El Niño ocurre entre cada dos y siete años, y sus episodios suelen durar de nueve a doce meses.
El fenómeno de El Niño está volviendo tras unos años con fases neutras y una Niña muy longeva de tres años (finales del 2020 a principios del 2023).
Autor: Enric Agud
El Niño, o ENSO en inglés, se trata de un patrón climático natural asociado al calentamiento de las aguas de la superficie oceánica en las partes central y oriental del océano Pacífico tropical y que altera el clima de muchas regiones.
El Niño ocurre entre cada dos y siete años, y sus episodios suelen durar de nueve a doce meses.
En el trimestre AMJ (Abril-Mayo-Junio 2023) se empezaron a observar condiciones de El Niño, con incrementos de temperatura del agua del mar de +0.5ºC en el oeste de Perú y Ecuador.
Índice ONI
El ONI es el marcador utilizado para monitorizar la evolución de la temperatura del agua del mar de un sector del océano Pacífico (región comprendida entre las latitudes 5ºN-5ºS y las longitudes 129ºO-170ºO). Este valor es el promedio de tres meses de anomalías de la temperatura superficial del mar (SST).
Técnicamente, tenemos condiciones de Niña cuando el ONI de un trimestre, es negativo, y es igual o más pequeño a -0.5ºC, es decir el agua está más fría de lo normal. Condiciones de Niño como tenemos ahora, cuando el ONI de un trimestre es igual o superior a 0.5ºC.
Cuando el ONI es igual o superior a +0.5ºC durante cinco medias trimestrales consecutivas, se trata de un episodio de Niño. Al contrario, con episodio de Niña. En la tabla anterior, cuando hay cinco periodos trimestrales con ONI igual o superior a +0.5ºC aparecen en rojo, y cuando el ONI acumula cinco valores consecutivos igual o inferior a -5ºC aparecen en azul.
Previsión de episodio de Niño durante el resto de 2023 y con tendencia a reforzarse
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), existe una probabilidad del 90% de que las condiciones de El Niño sigan prevaleciendo durante el segundo semestre de 2023. Se espera un episodio al menos de intensidad moderada. Algunas previsiones apuntan a un Niño fuerte, un súper-Niño.
El Niño incrementa el calentamiento global
Un episodio de El Niño aumenta la probabilidad de que se batan récords de temperatura y se experimente un calor más extremo en muchas partes del mundo y en los océanos.
El Niño amplificará aún más la subida de la temperatura global del planeta.
De hecho, la primera semana de julio se convirtió en la más cálida jamás registrada a escala planetaria. El 6 de julio, fue el día más cálido en la Tierra (hasta la edición de este artículo), con una temperatura media de 17,23 ºC, según el Centro Nacional de Predicción Ambiental de Estados Unidos (NCEP). La media climática de temperatura para esas fechas es de 16.20ºC. Este verano se que puedan sucedermás récordsde temperatura planetaria.
El servicio de vigilancia climática de la Unión Europa ya confirmó que el pasado mes de junio fue globalmente, el más caluroso de la historia. Los meses de julio y agosto pueden correr la misma suerte.
El “baile” de El Niño y La Niña
Como hemos escrito al principio, El Niño llega cada dos a siete años. El océano Pacífico ecuatorial se puede calentar hasta dos grados por encima de lo normal, puntualmente llegando algunas semanas a anomalías de tres grados, toda una ola de calor marina. Al finalizar este calentamiento, puede despertar La Niña, un proceso de aguas más frías de lo normal. Los dos fenómenos alteran el clima y la temperatura terrestre, y pueden incrementar eventos atmosféricos extremos.
Origen del nombre y primeros conocimientos
El nombre viene de los pescadores peruanos del puerto de Paia. En ocasiones notaban que las aguas eran más cálidas de lo normal en Navidad. Lo bautizaron como El Niño en referencia al niño Jesús.
A inicios del siglo XX, el físico y meteorólogo británico Gilbert Thomas Walker empezó a analizar la temperatura y presión de diversas estaciones meteorológicas en la India.
Walker descubrió una gran oscilación periódica de la presión atmosférica entre el océano Índico y el océano Pacífico. Cuando la presión aumentaba en uno de los dos, disminuía en el otro y viceversa.
Estos cambios de presión estaban asociados a variaciones de temperatura y precipitación en las zonas tropicales. Walker había descubierto el componente atmosférico de lo que conocemos como el fenómeno de El Niño.
