A primera vista parece un barco restaurado de forma impecable y al acercarnos lo delata la electrónica de última generación, pero es difícil imaginar que una gran parte de lo que vemos es fibra de carbono. El Grand Banks es un barco de semidesplazamiento cuya velocidad de crucero supera los 20 nudos y su autonomía de más de 500 millas amplía los horizontes en los que disfrutar su confort.
Autor: Diego Yriarte
Fotos: Grand Banks
El Grand Banks 54 es el más pequeño de una gama de tres modelos, de la que también forman parte el GB 60 y el GB 85. Con solo tres modelos podría parecer que Grand Banks es un astillero joven. Pero nada más lejos de la realidad. Sus orígenes se remontan a siete décadas atrás, cuando Hong Kong, donde surgió, aún era colonia británica. Poco tiempo después, reconocidos arquitectos navales como Sparkman & Stevens firmaron algunos de sus modelos hasta encontrar un nicho, el de los trawlers, con el primer Grand Banks 36. Su modelo GB 42, creado en 1968, dejó de fabricarse en 2005 después de más de 1.500 unidades vendidas.
Actualmente también cuenta con la gama Eastbay y la empresa es dirigida por Mark Richard, reconocido regatista australiano que ha trasladado su conocimiento en embarcaciones de vela a la concepción de los actuales Grand Banks. De hecho, junto al equipo técnico del astillero, han patentado una tecnología denominada V-Warp desarrollada en colaboración con las bases de datos de la NASA y la marina estadounidense.
El Grand Banks 54 es una embarcación capaz de realizar largas travesías. Está equipado para ello con un elevado nivel de confort y también de capacidad de estiba. Tiene todas las cualidades de los modelos “explorer” actuales, autonomía, confort, embarcación auxiliar…, pero con un diseño exterior clásico. Y nos referimos al exterior como parte visible, pues la carena ha sido muy estudiada para lograr la máxima eficiencia, así como el método constructivo. De modo que si “no todo lo que brilla es oro”, en los barcos, “no todo lo blanco es fibra de vidrio”. Debajo puede haber carbono…
Actualmente, el astillero Grand Banks es dirigido por el reconocido regatista australiano Mark Richard, y construye también la gama Eastbay.
La calidez de la madera
Tecnológicamente, se han utilizado las últimas novedades en diseño, materiales y construcción, pero, aun así, el interior luce la calidez de la madera, en colores y formas clásicas. Evidentemente, el nivel de personalización es muy elevado y ningún barco comienza a construirse hasta que la persona que lo va a adquirir no esté totalmente conforme con las diferentes configuraciones y extras posibles.
La unidad que hemos tenido oportunidad de visitar en la pasada edición de Boot Düsseldorf estaba configurada con el salón y la cocina en el mismo nivel y en la cubierta inferior una cabina principal y otras dos cabinas cuyas camas podían ser simples o dobles.
Es posible otra configuración en la que la cocina queda en la cubierta inferior y hay solo dos cabinas. El salón principal disfruta de muy buena visibilidad y se encuentra prácticamente al mismo nivel que la bañera, solamente a un escalón de elevación y, por lo tanto, el contacto con el exterior es directo. También es posible salir por la puerta situada al lado del puesto de gobierno, resultando realmente muy práctica a la hora de asistir en una maniobra.
Cubierta en dos niveles
Al subir a bordo por la plataforma de baño encontramos una pequeña puerta que mantiene la línea del espejo de popa que, aunque parezca de madera, también es de fibra de carbono. La bañera es un espacio protegido, incluso del sol, ya que la prolongación hacia popa del plan del flybridge oficia de techo de la bañera.
Una vez en la bañera podemos acceder a proa por los pasillos laterales que ascienden, pues el francobordo de proa es mayor que en popa. Es muy factible instalar un gran solárium y aún queda suficiente espacio para mantener libre la maniobra de fondeo. La proa elevada es capaz de encarar un oleaje complicado y acentúa el perfil típico de proa alta y bañera más próxima al agua.
