Es un modelo que ha marcado la nueva época delas Prestige, una gama de cruceros singularmente práctica, funcional, hecha para navegar y disfrutar de la mar con todo confort. Y la 400 Fly es uno de los mejores ejemplos dentro de su segmento, con el valor añadido de una relación precio calidad casi imbatible.
Cuando un barco va bien, no lo toques. Y esto es lo que hace en buena parte Prestige con sus diseños. Este 400 es la evolución de la Prestige 39. Ahora en este casco se han mejorado los semitúneles, se respeta la transmisión por eje directo y se han incorporado los Cummins QSB 5.9 de 380 Hp, una potencia algo superior a la que equipaba la anterior 39 pies. De este modo se puede decir que esta 40 pies ha quedado totalmente optimizada, tanto en carena y potencia como en el rediseño de los interiores.
El constructor afirma que este modelo es el barco puente entre las Prestige menores a las de 50 pies. Y también que es un modelo (novedad 2011) que inauguró en su momento la denominada “Generation 2” de Prestige, inaugurando una nueva filosofía dentro de la marca, en el que predomina la ausencia del lujo, la racionalidad, el sentido común y práctico.
Según su diseñador, Vittorio Garroni, éste es un crucero en el que las necesidades de habitabilidad, espacios amplios, luminosidad natural y funcionalidad a bordo han primado sobre otros aspectos como puedan ser el lujo en los detalles o la decoración.
Enorme superficie destinada al fly, grandes cristaleras, mobiliario más actualizado y de modernos diseño combinado con nuevos materiales son, entre otras, algunas de las innovaciones aportadas por esta marca.
Cubierta y bañera
La 400 Fly destaca a primera vista por sus modernas líneas, que estilizan un perfil en una eslora con una altura muy notable en el francobordo. Es la tendencia actual con el fin de proporcionar el mayor espacio posible tanto en el salón como en los interiores.
La popa sorprende por su enorme plataforma, bien equipada, con escala y ducha, cofres de estiba y acceso directo ala bañera, donde un gran sofá de más de dos metros de largo preside un área abierta que se puede convertir fácilmente en una dinete al aire libre. Debajo no faltan cofres y los herrajes de amarre están situados en la regala, accesibles fácilmente desde la bañera.
Los pasos laterales son bastante anchos y cuentan con pasamanos altos a lo largo del fly hasta el puesto de gobierno, cuando se podrían prolongar un poco más para no abandonar las posibilidades de seguridad hasta llegar a la cubierta de proa. La cubierta, ocupada por las tres colchonetas de solárium, queda rematada en la proa por un balcón semiabierto para facilitar el fondeo. Los herrajes están bien dimensionados, el pozo de anclas es grande y el molinete viene de serie. Aunque a ambos lados del solárium se han previsto pasamanos para los que toman el sol, faltan unos portavasos a al altura de las cabeceras, detalle presente por otra parte en las Prestige de mayor eslora.
La escalera que asciende al flybridge está integrada en la estructura y resulta muy cómoda por el tamaño de los escalones, de casi 60 centímetros de anchura, y la altura entre ellos. Arriba, la superficie es enorme, dominada por un amplio solárium en la zona posterior, con unas dimensiones de tres metros y medio cuadrados (200×175 cm), que se completa con una dinete de sofá en forma de U que ocupa toda la banda de babor, y cuyo respaldo se puede colocar en horizontal para ampliar el solárium. Una gran mesa retirable, soportada por una sola pata, completa el conjunto. Destacan los respaldos acolchados que contornean todo el sofá, hasta la misma proa, junto al puesto de gobierno.
En general la zona abierta de este barco, sin aspectos llamativos, resulta realmente cómoda, segura y está equipada con pasamanos en todos los puntos clave. La cubierta y la bañera pueden incorporar opcionalmente teca. Buenos acabados y acertada distribución de los distintos elementos, tanto en el fly como en el resto de la cubierta.
Puestos de gobierno
Los dos puestos de gobierno están a la altura de una eslora de esta talla. En el fly, se ha optado por un puesto individual, cuando en muchas ocasiones en un crucero de 40 pies el asiento del piloto queda compartido con un acompañante. Aquí, respondiendo al sentido práctico, se ha dado prioridad a la dinete, que está próxima, y a una consola de tamaño adecuado, sin grandes complicaciones de diseño, no muy alta y pensada simplemente parta poder ubicar la instrumentación de los dos Cummins y una pantalla multifunción (de menor tamaño que la de la cabina) y las palancas electrónicas DTS. Además caben aquí el piloto automático, los pulsadores de los flaps, el compás y la radio. No falta un reposapiés, pero sí algún hueco para depositar objetos personales. Es un espacio con asiento fijo, sobrio, pero cómodo y con excelente visibilidad, bien protegido del aire por el alto y eficaz deflector de metacrilato próximo al piloto.
Por su parte, en el interior el astillero ha prestado más interés al puesto de la cabina. Más elegante y espacioso, mantiene el mismo estilo de la consola de arriba: sobrio, bajo para no estorbar en la visión frontal, y con todos los elementos bien colocados. En la parte superior la relojería de los Cummins (las pantallas Vessel View son opcionales), una multifunción de Raymarine 1200, y con las palancas DTS electrónicas situada cerca del piloto. No falta el juego de interruptores ni los pulsadores de los flaps ni el reposapiés. En este caso el banco fijo del piloto es un poco más ancho y permite un acompañante. Solo un pequeño inconveniente: la conducción de pie en el puesto interior verá limitada la visión por el hueco en el techo. Los dos volantes, del fly y de la cabina, no son regulables.
