Un líder sólido
Está sorprendiendo a propios y extraños. Philippe Delamare ha doblado el cabo de Hornos en apenas 101 días desde que zarpó de A Coruña y encabeza la flota de la Global Solo Challenge, la vuelta al mundo en solitario con salida en orden inverso al rendimiento de cada barco.
Autor: Kiku Cusí
Fotos: Philippe Delamare
La trayectoria del Mowgli, de 46 pies, es propia de un profesional con experiencia en la navegación oceánica y especialmente en el océano Austral. En el momento de redactar estas líneas, cuando le quedan menos de 7.000 millas hasta A Coruña, lleva algo más de 3.000 de ventaja sobre su inmediata perseguidora, la norteamericana Cole Brauer, que zarpó un mes más tarde.
Brauer es probablemente la única que a estas alturas tiene posibilidades de terminar la vuelta al mundo antes que Delamare: de mantener ambos la misma media que hasta ahora (algo difícil, pues en la subida del Atlántico priman los vientos de proa y menos fuertes que en el Gran Sur), la norteamericana llegaría seis días después que el francés. Los otros Class 40, que zarparon el mismo día que ella, se encuentran al menos otras 2.000 millas más atrás.
Se da la circunstancia de que en pleno océano Índico el Mowgli se cruzó con el White Shadow, el único barco español que participa en la Ocean Globe Race. En el intercambio por radio, Delamare comentó que tenía problemas en una rodilla y Guillermo Cañardo le explicó cómo curarlo.
Mientras Delamare saborea su liderato, la Global Solo Challenge empieza a sumar retirados: al abandono de Juan Merediz por problemas de piloto automático, se han añadido el de Dafydd Hughes, refugiado en Tasmania también por problemas de piloto, y el de Ari Kansakoski, que rompió el palo cerca de las islas Crozet y está intentando volver a algún punto del continente africano con un aparejo de fortuna.
Estrategias diferentes
Es interesante apreciar las distintas estrategias de los diferentes patrones en el Gran Sur, en función del tipo de barcos de que disponen. Así, algunos a bordo de monturas de desplazamiento ligero intentan evitar los vientos más fuertes, mientras los Class 40, por ejemplo, optan por primar condiciones en que puedan surfear y sacar el máximo rendimiento a unos cascos muy anchos y planos, que sufren en las enclavadas y zonas de transición.
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