Desde la bañera también podemos acceder al flybridge que protege el área del puesto de gobierno y la mesa con sofá en L, mediante un techo rígido. En la parte de popa del sobre puente se ha dispuesto una cocina exterior tipo barbacoa. También, en este caso, se ha optado por una grúa para la embarcación auxiliar.
Los pasamanos permiten desplazarse por cubierta con seguridad. Esta tienen una altura considerable y se combinan con la elevación de la brazola.
Vida interior
La bañera está en contacto directo con el salón, el cual tiene una vista magnífica del exterior. Se han dispuesto dos sillones en los laterales en un área social cómoda y protegida.
La persona que esté a los mandos estará continuamente acompañada, dado que el puesto de gobierno se encuentra en contacto directo con el área del salón y también con la cocina, que en esta unidad está situada al mismo nivel que el resto del salón. La cocina es de generosas dimensiones y gran capacidad de estiba, teniendo en cuenta que es un barco para navegar durante varios días sin necesidad de entrar a puerto. Se encuentra a la misma altura que el puesto de gobierno, en la banda opuesta, pero permite que quien esté cocinando también acompañe a quien esté al timón. Además de la buena visibilidad y luz natural que ofrecen las grandes ventanas, también proporcionan ventilación, dado que alguna de estas ventanas se puede abrir mediante un sistema eléctrico.
Bajo cubierta, mediante cuatro escalones, llegamos a un distribuidor o pasillo que conduce a la cabina principal, situada a proa, así como a otros dos camarotes. El de estribor cuenta con una cama doble, pero que, mediante un simple movimiento, puede ser separada en dos individuales. El tercer camarote presenta una litera y un escritorio, por lo que puede ser utilizada tanto como oficina como por un tripulante profesional. El gobierno del barco es muy sencillo y su maniobra puede ser llevada a cabo por una o dos personas, sin ser necesaria la presencia de nadie más.
Navegación de altura
El plan de navegación de este tipo de embarcación suele ser costera o entre islas, pero se caracteriza por ser un barco para navegar largas distancias, debido a su autonomía fruto de una construcción ligera y unas líneas de obra viva muy optimizadas para obtener un buen rendimiento de navegación, reducir el consumo y ganar estabilidad. La experiencia de Mark Richard y del equipo de diseño del astillero ha permitido desarrollar una tecnología propia, contando para ello con información de la base de dato de la NASA y también de la marina estadounidense. Esta tecnología, denominada V-Warp, ha mejorado la flotabilidad, la estabilidad y la sustentación, por lo que llega a la condición de planeo con menor esfuerzo.
La tecnología V-Warp ha mejorado la flotabilidad, la estabilidad y la sustentación, por lo que el Grand Band 54 llega a la condición de planeo con menor esfuerzo.
El casco está construido en fibra de vidrio mediante infusión y de la cubierta hacia arriba, todo está construido en fibra de carbono. Esta combinación permite una estructura ligera y muy rígida. Por otra parte, el centro de gravedad del barco baja considerablemente, por lo que la navegación es más estable.
Las líneas de casco tienen una obra viva de proa en V pronunciada, que facilita la entrada en la ola reduciendo el consumo. Las formas arqueadas y la progresiva apertura del ángulo del casco desplazan el agua hacia afuera y hacia abajo, evitando rociones. A medida que el casco se aplana hacia popa, favorece la condición de planeo y la estabilidad.
Según el astillero, la velocidad máxima es de 34 nudos y puede mantener un crucero alto de 28 nudos. Una navegación de crucero bajo, alrededor de 21 nudos, permite una autonomía de casi 600 millas. El Grand Banks 54 es heredero de una imagen, un estilo, y una reconocible silueta clásica que sigue resultando atractivo, pero que incorpora modernas tecnologías para mejorar la experiencia de navegación y vida a bordo.
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