Navegando por las costas del Algarve

3.000 horas de sol al año, más de 200 kilómetros de costa, aguas cristalinas y un equipamiento inmejorable en las diversas marinas y estaciones náuticas hacen del Algarve el lugar perfecto para atracar con tu barco en tus próximas vacaciones

Acantilados y paradisíacas playas dibujan el litoral del sur de Portugal, formando un paisaje que cambia completamente según el viajero lo contemple desde tierra o desde el mar. Temperaturas agradables, grandes arenales y coquetas bahías y ensenadas y una sabrosa gastronomía a la altura de la hospitalidad de sus gentes, hacen de éste el destino ideal para una escapada memorable.

Pero es accediendo en barco cuando el Algarve se muestra en todo su esplendor. Su costa se extiende en más de 200 kilómetros creando un paisaje litoral que alterna entre pequeñas bahías, cabos y murallas rocosas esculpidas caprichosamente por el viento e iluminadas por una luz dorada que contrasta con el azul del mar, invitando a vivir una vida pausada y relajada.

Primera parada: Faro

Nos adentraremos en aguas portuguesas hacia nuestro primer destino: la Estación Náutica de Faro. La capital del Algarve se nos presenta imponente. La oferta de Faro no puede ser mejor: hoteles, ocio, restauración… Todo preparado para atraer turismo náutico. La Estación Náutica mejora la conexión entre la Ría Formosa y el mar, con la premisa siempre presente de la sostenibilidad.

Desde el propio muelle de recreo de Faro parten gran cantidad de excursiones en barco. Merecen especial mención las destinadas a la observación de aves en la Ría Formosa. Navegando en un eco-tour, para no alterar el silencio reinante, conoceremos el Parque Natural, el humedal más importante del sur de Portugal. Dunas, bancos de lodo y arena, salinas y una gran cantidad de hábitats para la invernada de aves procedentes del norte de Europa. Así, encontraremos ejemplares de aves zancudas, como la Cigüeña Blanca, o la Garceta Común, pero también otras especies como el Chorlito Patinegro o el Ostrero. Tras este paseo en barco, nada mejor que acudir al Faro Story Spot, un museo multimedia donde descubrir la historia de la ría, sus principales especies y degustar un buen vino de la zona.

Tiempo ahora para conocer un poco mejor Faro. La ciudad cuenta con un centro histórico digno de pasear que nos habla de su pasado árabe y medieval. Merece la pena un paseo por sus murallas y las casas encaladas adosadas, sus torres y su catedral. Para comer, cientos de locales nos invitan a probar la gastronomía algarvía, entre la que destacan la sopa de pescado y el arroz de navaja pero recomendamos tomar de nuevo el timón de nuestra nave y dirigirnos a Ilha da Barreta. También llamada acertadamente Isla Desierta, puesto que únicamente cuenta con una edificación, el restaurante Estaminé, un lugar donde relajarse con los únicos horizontes de la playa y el mar y la compañía de unos exquisitos platos elaborados con producto local.

Puerto deportivo de Vilamoura: primero en Portugal con certificado 5 Gold Anchor Platinum

Dejando Faro, continuamos nuestra navegación por la abrupta costa y pronto alcanzaremos nuestro segundo destino: el municipio de Loulé, donde se encuentra la Estación Náutica de Vilamoura. Un complejo que cuenta con más de 64 empresas asociadas que ofrecen al viajero que accede en barco un completo conjunto de actividades y servicios. Su puerto deportivo, con capacidad para más de 1.000 embarcaciones, ha sido el primero en Portugal en recibir el certificado 5 Gold Anchor Platinum, la más alta distinción de la industria otorgada por la Yacht Harbour Association.

En los alrededores de esta espectacular marina se encuentran grandes playas de arena, como la Praia de Vilamoura: un bancal de más de un kilómetro de extensión con aguas cristalinas y pocas olas, ideal para familias con niños pequeños. Para los más aventureros, la Estación Náutica cuenta también con multitud de actividades como vela, buceo, motos acuáticas o parasailing.

Navegar con delfines en Portimão

En nuestro periplo por la costa algarvía alcanzamos ahora Portimão, una de las principales ciudades del sur de Portugal y el principal puerto del sur del país, que alberga docenas de cruceros anualmente. La Estación Náutica cuenta con más de 600 amarres y todos los servicios preparados para el disfrute de sus visitantes.

