Llega el nuevo viajero ‘slow tourism’ que busca descubrir nuevos parajes alejados de aglomeraciones, disfrutar de la naturaleza y conectar con los lugareños. En este sentido, Click&Boat impulsa el turismo ‘slow’ a través del alquiler de barcos, como lanchas, yates y veleros, con o sin patrón. Aquí tenemos cinco ideas para practicar el ‘slow tourism’.
Durante el primer trimestre de 2022, la plataforma recibió un 114% más de reservas de viajeros náuticos españoles que en el mismo periodo del año anterior. Una de las tendencias de viajes que ha perdurado, pese a la pandemia, es el ‘slow tourism’. Una manera de practicar turismo en la que los viajeros buscan alejarse de las aglomeraciones, de las ciudades masificadas para conectar con la naturaleza, vivir nuevas aventuras en parajes poco conocidos, conocer a los locales de primera mano.
El barco es una de las opciones más demandadas para practicar ‘slow tourism’ en las próximas vacaciones. Según datos de Travellyze, la plataforma de inteligencia turística del grupo ITG, el interés para reservar embarcaciones para hospedarse este verano ha aumentado exponencialmente. Desde Click&Boat, plataforma de alquiler de barcos, confirman esta tendencia, ya que durante el primer trimestre de 2022 recibieron un 114% más de reservas de españoles que en el mismo periodo de 2021. En el mar, los tiempos los marcan la naturaleza y sus tripulantes. Viajar desde una cala a otra y desembarcar en lugares poco conocidos, realizar actividades menos comunes, hacen del turismo náutico el perfecto aliado del ‘slow tourism’.
¿De qué manera se puede practicar este tipo de turismo? Click&Boat propone cinco planes:
1 Desconectar y reconectar con la naturaleza
Sumergirse en el ‘slow tourism’ es tan fácil como alquilar una embarcación Click&Boat y salir a navegar. Una buena idea es visitar reservas naturales, a las cuales solamente se puede acceder vía mar. Como por ejemplo las Islas Columbretes, de origen volcánico, ubicadas en el Mar Mediterráneo, para explorar la flora y fauna del lugar. Siempre, previo al viaje, hay que informarse de las normativas que estos espacios tienen para seguir preservando su belleza.
2 Practicar un voluntariado durante las vacaciones
El turismo ‘slow’ busca tener un impacto positivo para la comunidad, el objetivo es apoyar a los locales y contribuir en sus proyectos. En la ciudad de Valencia se puede hacer voluntariado medioambiental. La asociación BIOagradables, un colectivo de voluntarios activistas por el medio ambiente lleva desde 2012 organizando de manera mensual limpiezas de playa.
3 Saborear la gastronomía local y apoyar el pequeño negocio
Este año Menorca ha sido reconocida como ‘Región Europea de la Gastronomía 2022’. Su estilo de vida relajado, combinado con la dieta mediterránea, han hecho que la isla de azul turquesa sea congratulada con este título. Visitar cualquiera de sus calas para sumergirse entre aguas limpias y cristalinas, va acompañado por desembarcar en la isla para degustar sus productos kilómetro 0 como pescado, mariscos, frutas y hortalizas.
4 Experimentar una etapa costera desde otro punto de vista
La mayoría de los turistas recorren la costa de un territorio desde tierra, ya sea en coche o incluso a pie. No obstante, la experiencia puede ser mejor si cabe desde el mar. La visión de la costa es única y la libertad de movimiento casi infinita. Una opción imperdible es el Grand Tour de Cataluña: aunque usualmente se realiza en coche, el barco se presenta como una gran opción para vivir algunos tramos de la experiencia desde otro punto de vista. Las calas de agua cristalina y los puertos pesqueros de los pueblos del Mare Nostrum son unos compañeros de viaje que invitan a relajarse y disfrutar de la vida mediterránea.
5 Desvelar los secretos de la costa con un giro de timón
¿Cuántas veces has querido acceder a una cala, pero los aforos, el desconocimiento o la inaccesibilidad del terreno te han privado de sus encantos? En un barco estas barreras quedan desactivadas. Algunas de las calas más secretas del Mediterráneo se revelan ante los ojos del navegante que, además, cuenta con la opción de disfrutar de sus virtudes desde la absoluta intimidad de su embarcación. Y es que un barco es la llave para las calas más recónditas: permite olvidar las caminatas eternas hasta la Cala San Pedro en Almería, el casi imposible acceso a la Cala Pino en Málaga, o las escarpadas paredes de la Cala dels Testos, en Alicante.