La pasada semana Simrad nos invitó en Mallorca a su meeting internacional. Prensa especializada y astilleros tuvimos la ocasión de jugar con un alud de novedades presentadas por las tres marcas del grupo, Lowrance, B&G y Simrad. Pantallas táctiles de alta precisión con infinitas funciones, sondas con increíbles capacidades, equipos de viento que de hacen ganar una regata con los ojos cerrados, y un sinfín de equipos de los que daremos cuenta detallada en el próximo número 12 de nuestra revista N&Y Magazine, protagonizaron el magnífico evento.
Está claro que Navico es un grupo líder y que sus inversiones en I+D dentro del ámbito de la electrónica para la náutica de recreo (y también profesional) representan un notable esfuerzo que otras marcas no igualan.
Como digo, tuve la ocasión de toquetear todas las novedades de Simrad y me impresionaron, porque lo que nos viene encima no es del todo previsible. Se pueden compartir datos de navegación y toda la información que se desee en una nube en internet, como la Genesis; se pueden crear mapas batimétricos personalizados, y compartirlos o completarlos con los de otros navegantes… en fin, que las posibilidades son tantas que son inabarcables.
Hasta aquí todo perfecto. No obstante, siempre me ha llamado la atención la lentitud con la que el sector de la electrónica náutica adopta los avances tecnológicos que ya están en la calle, salvo una excepción: el GPS, que sí que representó una revolución. Lo utilizábamos a bordo, entre otras cosas, para emplearlo como corredera en las pruebas de navegación, mientras que en el mundo de la automoción se preguntaban pará qué podría servir un GPS en un coche. Mira por donde…
Los años han pasado y la electrónica en la náutica de recreo ha evolucionado brutalmente en las últimas tres décadas, pero no dejo de sorprenderme cuando veo que en el mercado de las tabletas, los smartphones o los pecés ofrecen posibilidades que cuestan ser adoptadas en la instrumentación náutica.
Las pantallas táctiles han tardado lo que han querido y más en llegar a los paneles de los puestos de gobierno. “Vamos poco a poco” me comentaba un técnico de desarrollo de producto. Sí, seguramente no hay que “quemarlo” todo de una vez. Las novedades son muchas pero los avances realmente significativos no son tantos. Son pequeños pasos que incrementan las funciones y las posibilidades, pero se dejan cosas por el camino que estoy seguro que a muchos patrones les gustaría contar.
A mi juicio hay algo que todavía no han querido adoptar en las pantallas multifunción: la implementación de un PC en el equipo. Es decir, convertirlo en eso para que pueda combinar todas las posibilidades de internet, mediante wifi, en puerto, con 3G, o con un hotspot satelitario, como el Go! de Iridium, por ejemplo. Son equipos sencillos y poco costosos en relación a la electrónica más puntera para el sector de recreo.
Tenemos relojes de entreno conectados a internet, pulseras fitness, gafas que nos proporcionan la realidad aumentada… Existe, además, el micro PC Edison (www.intel.com), del tamaño de una pequeña tarjeta de memoria SD que se `puede integrar e cualquier objeto de diario.
Estamos todos de acuerdo en que hoy, ya sea por trabajo, necesidad o adicción, no podemos descolgarnos de internet. Tampoco entiendo por qué las fantásticas pantallas de tamaño medio no son desmontables para convertirse en una tableta, y poder llevársela a casa para continuar navegando en el sillón de casa.
Y para terminar, quiero entrar en lo que está a la vuelta de la esquina: el control del cursor en la pantalla mediante la pupila, y si no consulte el The Eye Tribe Tracker. Es el primer “rastreador” del mundo asequible (99 dólares). Lo vamos a hacer todo con los ojos. Ha llegado el control mediante nuestras pupilas. https://www.youtube.com/watch?v=2q9DarPET0o.
Queda más por ver de lo que imaginamos, y firmas de primer orden ya anuncian que la temporada 2015 será revolucionaria en la electrónica de recreo. De acuerdo, me lo creo, pero por favor, quiero tener internet siempre en el barco, que no cuesta tanto. Si quieren pueden.