Portimão es sinónimo de vacaciones. Un pequeño paraíso en sí mismo, donde la inspiración fluye a raudales. Desde la naturaleza de la Ría de Alvor hasta el extenso arenal de la Praia da Rocha, situada entre acantilados. Desde las calles estrechas del antiguo barrio de pescadores, hasta la moderna ciudad y su gastronomía, que pasa por la sardina y la tan aclamada cataplana de pescado, un espectacular guiso con reminiscencias árabes, marca de la casa de la región. Visita obligada, el Museu de Portimão: instalado en una antigua fábrica de conservas restaurada, en él se pueden conocer la arqueología y los descubrimientos submarinos, pero también ver una simulación de las antiguas cadenas de montaje de fabricación de conservas de sardinas y caballa.

Para el amante del mar, Portimão lo tiene todo: la Estación Náutica ofrece la oportunidad de probar deportes acuáticos como el windsurf, esquí acuático o parasailing, pero también es el centro neurálgico del “big game fishing” algarvío, ofreciendo al aficionado la oportunidad de capturar peces de gran tamaño como el pez espada. Una experiencia única y altamente recomendable es el avistamiento de delfines: un viaje en lancha rápida semirrígida con la única compañía de los cetáceos en su hábitat natural.

Tras la visita a Portimão, es recomendable un pequeño desvío hasta Albufeira para realizar un bautismo de buceo que nos permita, a nuestra vuelta, una inmersión a mayor profundidad para así descubrir Ocean Revival, un parque submarino donde encontrarás hundidos cuatro buques de guerra que crean un arrecife artificial.

Lagos, un museo natural

Momento ahora de partir hacia una nueva y sugerente parada de la costa del sur de Portugal: el municipio de Lagos. Su marina brinda a los navegantes de recreo un conjunto de experiencias y propuestas de servicios, ocio y turismo vinculadas al mar perfectas para cualquier nivel: 400 amarres, alojamientos, restaurantes, comercios, discotecas y bares de copas. La Estación Náutica es una de las pocas que cuenta con varios postes de carga para embarcaciones eléctricas, demostrando así su compromiso con el medio ambiente. No en vano, el próximo mes de junio la ciudad será punto de partida del GC32 Racing Tour, el Campeonato del Mundo de catamaranes de esta clase que lleva recalando en Lagos desde 2018.

Desde el puerto de Lagos parten multitud de excursiones para visitar las grutas marinas que recorren la costa hasta el cabo de San Vicente. Lugares mágicos como la mundialmente famosa Gruta de Benagil, Carvoeiro o la Ponta da Piedade pueden descubrirse a bordo de veleros, catamaranes o kayak. Lo ideal es siempre ir acompañado de guia local, que nos explique detalladamente los caprichos del viento y las olas que han trabajado para esculpir la roca y crear esculturas naturales únicas en el mundo.

De vuelta a la ciudad, momento ahora para disfrutar, en tierra, de sus calles, sus gentes, los azulejos de sus edificios, los forjados de sus terrazas. A pesar de los estragos que ocasionó el terremoto de 1755, Lagos conserva el encanto de una ciudad secular.

Para terminar nuestro viaje por la costa algarvía, nada como disfrutar de un cóctel en uno de los numerosos locales de la Estación Náutica mientras contemplamos el atardecer en uno de los lugares más bellos del mundo.

Algarve ofrece de cara al viajero que accede por mar innumerables lugares donde atracar y practicar actividades. Cabalgar olas sobre una tabla de surf en la Costa Vicentina, el turismo fluvial en el río Guadiana o el piragüismo por Lagoa son algunas de las experiencias únicas que ofrece este pedacito de cielo. Los grandes navegantes partieron con sus naves desde estos puertos. Por algo será.

Cabalgar olas en la costa oeste

Como colofón a tamaña travesía, qué mejor que disfrutar de estas olas, entre las más ansiadas del planeta por surfistas de todo el mundo.

El Algarve brinda las condiciones idóneas para el surf sobre todo en su costa oeste, la conocida Costa Vicentina, con un oleaje perfecto en ubicaciones vírgenes, alejadas del turismo tradicional. Como la playa de Arrifana, habitual punto de encuentro de surfistas y bodyboarders, tanto locales como visitantes. Con su característica Piedra de Agulha en forma de gigantesca estatua, los vientos del norte que la dominan garantizan a los más atrevidos emocionantes olas entre imponentes acantilados.

O la playa de Bordeira, otro destino ineludible para los cazadores de olas. Grandiosa tanto por su amplitud, como por su enorme arenal. En la playa de Amado, el fondo de arena y roca propicia un oleaje siempre celebrado por la comunidad surfista que anima los alrededores. Cordoama, con su fondo rocoso, y la playa del Castelejo, con su forma de concha, son también paradas recomendadas.

Y llegamos así al Cabo de San Vicente y las playas de Sagres. Un lugar de encuentro para los amantes de la navegación, del mar y, también, del surf. El punto donde historia y naturaleza se funden en un espectáculo mayúsculo, se admire donde se admire. Uno de los atardeceres más bellos del mundo.