Nadie duda de que muchos de los próximos avances legislativos estarán claramente marcados por las políticas en materia de sostenibilidad. Carlos Sanlorenzo
Recientemente ya hemos vivido buenos ejemplos de ello como el Decreto para la preservación de la posidonia en las islas Baleares (Decreto 25/2018 sobre la Protecció de la posidonia oceànica en les Illes Balears) o los proyectos normativos que pretenden restringir los usos de la navegación en determinadas áreas marítimas (Mar Menor, Costa Blanca….).
Sin perjuicio del loable fin que podrían perseguir, todos ellos tienen como común denominador la falta de conocimiento de los legisladores de nuestro sector imputándole gratuitamente y sin motivación alguna una supuesta responsabilidad medioambiental caprichosa e infundada y proponiendo soluciones totalmente desproporcionadas y arbitrarias.
Pese a ello, no podemos dudar si involucrarnos o quedarnos al margen de la “moda verde”. Y es que la idea de la sostenibilidad llegó para quedarse, y mientras más tiempo dejemos pasar, más tiempo nos costará subir a la ola. Por ello hemos de comenzar a trabajar concienzudamente en esta materia con independencia de que las normas publicadas o pendientes de publicar para proteger nuestro ecosistema sean en algunos casos un fracaso con el fin que persiguen (a título de ejemplo podemos citar el decreto para proteger la posidonia que deja impune al verdadero causante y la verdadera amenaza para la posidonia como son los vertidos de tierra, los emisarios o las desalinizadoras).
Por ello, hemos de adelantarnos al legislador y proporcionarle herramientas realmente válidas y eficaces teniendo en consideración la casuística propia de nuestro sector y sus diferencias con respecto a otros sectores como pueden ser el de la automoción.
En concreto, y a título de ejemplo, debemos valorar la posibilidad de comenzar a clasificar las embarcaciones en atención a su comportamiento con el medioambiente a los efectos de ofrecerles ciertas ventajas fiscales como ocurre con los vehículos a motor o ciertos privilegios en materia de tasas o derechos de amarre.
De todos es sabido que la DGT clasifica a los vehículos en circulación con varias etiquetas. Las más bonificadas son las que se corresponden a los coches Eco y a los Cero, que presentan ciertas ventajas fiscales, y que no se ven afectados por restricciones por contaminación como las que existen en Madrid.
En concreto los coches Eco están exentos del pago del impuesto de matriculación, y tienen una bonificación de hasta el 75% en el impuesto de circulación en zonas como Madrid y Barcelona.
En el caso de los Cero, a todo lo anterior se añade el uso del carril VAO de alta ocupación en determinadas zonas, así como la ventaja de aparcar también en determinadas zonas de forma totalmente gratuita.
Sin duda es un reto complejo por la indiosincrasia de nuestro sector, pero mejor adelantarse y proporcionar soluciones al legislador antes de que nos encontremos “encorsetados” por propuestas oportunistas y desnortadas.
Este tema será uno de los ejes estratégicos del sector empresarial representado por Anen y será profundamente debatido en el próximo Congreso Náutico que se celebrará los días 5 y 6 de marzo de 2020 en la localidad de Valencia.
El autor es abogado especializado en legislación y normativa náutica, y secretario general de ANEN (Asociación Nacional de Empresas Náuticas).