La situación del mercado náutico actual obliga a nuevas soluciones para llegar con eficacia al aficionado. La celebración de determinados salones náuticos por todo el litoral peninsular y las islas es un modo de atraer al aficionado y de asegurar algo de movimiento comercial en uno de los sectores que atraviesa peor la crisis.
Esta propuesta no es nueva. Ya sean de carácter privado – organizados por empresas, puertos o agrupaciones de náutica-, ya sean de dependencia oficial – tutelados por entidades, asociaciones del sector y ayuntamientos-, o bajo una fórmula mixta, estos pequeños salones locales que se celebran especialmente en primavera pasan por ser una eficaz manera de difundir la náutica de recreo en su más amplio sentido.
Las últimas cifras de mercado proporcionadas por las asociaciones profesionales tales como ANEN y ADIN, además de la DGMM, sobre ventas y matriculaciones estiman que, por cada barco nuevo que se vende o matricula, se venden tres de ocasión. Y según algunas firmas nacionales de primer orden, hasta más de cuatro barcos de ocasión por uno nuevo que se matricula y se echa al agua. Pero además, hay gato encerrado en estas cifras aproximadas. Las más importantes náuticas del país afirman que una buena parte de todo este barco usado que vuelve de nuevo al mar, lo hace en el extranjero, ya que son principalmente franceses y otros europeos quienes aprovechan las verdaderas gangas que están de oferta.
“Actualmente se estima que, en España, por cada barco nuevo que se matricula, se venden tres (o más) de ocasión.”
Es esto, pues, una referencia a la importancia que tiene actualmente el barco de segunda mano, que además cuenta con ferias especializadas en modelos de ocasión, como por ejemplo el de Empuriabrava -con un gran número de visitantes franceses-, entre otras. Además de éste, otros acontecimientos de referencia son la Feria Náutica de El Masnou, cerca de Barcelona, que se organiza con la colaboración del puerto y sus empresas y atrae a un buen número de aficionados gracias a las interesantes ofertas de sus barcos usados y de primeras marcas. Y el de Puerto Banús, de Marina Marbella, otro evento de referencia en el litoral andaluz, con esloras de todos los tamaños y una oferta muy completa de marcas. Y el de Dénia, que ya ha cobrado una notable importancia en su franja de influencia e incluso atrae visitantes más allá de ésta.
Entre los salones que podríamos denominar como “oficiales” destacan el de Festival del Mar organizado por ADIN, el VLC Boat Show en Valencia, o el rebautizado Palma Boat Show de la capital balear. Aquí, en estos salones, tiene cabida todo lo náutico: nuevo, usado, accesorios, recambios, vela, motor, etc
El Festival del Mar se reparte este año en tres puertos: Cambrils, en Tarragona, y Badalona y Mataró, en Barcelona. La complicada situación ha obligado a carecer de un puerto en la costa de Girona, no obstante, la ilusión y colaboración de los puertos y ayuntamientos de estas localidades han llevado a complementar el evento con una oferta que dinamiza otros aspectos tales como la cultura, el turismo, la difusión de la gastronomía local, etcétera.
En cuanto a los Boat Show de Valencia y Palma este año parece que serán otra cosa, o al menos eso pretenden, al proyectar sus certámenes bajo la etiqueta de “internacional”. Valencia desea resurgir, con un apretado presupuesto y toda la ilusión del mundo. Y Palma de Mallorca… también. Son dos apuestas de alto riesgo que cuentan a su favor con unas excelentes instalaciones y el atractivo turístico de sus ciudades. En cuanto a la oferta de los dos salones, es previsible que el predominio de los expositores corresponda a firmas locales.
En definitiva, la acción local, cercana al aficionado, complementada con otros atractivos, los beneficios climatológicos y la demanda inmediata, previa a la temporada del disfrute náutico, pueden ayudar a que este fondeo a triple ancla del mercado leve anclas y comience a navegar. Que ya va siendo hora.
Luis Bosch