Todos los barcos de recreo con autorización para navegar más allá de 12 millas de la costa están obligados por ley a llevar de una balsa de salvamento. Eso lo sabe cualquier navegante y también, al menos en teoría, todos deberían saber cómo se activa. Pero lo que muchos desconocen es qué hay dentro del cofre rígido o la bolsa estanca que la contiene, y tampoco algunos detalles que descubrimos en este artículo. GERMÁN DE SOLER
Hay un tipo de balsa para cada programa de navegación, que está en función de la distancia de la costa a la que naveguemos, y cada tipo contiene un equipamiento diferente. Según la normativa española, hasta 12 millas de la costa no es necesario llevar a bordo una balsa salvavidas, y de 12 a 60 millas debe estar homologada ISO 9650 y contener un paquete SOLAS B (sin agua ni comida). A partir de 60 millas debe estar homologada SOLAS A (doble de pirotecnia, elementos de supervivencia, agua y comida).
Las balsas de cuatro plazas no requieren homologación, ya que se destinan a navegación a menos de 12 millas y llevarlas a bordo es voluntario. A partir de cuatro plazas ya deben estar homologadas para la correspondiente categoría de navegación.
En la tabla adjunta se resumen el tipo de balsas que obliga a llevar la normativa española.
Obligatoriedad de la balsa de salvamento
Hasta aquí, nada nuevo. Normativa aparte, hoy en día a nadie se le ocurre salir a 60 millas sin una balsa, como a nadie con dos dedos de frente se le ocurre subirse sin casco a una moto. Pero hay un tema importante que en demasiadas ocasiones se descuida: las revisiones.
Por su seguridad
Pese a que la normativa española obliga a pasar una revisión una vez al año con prueba de hinchado y cada cinco años con prueba de carga del cilindro de gas, la legislación europea no es homogénea de manera que en algunos países las revisiones son cada dos años mientras que otros, especialmente los países nórdicos, lo dejan a la recomendación del fabricante.
Y sin embargo, pese a que la española es una de las legislaciones más restrictivas en este ámbito, no son pocos los que, por su cuenta y riesgo, lo hacen cada dos años, coincidiendo con la ITB del barco. Si bien es cierto que una balsa, empaquetada en su contenedor y estibada en un ambiente correcto, puede mantenerse operativa varios años por lo que respecta al material, ya que la vida útil de los materiales se reduce no con el tiempo sino con la exposición a los elementos, no lo es menos que lo que contiene sí que caduca, especialmente el contenido del botiquín, las pilas y la pirotecnia de señalización.
La revisión
Una revisión normal se hace en pocas horas y el precio pra unas seis plazas Zonas 2 y 3, por ejemplo, sin respuestos ni IVA, se sitúa en unos 170 euros. El precio varía sin embargo dependiendo del tipo de balsa, su capacidad y del tipo de revisión. En una revisión anual no se dispara el cilindro de gas —se pesa y si el peso es el que debe ser y no ha perdido, es que está bien—, sino que la balsa se hincha con un compresor, por lo que el coste es menor que en una revisión cada cinco años, en la que sí se dispara y rellena el cilindro, en lo que se denomina “test de inflado”. La fecha del test de inflado se troquela en la parte superior del mismo.
Los flotadores se dejan hinchados durante dos horas en lo que se conoce como test de presión de hinchado. La primera hora se deja transcurrir para que se estabilice la presión y la segunda permite comprobar pérdidas mediante tomas de medidas de presión. La diferencia entre una y otra medida no puede superar el 5 %, aunque esto varía según los fabricantes.
Lo que sí se cambia en las revisiones normales es el material caducado o tengan una validez inferior a un año contenido en el saco estanco del interior de la balsa.
También se cambia la bolsa de vacío de plástico en que está envuelta la balsa dentro del contenedor blando, que se termosella en cada revisión para asegurar su estanqueidad. La función de esta bolsa es proteger la balsa y hacerla más compacta al vacío para embolsarla en el contenedor y que ocupe el mínimo espacio.
Los cuatro tipos de prueba de una revisión
Las pruebas de las balsas en el taller del correspondiente servicio oficial de revisión —en nuestro caso Survitec— constan de varias fases dependiendo de la periodicidad y la antigüedad de la balsa.
-Test de presión (Air Holding): prueba de hinchado y presión de los flotadores. Pesaje del cilindro. Cada año.
-Test de hinchado con el cilindro (Gas Inflation Test): prueba de hinchado con el propio cilindro de la balsa. Cada cinco años.
-Prueba de sobrepresión: se taponan las válvulas de sobrepresión y se hinchan los flotadores al doble de la presión de trabajo durante cinco minutos. Se comprueba que no haya grietas ni fugas. El test es auditivo y visual. Cada año a partir de los 10 años de vida de la balsa.
-Prueba del suelo: se camina por el suelo de la balsa, se pone un peso de 70 kg y se comprueba que el suelo no se despegue. Cada año a partir de los 10 años de vida de la balsa.
Si hay que usar la balsa
A tener en cuenta
1. El contenedor
Puede ser rígido o de lona. No hay más diferencias que las que afectan a la conservación y a la facilidad de estiba. La elección se hace generalmente en función del espacio disponible a bordo.
2. La boza de disparo
Es de cinta plana y suele medir unos 14 metros, de los que sobresalen dos. Hay que hacerla firme a bordo en una cornamusa antes de lanzar el contenedor al agua por la borda, por sotavento o por popa. No hacerlo significa perder la balsa. Nunca tirar de la boza mientras la balsa esté a bordo: la cinta se desenrollará sola en toda su longitud al lanzarla al agua.
