La participación de los IMOCA 60 este año en la Rolex Fastnet Race que tendrá lugar del 18 d agosto será muy especial ya que será la primera vez que podremos ver el rendimiento de la nueva generación de nuevos barcos que participarán en la Vendée Globe del próximo año. De los 13 IMOCA 60 inscritos, cuatro son nuevos, construidos para la última versión de la norma IMOCA que requiere mástiles y quillas de diseño one design. Pero su característica más discutida son sus nuevos foils gigantes en forma de L diseñados por Dynamic Stability System, que sobresalen del lado de sotavento del barco para crear la elevación vertical, y mejorar su rendimiento. El sistema patentado DSS comprende un hidrofoil retráctil que se despliega a sotavento de la embarcación. El foil proporciona elevación vertical a sotavento, mejorando momento adrizante del yate, un efecto similar a tener una tripulación adicional en ese costado de la embarcación o un bulbo de la quilla más grande, que a su vez aumenta drásticamente el rendimiento.
Los cuatro barcos son diseños VPLP-Verdier: Banque Populaire y Hugo Boss, de Armel le Cleac’h y Alex Thomson, respectivamente, que finalizaron en la segunda y tercera posición en la última Vendée Globe; Saint-Michel-Virbac del dos veces ganador del Barcelona World Race Jean-Pierre Dick y el útlimo Safran, con Morgan Lagravière a la caña.
Esta será la primera Rolex Fastnet Race de Lagravière de 28 años de edad, fomrado en la clase Figaro y que comentó “Es una regata muy famosa y esta vez va a ser interesante porque va a ser una prueba en contra de los otros nuevos barcos IMOCA.” Se espera que en la línea de salida estén los mejores barcos de todo el mundo.
Última vuelta al mundo de imocas sin foils
Esta Barcelona World Race ha sido la última gran regata de la clase Imoca sin foils. La botadura del nuevo Safran, de Morgan Lagravière, diseñado como el anterior por VPLP-Verdier, supone una verdadera revolución en estos barcos. Si bien los nuevos Imoca no podrán volar como si se tratara de catamaranes de Copa América, sí podrán levantar la eslora de flotación, por lo que tendrán mucha menos resistencia hidrodinámica y verán su peso reducido en un 25% aproximadamente. Se especula con que estos nuevos veleros pesarán poco más de seis toneladas (frente a las ocho de los actuales) y ganarán unos dos días en una vuelta al mundo.
El Safran no será el único barco con foils en la salida de la próxima Vendée Globe, dentro de año y medio: hay al menos otros cinco ya en fase de construcción, todos ellos diseñados por los gabinetes VPLP-Verdier, grandes dominadores de la clase desde hace casi ocho años.
Es evidente que a partir de ahora en las regatas de imocas participarán barcos de características y prestaciones muy distintas. El coste de incorporar foils en los veleros ya existentes se prevé tan alto que muy pocos equipos podrán optar a competir con los nuevos diseños. Es, sin duda, una consecuencia del camino confirmado por la clase cuando descartó su evolución hacia el monotipismo y mantuvo su apuesta por la innovación. El hecho de unificar mástiles y quillas (para superar los dos grandes puntos débiles de estos barcos) no será suficiente para igualar las prestaciones de los distintos participantes.
La aparición de los foils hace prever nuevas discusiones sobre la evolución de esta clase open después de la próxima Vendée Globe, lo que podría comportar nuevos retrasos en la aprobación del próximo reglamento, con el consiguiente perjuicio para una hipotética Barcelona World Race 2018-19. A estas alturas parece evidente que el retraso en aprobar el actual reglamento ha influido negativamente en la participación en la vuelta al mundo a dos de este año: los equipos estaban más preocupados en analizar si les interesaba más construir una unidad nueva o adaptar alguna ya existente de cara a la Vendée Globe que en participar en la BWR.
A ello se han unido tanto la profunda crisis económica como el escaso interés de la mayor parte de patrocinadores franceses en regatas no francesas. Se trata en su mayoría de empresas locales, con pocas perspectivas de expansión fuera de sus fronteras, que no aprecian posibilidad de negocio en una regata con relativa repercusión entre el gran público de su país. En cambio, ven en la Ruta del Ron –que se disputa muy poco antes del inicio de la BWR- un gran medio de difusión para sus intereses. La voluntad de la clase por incrementar su internacionalización –léase difusión fuera de Francia- sigue siendo un reto ineludible. K.C.