Encapillar un noray
Encapillar es la manera correcta de colocar y disponer las amarras en un noray permitiendo que las gazas de distintos barcos queden operativas, sin molestarse unas a otras.
En principio, si cada barco que llega deposita sus amarras en el noray, se establece un orden preferente de uso. Es decir, si se deposita una amarra sobre otra, la primera solo podrá soltarse si se suelta la segunda antes.
El sistema de encapillar permite que se puedan afirmar tantas amarras como se quiera, siempre que la posterior pase por el interior de la gaza de la anterior. Para ello, se pasará la nueva gaza desde abajo por el interior de la gaza existente, abrazando posteriormente el noray. Así, tanto la primera gaza como la segunda se pueden largar en cualquier momento sin tener que tocar ninguna de las existentes. Para que el encapillado de amarras sea posible es necesario que las gazas sean grandes, con tamaño en relación al noray que se utilice. Si las gazas son pequeñas no permitirán colar por su interior la gaza de la nueva amarra.
Meteorología
El peligro de los chubascos
El chubasco es un fenómeno meteorológico consistente en la repentina aparición de aguaceros intensos acompañados de vientos fuertes o muy fuertes pero de corta duración. Su origen está en el desmoronamiento de los grandes cumulonimbos, que arrastran una cantidad considerable de agua y, sobre todo, una masa de aire que circula a mucha velocidad.
No puede haber chubascos sin cumulonimbos, así que la observación del cielo es la medida preventiva más efectiva ante este tipo de fenómenos. Conforme va ascendiendo la masa de aire caliente y húmedo, el cumulonimbo va aumentando su tamaño y cargando enormes cantidades de agua. Llega un momento en que la fuerza ascensional de la masa de aire no puede aguantar el peso de tanta agua, así que se desploma por gravedad, y se invierte el proceso, empezando a caer toda el agua acumulada. Este desmoronamiento del agua acumulada arrastra consigo una gran masa de aire espoleada por el agua que cae. Este fenómeno aparece en las tormentas, típicas de primavera y otoño, que es cuando existen mezclas de masas de aire de distintas temperaturas que dan origen a los enormes cumulonimbos.
Siempre es recomendable intentar esquivar estas grandes nubes, que son las que en algún momento pueden producir chubascos. Esta táctica es la que utilizan los aviones, bordeando la parte alta de estas nubes. Si se cuenta con radar a bordo, puede seguirse la trayectoria de los chubascos, pues producen eco en la pantalla.
Si el encontronazo es inevitable, se llevarán las escotas a mano y se tendrán listas las drizas a la espera de la aparición del viento duro. En ese momento, se dará rumbo cómodo recibiendo el viento por la aleta como corriendo un temporal, pues fácilmente el viento puede arreciar hasta los 30/40 nudos, y no se dudará en arriar si la situación es alarmante. Eso sí, en pocos minutos todo habrá pasado, por lo que se podrá volver a navegar con tranquilidad… hasta la aparición de un nuevo chubasco.
Reglamento
Boya de recalada
Aunque no tengan una forma específica definida en los Reglamentos Internacionales, es conveniente conocer la existencia de las denominadas boyas de recalada, muy importantes para la navegación. Familiarmente podemos definir el concepto de recalar como escoger un punto fijo cerca de tierra donde dirigir el barco con total seguridad para acercarse a un puerto, a un fondeadero o canal. Sobre todo este concepto cobra importancia en singladuras de alta mar, donde se pierde de vista la tierra, y en la que se fija un punto seguro donde dirigirse para acercarse a la costa.
Los principales puertos acostumbran a fondear en sus inmediaciones una boya, denominada de recalada, que se puede acceder desde el mar sin ningún tipo de peligros. Una vez el barco en las inmediaciones de la boya de recalada, ya podrá realizar los cambios de rumbo oportunos para entrar en el puerto o penetrar en un canal de navegación o de acceso a un puerto.
Está claro que este tipo de boya está pensada para los barcos de gran tonelaje y gran calado, que en ocasiones necesitan acceder a los puertos por canales dragados para evitar los riesgos de varada. Pero para la navegación deportiva también tienen su importancia, pues recalando en esas boyas nunca se estará expuesto a peligros por bajíos, pues las embarcaciones deportivas calan muchísimo menos que cualquier barco de gran tonelaje.