En los contenedores rígidos no hay que cortar los flejes de sujeción de la tapa antes de lanzarla. Se romperán automáticamente al hincharse.
3. El disparo
Una vez el contenedor en el agua, basta cobrar de la boza y efectuar un tirón enérgico. Un percutor perfora una membrana del cilindro y La balsa se hincha automáticamente en menos de un minuto.
4. El acercamiento
Una vez hinchada la balsa, cobraremos de la boza hasta acercarla al costado para abordarla.
5. Liberar la balsa
Una vez todos los tripulantes a bordo, nos separaremos del barco. En la parte exterior del flotador, encontraremos una funda con un cuchillo de punta roma. Lo sacaremos para cortar la boza.
6. Hinchado al revés
Si la balsa se hinchase cabeza abajo, no habrá más remedio que tirarse al agua para voltearla. Todas disponen de una cincha para este fin. Para hacerlo, buscaremos el contenedor de la botella de CO2, apoyaremos el pie en él y nos agarraremos a la cincha para voltear la balsa tal como se ve en la foto. Colocarse a sotavento facilitará el volteo.
A no dejar a bordo
• Radiobaliza. Debemos llevarnos a bordo de la balsa la radiobaliza de socorro del barco, ya que esta da permanentemente la posición y, si la olvidamos a bordo, los servicios de rescate se dirigirán al punto en que hayamos abandonado el barco, pero nuestra balsa puede estar a decenas de millas de distancia llevada por el viento y la corriente.
• VHF. La emisora portátil debe también venir con nosotros. Nos será de gran ayuda en el momento del rescate o para comunicar con otros barcos en las inmediaciones.
• Bolsa de emergencia. Es conveniente disponer siempre de una o dos bolsas estancas con material de emergencia al alcance de la mano en un lugar conocido del barco, que embarcaremos con nosotros en la balsa. En ella guardaremos todo lo que consideremos necesario en caso de abandono: abrelatas, comida envasada, pilas y, sobre todo, agua.
• Chalecos salvavidas. Los chalecos salvavidas se embarcarán también siempre en la balsa de salvamento.
SABÍA QUE…
– El cilindro no contiene aire comprimido sino una mezcla de Co2 y un 10 % de Nitrógeno.
– El cilindro lleva un 10 % más de capacidad que el volumen de los flotadores calibrado por el fabricante.
– El peso aproximado de una balsa deportiva de seis plazas es de unos 40 kg.
– La normativa establece que una balsa debe hincharse en un minuto. En la foto, la balsa hinchada y con el cilindro a la vista.
– En el interior de su bolsa o contenedor, la balsa está envuelta en un plástico grueso termosellado que la empaqueta al vacío para reducir su volumen. Al abrirse, el plástico se rompe y quedará flotando, junto con la bolsa exterior. Al cortar la boza se liberan ambos.
– Los flotadores son independientes. Del cilindro de presión salen dos tubos que los hinchan por separado.
– El test de presión de los flotadores dura dos horas, con una medición cada hora, y se hace teniendo en cuenta la presión y la temperatura ambientes. Para cada grado de temperatura hay que restarle a la balsa cuatro milibares. Cada milibar de presión atmosférica afecta en un milibar de presión en el interior del flotador. La pérdida, entre las dos mediciones, debe ser menor del 5 % para validar el test.
-Durante el hinchado puede formarse escarcha en el exterior del flotador. No pasa nada, lo produce la descompresión del nitrógeno del cilindro.
– El silbido que se percibe tras el disparo no significa que se esté deshinchando la balsa: es el sobrante que expelen dos válvulas de sobrepresión situadas en un lateral de los flotadores. Tras unos minutos, los flotadores adquirirán la rigidez adecuada.
– Con la caída de la temperatura los flotadores pueden perder rigidez, especialmente por la noche y viceversa. Un grado de aumento o disminución de temperatura equivale a 4 milibares en volumen (una balsa como la de la prueba está calibrada generalmente a 250 milibares). No hay problema: con la salida del sol, los flotadores se recuperarán.
– La balsa dispone de una luz estroboscópica exterior para localización y de otra interior. Ambos se activan automáticamente al contacto de los bornes que están bajo la balsa con el agua, por lo que estarán siempre encendidos.
Solución de problemas
– Si es necesario rehinchar los flotadores a causa de una fuga, en el interior disponemos de una bomba de hinchado manual. Las válvulas de hinchado, una por flotador, están en el interior de la balsa.
– También disponemos de un kit de reparación. Trabaja mal en mojado, por lo que recomendamos embarcar un kit adicional de secado rápido y que trabaje en mojado (tipo DrSails). A bordo hay espiches plásticos de diferentes tamaños, sumamente efectivos.
– En el interior de la balsa, junto a la entrada disponemos de un aro de salvamento de pequeño diámetro que usaremos como ayuda en caso de que un tripulante tenga que alcanzar la balsa a nado.
Qué vale una balsa
El precio de una, ZODIAC BD ISO9650 (Zonas 2-3, entre 12 y 60 millas), de seis plazas con pack SOLAS tipo B, es de 1.533 Euros con bolsa y de 1.591 euros con contenedor. Para ocho plazas el precio es de 1.645 con bolsa y 1.727 euros con contenedor.
¿Qué hay en mi balsa de salvamento?
Es importante conocer de antemano qué encontraremos en el interior de una balsa deportiva como la que nos ocupa, para zonas 2 y 3 con equipamiento SOLAS B. Para comprobarlo, durante la prueba de hinchado realizada en Survitec desplegamos el contenido de la bolsa estanca y esto es lo que vimos. Hay que tener presente que las balsas de tipo B y C para zonas 2 y 3 no llevan agua ni comida.