La decisión está tomada. Vamos a ver los posibles barcos antes de decidir la compra de un velero. Después de estudiarlos en fotografías e informes, ha llegado el momento de la verdad. Ya hemos filtrado los modelos y unidades que no nos interesan, porque lo que se propone a continuación implica ver el barco fuera del agua y realizar una revisión rápida y eficaz. TEXTO: ISIDRO MARTÍ
CUBIERTA Y BAÑERA
-Daños y desgaste en el gelcoat. La inspección es visual. Miraremos toda la cubierta y bañera para comprobar que no hay grietas, agujeros o roturas por impacto en la superficie.
– Deslaminación. Con un destornillador golpearemos suavemente las zonas donde pueda haber deslaminación, cerca de las escotillas y otras oberturas. El sonido ha de ser uniforme.
– Borda y regala. Observaremos si hay reparaciones con silicona o similares entre la borda y la regala, cordones no uniformes a los del astillero, que rompan la estética. El mal estado nos lo delatará las posibles entradas de agua.
– Candeleros. Intentaremos moverlos con la mano. Su sujeción ha de ser firme en todas las direcciones. Los tinteros han de estar bien sujetos y sellados con silicona.
– Rueda o caña. La moveremos en todos los sentidos, comprobando un movimiento uniforme y suave, sin holguras.
– Winches. Los giraremos con la mano. Su sonido ha de ser musical, limpio y lubricado.
– Toldos y fundas. Los revisaremos en sus costuras y sus zonas transparentes, clásicas en la capota. No han de estar oscurecidas o cuarteadas. Las costuras se han de ver resistentes.
– Velas. No es necesario izarlas totalmente, pero sí que les quitaremos las fundas —de la mayor— y haremos girar el enrollador del génova unos metros para ver su aspecto y buen funcionamiento. Efectuaremos una inspección visual del tambor del enrollador, cabos, roldanas, grilletes y demás armamento.
PALO Y JARCIA
– Palo. Desde el pie de palo observaremos que esté recto, sin asimetrías, golpes y que toda su superficie es de color y textura homogénea, sin señales de corrosión o impactos. Prestaremos especial atención al pie de palo.
– Crucetas. Desde popa o incluso fuera del barco, comprobaremos que sean simétricas, una vez a bordo, moveremos los obenques a mano para comprobar su holgura. Observaremos de paso los anclajes de los mismos a cubierta o sus cadenotes. Buscaremos grietas y óxido.
– Jarcia. Prestaremos especial atención a la unión de los cables con los herrajes, que no presenten hilos sueltos. Situaremos la posición de los cadenotes e intentaremos ver su estado en el
interior del barco.
INTERIORES
-Fijaciones. Observaremos la unión de mamparos y muebles al casco. Ha de ser sólida y sin síntomas de grietas o reparaciones.
-Filtraciones. Buscaremos restos de cristales de sal, chorretones de óxido o paso de agua. Especialmente en la unión de casco y cubierta, bases de candeleros y grifos de fondo. Repasaremos los
cadenotes.
-Base de palo. Suele haber un puntal o un mamparo estructural. Ha de mostrar solidez y simetría.
-Puertas. Han de abrirse y cerrarse sin problemas de ajuste.
-Sentina. Ha de estar limpia y seca. Si la bocina es clásica, con refrigeración por goteo, comprobar que éste no sea escandaloso.
-Aseo. Ha de cumplir la normativa, de tanque de aguas negras o químico homologado. No ha de oler especialmente mal. Ha de estar limpio.
-Motor. Las baterías no han de tener bornes sulfatados, han de estar limpias. Todos los grifos de fondo se han de abrir y cerrar sin problemas, la instalación eléctrica ha de estar limpia, sin
cables sueltos ni muestras de óxido, corrosión o sulfato. La sentina del motor no ha de tener aceite o combustible, y si los tiene, se ha de buscar la causa.
El aspecto general del motor en la compra de un velero ha de ser lo más impoluto posible, sin óxido, chorretones de aceite o combustible.
-General. Miraremos el aspecto general de los barnices, fundas, cocina, instalación de gas, humos, alarmas de gas, cortinas y decoración.
CASCO Y OBRA VIVA
Si el aspecto del barco, interiores y cubierta están dentro de nuestros parámetros y gustos estéticos, entonces vale la pena ver el barco fuera del agua. En caso contrario no perderemos tiempo ni dinero adicional.
-Casco. Nos mantendremos cerca del casco y caminaremos relativamente rápido de proa a popa y a la inversa. Buscaremos irregularidades en la superficie, golpes, ondulaciones, reparaciones de gelcoat.
–Obra viva. Revisaremos el casco en búsqueda de burbujas, síntoma de ósmosis, para pincharlas con una llave y comprobar si el líquido huele a vinagre. Giraremos la pala, la hélice y comprobaremos que la quilla no muestra señales de varada.
Esta lista no es completa pero le ayudará a tomar la decisión. O a presupuestar la puesta a punto, en caso de compra. Suerte.
Compra de un velero
Si quieres más información sobre la compra de un velero. Consulta nuestro artículo 10 preguntas clave… antes de comprarse el barco