Cuando el skipper François Gabart fue el primero en cruzar la línea de meta del Puerto de New York a las 18:24 horas (22:24 GMT) del martes 10 de Mayo al timón de su trimarán de 100 pies de eslora, Yanmar estuvo entre los que celebraron una victoria excepcional.
El regatista oceánico francés Gabart recogió el trofeo de la regata Transat bakerly 2016 en modalidad individual, completando una de las grandes regatas más prestigiosas del mundo, y habiendo zarpado de Plymouth, Reino Unido, 8 días, 8 horas, 54 minutos y 39 segundos antes.
Las regatas oceánicas llevan hasta el límite no solo la resistencia humana, sino que también ponen a prueba de forma brutal las embarcaciones, su equipo y sus sistemas. Muchos de dichos sistemas, desde los molinetes del ancla, hasta las desalinizadoras de agua, bombas hidráulicas para el aparejo, cabrestantes y sistemas de manejo de vela y propulsores, necesitan potencia mecánica y eléctrica. Lo mismo sucede con la electrónica para la navegación y la comunicación, por no hablar de las comodidades de a bordo – espartanas hasta el extremo de lo que se puede encontrar en embarcaciones de regata.
Potencia silenciosa
Proporcionando la potencia necesaria para todo esto, estaba el motor diésel modelo 4JH4-HTE de Yanmar Marine International. Con 110hp de potencia, inyección directa y turbo-alimentado, este motor ha sido diseñado desde su origen específicamente para aplicaciones marinas, al igual que todos los motores de YMI, y cuenta con una sólida reputación de un funcionamiento silencioso y limpio, así como de gran fiabilidad.
“No suponemos que François estuviese pensando en el motor durante su épica regata”, declaró Wil Botman, assistant sales manager de YMI. “De hecho, nosotros más bien esperábamos que no lo estuviese. Nuestros motores tienen una gran reputación por combinar un buen funcionamiento con muy buenos modales. Son los motores más suaves, limpios y más fiables que pueden instalarse en cualquier embarcación, de modo que no debería haber sido distraído por ellos.”