Página 119 - N & Y Magazine - Número 2

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Trucos
[
CRUCERO PRÁCTICO]
E
n tiempo fresco y, sobre todo, en
las guardias de la noche, el café
es un buen aliado del tripulante. Pero
mucha atención a los movimientos
del barco, pues un accidente con agua
caliente vertida puede tener conse-
cuencias muy desagradables.
Generalmente el asunto del café se
resuelve con agua caliente y café liofi-
lizado, ya sea en bote o sobriecillo. Y
aquí aparece otro gran acompañante
de la guardia nocturna, el termo. En
el caso de que sea usted muy cafetero y
guste de utilizar la clásica cafetera de-
berá estar muy atento. Por más cardán
que tenga la cocina, en el momento
en que el café sube implica también
que sube el centro de gravedad, por
lo que el vuelco es casi seguro. Por su
seguridad, aguarde hasta que salga
el café y sírvalo inmediatamente, va-
ciando la cafetera.
En el menaje del barco es muy con-
veniente contar con una tetera tipo
inglés para calentar el agua, sin salpi-
cones y fácil de servir; y si el tiempo
es frío se carga un termo a la caída de
la tarde para disponer de agua calien-
te toda la noche. El agua caliente será
necesaria para preparar cafés, infusio-
nes, caldos y sopas que permitan pasar
mejor las frías guardias nocturnas.
Albert Puerto
Destornillador de golpe
Bomba de achique de respeto
Seguridad
Herramientas
E
n caso de vía de agua tan impor-
tante es sacar el agua como impe-
dir que entre. El achique básicamente
debe solucionar el desequilibrio entre
agua entrante y saliente. El mantener
secas las sentinas no es una exigencia;
esto pasa a ser de segundo orden.
Una correcta instalación del sis-
tema de achique deberá contar con
bombas eléctricas o mecánicas, ya
sean o no automáticas. También es
necesaria una instalación más sim-
ple con bombas de accionamiento
manual, para resolver la situación en
caso de fallo eléctrico o mecánico. Y
no está nunca de más contar siempre
a bordo con una simple bomba de
achique manual y portátil.
La bomba portátil es simple, ligera
y económica. Gracias a ella se pueden
vaciar pañoles o rincones donde no
llega el circuito permanente. Tam-
bién se puede llevar encima si vamos
a dar una vuelta con un chinchorro o
embarcación menor. Y es casi irrom-
pible. Recuerde un recurso siempre
efectivo: no hay nada que achique
más agua que un tripulante aterrori-
zado con un cubo en las manos.
N
o es nuevo afirmar que el am-
biente marino es muy corrosivo
para todos los materiales. Es frecuen-
te encontrarse con un testarudo tor-
nillo que no se deja sacar, impidien-
do llevar a cabo una reparación o el
mantenimiento previsto de alguna
pieza. Se puede probar lubrificando
con aceites, grasa o spray, aumentar la
fuerza del destornillador con una lla-
ve... Pero si continúa resistiendo o se
empieza a desgastar la cabeza del tor-
nillo, lo mejor es contar con
un buen destor-
nillador de
golpe.
Esta herramienta consiste en un
puño metálico que hace girar la bo-
quilla en el sentido seleccionado al
recibir el impacto de un martillo.
Dicho útil se presenta dentro de una
caja pequeña y acompañado de dis-
tintos cabezales para todo tipo de
tornillos. Planos, de cruz, Philips,
Allen, todos en varias medidas.
Para usarlo, nada más fácil. Pri-
mero lubrifique la rosca si puede.
Seleccione la cabeza apropiada. Elija
el sentido de giro deseado y golpee
con el martillo con decisión. Sorpren-
dentemente el dibujo de la cabeza del
tornillo sufre poco, pues el
propio impacto clava la
boquilla en las ranuras del
tornillo impidiendo que
se melle. Si se resiste, ponga
el sentido de apretar y luego
cambie de sentido para des-
tornillar. A veces funciona.
Muy pocos tornillos se resis-
ten a este eficaz tratamiento.
Atentos a la
cafetera
Vida a bordo