Un poco de habilidad y un buen manual de entretenimiento permite a uno mismo realizar el mantenimiento del motor. Antes de que el otoño y el invierno dejen el motor varios meses sin funcionar es un buen momento para hacer un repaso a fondo. MIQUEL MALLAFRÉ
Mantenimiento no es lo mismo que reparación. Esta es la primera diferencia que debe recordar todo aficionado a la náutica. En principio, el usuario sólo debe realizar las operaciones de mantenimiento para las que cuenta con las herramientas apropiadas.
Todos los fabricantes aconsejan la utilización de piezas de repuesto originales de la misma marca. La finalidad de estos consejos es, obviamente, fidelizar al cliente para facturar más, pero las piezas de repuesto originales ofrecen la seguridad de un buen funcionamiento mientras que las piezas suministradas por empresas no oficiales pueden no ser idénticas, además de ser un motivo justificado para perder la garantía. En todos los casos es muy importante seguir los pasos indicados en el manual del constructor de la embarcación o del motor.
El cambio de aceite
En los motores interiores, dentrofueraborda y fueraborda el aceite y el filtro deben cambiarse siguiendo las pautas indicadas por el fabricante. Algunos recomiendan hacerlo cada cien horas de funcionamiento o una vez por temporada, pero en algunos fueraborda esta operación puede esperar hasta tres años. Por ejemplo, la tecnología E-Tec de los motores Evinrude ofrece unos períodos muy largos entre revisiones, que pueden llegar a ser de 300 horas o tres años para un cambio de bujías, un engrase, una inspección del termostato o la revisión de la bomba de agua.
El aceite hay que cambiarlo al final de la temporada, antes del invernaje, y no justo antes de volver a navegar. De este modo se eliminan antes las impurezas o inconvenientes como consecuencias de la entrada de agua u otras averías.
A continuación cambiar el filtro de aceite, pues con toda seguridad contendrá aceite sucio. A veces hace falta un extractor concreto, pero puede bastar con golpearlo para desbloquearlo y hacerlo girar con la mano. Como que hay aceite en su interior es necesario rodearlo con una bolsa de plástico antes de desmontarlo, impidiendo así que el aceite caiga sobre el motor o en la sentina del barco. Limpiar el plano de contacto entre filtro y motor. Aplicar unas gotas de aceite a la junta de goma del filtro nuevo, enroscar, pero apretar sólo según las indicaciones del fabricante.
A continuación poner el aceite nuevo según el tipo y cantidad indicado por el fabricante; arrancar el motor y controlar inmediatamente la presión de aceite y que no haya fugas alrededor del filtro. Parar el motor, controlar de nuevo el nivel y añadir el que pueda faltar, pues al poner el motor en marcha se habrá llenado el filtro y repartido por todos los rincones. Una vez hecho esto ya se puede sacar la embarcación del agua. No es conveniente hacerlo antes pues al arrancar el motor en tierra se dejaría seco el sistema de refrigeración; hacerlo en tierra es más complicado, pues se requiere suministrar agua al motor con bidones o mangueras. Fíjense que al vaciar el aceite hay que volver a llenarlo; no es nada conveniente dejar sin aceite las piezas que están bañadas en él, pues el aire y la humedad las oxidarán.
Al sacar el barco del agua recuerde comprobar los ánodos autosacrificantes de zinc. Si se han consumido en un 50% o más, sustitúyalos y recuerde que no hay que pintarlos ni protegerlos en modo alguno, pues su misión es destruirse en defensa de otras partes metálicas del barco, mucho más importantes y valiosas.
El sistema de refrigeración
En los motores con refrigeración indirecta existen dos circuitos, uno cerrado, donde circula un líquido anticongelante y refrigerante, y otro abierto por donde circula el agua de mar. Si el sistema de refrigeración utiliza una mezcla de protección contra la corrosión y anticongelante, la mezcla debe ser controlada y completada en caso de que falte, sin embargo, el líquido debe ser cambiado por completo cuando lo indique el manual, generalmente cada dos años. Si el líquido utilizado no es anticongelante es necesario vaciarlo, sobre todo si en las latitudes en la que nos encontramos pueden darse en invierno temperaturas bajas. Es importante que salga toda el agua para dejar seco el sistema, cerrando bien los orificios de vaciado. Para proteger el sistema puede ser conveniente llenarlo de anticongelante, pero en este caso deberá vaciarse por completo antes de la botadura; este líquido puede guardarse para el invierno siguiente.
