Trucos
Albert Puerto
Vela
Toma de rizo y batidores
Cuando se modifica la superficie de la vela mayor es muy importante tener en cuenta el correcto trimado del balumero. Las velas mayores actuales pueden relingar la baluma por un cabo destinado para tal fin que se trima desde la propia baluma (en velas de superficie pequeña o mediana), o desde el puño de amura (en velas de mayor porte). Es mucho más práctico que esta regulación se lleve a cabo desde el puño de amura, pues si se regula desde la baluma es necesario desplazarse hasta el penol de la botavara, operación algo arriesgada en condiciones de viento y mar embravecido.
El correcto diseño de esta vela implica que en cada franja de rizos se incorpore una pequeña mordaza para regular el batidor o balumero, de esta forma podrá trimarse correctamente la vela en cada toma de rizos. Es básico recordar de liberar el batidor cuando se largan los rizos para no deformar la baluma de la vela. Si las mordacillas están bien diseñadas y correctamente ubicadas se puede largar el balumero frenado en una mordaza superior tirando fuerte del cabo, que se liberará por sí solo.
Acastillaje
Pérdida de carga
Una polea siempre implica un rozamiento que hace aumentar la fuerza con la que se tiene que tirar de un cabo. Este concepto es el que se denomina “pérdida de carga”, y oscila entre un 10% y un 25% dependiendo de la tecnología y los materiales empleados en la polea.
Las poleas más sencillas son aquellas en las que la roldana gira alrededor de un eje por fricción. Este tipo de poleas puede llegar a experimentar una pérdida de carga de hasta un 25%. En un segundo nivel encontramos las poleas de rodamientos. La roldana no gira directamente sobre el eje, sino que una serie de rodamientos se intercalan entre el eje y la roldana. Estos rodamientos pueden ser de acero o de fibras sintéticas, como el Delrin o el Torlón. Los materiales sintéticos consiguen una óptima relación rozamiento/peso. En este grupo la pérdida de carga oscila entre un 12-18%.
Para finalizar, las poleas tipo Airblock, sin eje central, se presentan como las mejores, pues toda la roldana está llena de rodamientos, por lo que la pérdida de carga es mucho menor, del orden de un 7% a un 12%, aunque su precio es mucho más elevado. Al aumentar el número de rodamientos la presión sobre el eje disminuye, disminuyendo la pérdida de carga.
Navegación
Radio horizonte
La curvatura de la superficie terrestre define el horizonte que puede captar el observador. Si la superficie fuera plana, se podría alcanzar a ver un horizonte mucho más lejano, pero la curvatura limita el alcance de la visión, es decir, los objetos se esconden detrás del horizonte.
Dependiendo de la altura del observador varía el alcance de la visión, aumentando a medida que crece la altura de la observación. Existe una fórmula matemática que define este curioso fenómeno:
D= 2.0778 x raíz cuadrada de H
Siendo D la distancia del horizonte visible y siendo H la altura del observador.
La distancia máxima de observación describe un horizonte que es circular que recibe el nombre de radio horizonte. Desde la luz de un faro se puede trazar una tangente a la superficie terrestre, que determina el alcance geográfico del faro. El alcance luminoso siempre será superior, pero el rayo de luz se eleva por encima de nuestras cabezas. El momento de aparición de la luz del faro en el horizonte indica la distancia aproximada que nos separa, y para conocerla se entrará en la tabla correspondiente del libro de faros con los datos de altura de la observación y altura del faro avistado. La distancia no será otra que la suma de los radios horizontes del faro y del observador.