Se sabe que el viento es el trigger, el detonante, pero hay distintas teorías. Las variaciones en la actividad solar conducen a calentamientos y presiones diferentes en el planeta y cambios en el comportamiento del viento.
Rol de los vientos alisios en El Niño y La Niña
El viento alisio juega un rol principal en el clima. Este viento normalmente arrastra las aguas calientes del Pacífico en dirección a Asia y Australia pero cuando empieza el ciclo de El Niño, el alisio se debilita.
La circulación general hace aflorar aguas profundas y frías cerca del ecuador americano y se generan corrientes frías como la de Humboldt. La famosa corriente de Humboldt, también llamada corriente de Perú, viaja de sur a norte, desde el tercio superior de Chile hasta los límites entre Perú y Ecuador.
Fue descubierta a inicios de 1800 por el naturalista y aventurero Alexander von Humbold, de aquí el nombre de la corriente.
El mar en Chile y Perú puede ser hasta 10ºC más frío o incluso más que otras zonas del Pacífico. Esta diferencia se puede ver en el mapa de temperaturas superficiales de la NOAA que muestran el contraste entre las aguas de la corriente de Humboldt al sur del ecuador (temperatura de unos 15°C) con las aguas de la propia corriente ecuatorial del norte, mucho más cálidas (casi 30°C).
La corriente de agua fría condiciona el clima. Durante un año normal, el ambiente es más fresco y no demasiado lluvioso en la costa occidental de América del Sur, y cálido y húmedo en la parte occidental del Pacífico.
Al debilitarse el viento alisio con El Niño, el agua caliente del Pacífico Occidental se desplaza hacia el este, hacia América latina y las aguas frías de Perú, Chile y Ecuador se calientan
¿Qué consecuencias pueden traer El Niño y La Niña?
Las corrientes en chorro, jet stream, son pasillos de vientos duros que viajan a alturas de entre 8 y 15 kilómetros en función de donde se encuentren en el planeta. Circulan por alturas más elevadas en zonas cálidas. Son como ríos ondulados con velocidades entre 120 y 225 km/h, pero pueden superar los 400 km/h. Técnicamente, se considera jet stream cuando el viento sostenido en el centro del chorro supera los 60 nudos.
Estas corrientes controlan el clima. Cualquier cambio en el patrón de estos meandros puede arrastrar un gran impacto en muchas regiones.
Es natural que a lo largo del año, estos chorros de viento cambien constantemente, se desplazan a mayor o menor altura, se rompen, debilitan, refuerzan en función de la estación del año y de otras variables. Son más intensos en invierno que en verano en general.
Durante el invierno, las corrientes en chorro tienden a moverse más hacia el sur, y en verano más hacia el norte.
El fenómeno de El Niño altera las corrientes en chorro y como consecuencia el clima en la Tierra.
Con El Niño, estos vientos en altura se desplazan hacia el sur. El impacto más directo se da en América Latina, principalmente en el norte de Perú, Ecuador, con lluvias abundantes y torrenciales, sequía en el Amazonas, Venezuela, gran parte de Colombia, Oceanía y otros lugares como podemos estudiar en el gráfico de la Universidad de Columbia. En Australia hay sequía y se desatan grandes incendios. En el Atlántico se forman pocos huracanes y las lluvias tienden a desplazarse hacia el sur de los Estados Unidos.
Cuando tenemos episodio La Niña, la corriente en chorro se mueve hacia el norte y puede provocarla situación contraria a El Niño: condiciones cálidas y secas en el sur de Estados Unidos y un clima más frío y húmedo en el norte, con partes de Australia y Asia más húmedas de lo normal. El número de huracanes en el Atlántico suele ser superior al normal, con temporadas muy activas en número de ciclones y en intensidad.
El calentamiento global y los “súper-El Niño”
Según algunas investigaciones, la acción humana puede conducir a mayores eventos extremos de El Niño. Los súper-El Niño se pueden presentar con más frecuencia.
Un súper-Niño puede calentar las aguas del Pacífico hasta 3 o 4º C más en comparación con la temperatura normal del océano. Una gran ola de calor en el mar.
Los súper-El Niño ocurrieron en 1982, 1998 y 2015. Pueden hacer subir de forma alarmante la temperatura global, y alterar seriamente el clima.