Si navegamos en el mar el sistema de agua exterior merece más cuidados por la presencia de la sal. En este caso es necesario hacer funcionar el motor al ralentí, colocando un recipiente debajo de la salida para recoger el refrigerante. Hay que conectar una manguera en la entrada de la bomba de agua marina, pues la bomba nunca debe funcionar sin agua pues el rodete está construido en un material tipo goma que se estropea si gira en seco.
Preparar un cubo con una mezcla al 50% de glicol etilénico anticorrosivo y agua. Introducir la manguera en este recipiente y dejar el motor al ralentí para que circule por todas partes y se caliente, arrancando las partículas que puedan haber quedado en las paredes interiores. Una vez terminada la operación, es posible dejar el líquido en el interior, pues actuará como protección, pero vaciándolo antes de la nueva botadura.
El rodete de la bomba de agua marina también debe verificarse. Para ello hay que quitar la tapa y extraerlo con unos alicates ajustables; si no tiene desperfectos se guarda en una bolsa de plástico hasta que debamos montarlo pasado el invierno; la parte interior de la bomba hay que limpiarla y volver a poner la tapa para evitar que entre la suciedad.
Si se trata de un motor interior montará un inversor al que también hay que cambiarle el aceite; en este caso rara vez serán más de cuatro litros; no hay que apretar la varilla de nivel al hacer el control y ajustar al máximo el nivel, ni más ni menos. También hay que cambiar el filtro, para lo que puede ser necesario un extractor. Proceda con las mismas precauciones de limpieza y pulcritud indicadas antes.
Otros sistemas
El sistema eléctrico merece también atenciones. Los contactos de los cables deben ser protegidos con un spray antihumedad. Los cables de las baterías deben ser quitados para aplicar el tipo adecuado de grasa a los polos. Si las baterías están bien cargadas pueden dejarse a bordo, pero si existe duda sobre el estado de la carga es mejor sacarlas y proceder a su recarga periódica hasta su nueva instalación.
El filtro de combustible y el separador de agua deben ser cambiados; llevar cuidado con los vertidos y depositar los viejos en los contenedores apropiados. Los desconchados de pintura deben repasarse para evitar que sean objeto de corrosión, también en la parte del motor que está en contacto con el agua, como la cola que se limpiará de caracolillo y suciedad.
Al objeto de que el interior de los motores a gasolina no se oxide durante el período de invernaje, es importante proteger piezas como los cilindros y las válvulas. Para ello se quita el para llamas, vulgarmente conocido como filtro de aire; se pone en marcha el motor y se echan unos 15 a 20 cc de aceite para motor (SAE 20W50) en la tubería de admisión del carburador, lentamente, para que el motor no se pare. El motor echará humo y marchará de forma irregular; a continuación se introduce de nuevo la misma cantidad y se para el motor al cabo de unos segundos. Las bujías se ensuciarán, pero no es problema, pues hay que cambiarlas antes de empezar la nueva temporada. Esta operación debe hacerse en un lugar bien ventilado, pues las emanaciones de gasolina pueden prenderse o producir una explosión que ocasione quemaduras.
Transmisiones y hélices
También hay que cuidar las transmisiones y las hélices. La primera precaución antes de empezar en esta zona del barco es asegurarse que las llaves de contacto no están puestas o el hombre al agua extraído, para evitar una puesta en marcha accidental. Para desmontar las hélices puede ser necesario un extractor o una llave concreta; hay que comprobar que las palas no estén golpeadas o con torceduras fruto de un impacto accidental; es mejor desmontarlas, pues fuera del agua están más expuestas a los golpes.
Para cambiar el aceite de las colas hay que estar a lo que indica cada fabricante, pues algunas colas hay que levantarlas por completo para que el aceite salga por la parte delantera, pero en otras hay que meter la cola hacia adelante.
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La cola debe estar apoyada para que no se mueva mientras la manipulamos, pues su peso podría provocar daños personales. Antes de quitar el tapón de vaciado hay que colocar un recipiente de una capacidad mínima de tres litros. Si el aceite recogido es de color grisáceo puede ser debido a que contiene agua, por lo que la cola habrá perdido su estanquidad, en cuyo caso es mejor reparar en un taller. Si el aceite viejo presenta buen color podemos proseguir comprobando que esté entera la junta del tapón de vaciado, montándolo de nuevo y apretándolo bien. Si la goma está agujereada significa que habrá entrado agua y que también hay que cambiar los cojinetes. En cualquier caso los fuelles de la transmisión deben ser cambiados cada dos años, pero esta es una operación que recomendamos sea efectuada por un taller. Las colas deben invernar en la posición de trimado más baja para evitar que se deformen por un largo tiempo de inactividad.