Los dos puestos de gobierno son el mejor ejemplo de cómo una consola, sobria, sencilla, sin filigranas de diseño para la relojería y demás tonterías, resuelve con eficacia las necesidades de gobierno en un barco de crucero. Sobresaliente por su sencillez, distribución y ergonomía. El equipamiento es otra cosa.
Interiores
El agradable ambiente de espacio y claridad favorecido por las grandes cristaleras del salón, hacen de este barco un crucero realmente confortable. El salón principal, amplio y bien distribuido, presenta un gran sofá a babor, frente a la dinete en L con una mesa de ala plegable y dos módulos de asiento que pueden quedar escondidos bajo la mesa, donde no falta un botellero. Un mueble de servicio, completa el mobiliario barnizado en mate con los tonos claros de las tapicerías, que se refuerzan con la moqueta, en un delicado blanco crudo. La aireación en este espacio está garantizada por las dos ventanas laterales, manuales que no eléctricas, practicables y la doble puerta de popa.
La zona de noche ofrece una cocina bien equipada, hundida, cerca de la escalera de acceso, y totalmente abierta por arriba, de modo que recibe toda la luz del parabrisas. Una larga superficie de trabajo distribuye dos fogones a gas con microondas debajo, un fregadero de inoxidable y, lo mejor, una gran nevera doméstica. Los cajones y armarios completan este espacio que dispone de su portillo de ventilación y que cumple correctamente para cubrir las necesidades de un crucero de travesía.
En la banda opuesta se encuentra la cabina con dos literas dobles, que como la de proa, tiene acceso directo a su respectivo aseo. En este caso, el gabinete tiene dos puertas, a la cabina y al distribuidor, frente a la cocina. Dos camas iguales, de 190×60 cm, la mesita de noche central y el armario ropero se complementan con la misma decoración en madera y tonos claros del resto del barco.
La zona de proa está ocupada por la cabina principal, con una cama de matrimonio (195×150 cm), estantes a lo largo de las amuras y dos armarios roperos, además del cajón bajo los pies de la cama y la escotilla cenital. Este camarote tiene acceso directo a su respectivo gabinete de aseo, que solamente cuenta con una puerta. Ambos baños, sencillos pero con todo lo necesario, dispone de la ducha aprovechando la grifería del lavabo y una cortina de baño.
Interiores, pues, más que completo, sobrios, sin excesivos detalles de lujo, pero sumamente funcionales, donde la carpintería muestra un trabajo correcto, sin los encarecimientos de respetar las aguas de la madera de las distintas piezas.
Navegación y conclusiones
Con los dos Cummins QSB 5.9 de 380 Hp la Prestige 400 Fly tiene su motorización ideal. Prestige lleva años buscando para cada uno de sus modelos el motor que mejor se adapta, entre otras razones porque en los costes de producción un mismo motor reduce notablemente las horas de trabajo. Y en este caso son los mismos QSB 5.9 con dos potencias distintas.
Solamente se ofrecen dos opciones en motorización, con los mismos motores Cummins QSB 5.9 de 380 Hp o de 330 Hp, con una diferencia de precio de solamente 8.000 euros (de 262.000 a 270.000 euros, precios franco fábrica, y sin impuestos), por lo que prácticamente descartamos los de 330 Hp, que según el astillero, solamente hacen un nudo menos de punta…
La Prestige 400 Fly es un barco manejable, rápido, con muy buena evolución en la aceleración. Los Cummins proporcionan un bajo nivel acústico y la práctica ausencia de vibraciones y resultan una motorización que resulta óptima para este barco, que puede superar los 31 nudos de punta o mantener un buen régimen de crucero de 23 nudos a 2.500 rpm. La autonomía mínima (es decir con el gas a fondo) es de unas 170 millas, ya que el consumo máximo de los dos motores conjuntamente asciende a los 148 litros por hora. Mientras que a velocidad de crucero, el consumo de los dos motores no supera los 100 litros, por lo que la autonomía es de unas 190 millas.
Aunque el barco dispone de semitúneles con el fin de facilitar el asentamiento y el planeo, los flaps (opcionales) son un accesorio que resulta poco menos que indispensable para optimizar el trimado. Además, la hélice de proa es también un elemento importante para facilitar la maniobra en un barco con ejes. En le pack denominado “Preference” el astillero ofrece por 11.810 euros, una lista que comprende la hélice de proa con doble comando (arriba y abajo), juego de moquetas retirable, flaps eléctricos, dos wc eléctricos y suelo de la bañera en madera maciza.
Por otra parte, el pack “Excellence”, de 25.180 euros, comprende todo lo del paquete anterior además de sistema de climatización, el juego de lonas de cierre en popa, las colchonetas del solárium de proa, las lonas de cobertura de cristales, y el pie de mesa de madera. Existe aún otro pack “Excellence” con calefacción y otros detalles.
En definitiva, crucero muy bien estudiado, generoso en los espacios interiores y en el fly, bien proporcionado, con una estética actual, sin la menos estridencia de moda, cuya imagen resistirá bien el paso del tiempo, y que se ha concebido para navegar, para vivir a bordo con un alto nivel de confort y sin lujos, como suele ocurrir en barcos similares, en los que los detalles de diseño y lujosos estorban más colaboran a ganar en confort.
Carena diez y motorización optimizada a esta eslora, que ofrece además de un buen programa de crucero una relación precio calidad imbatible, con tarifa entre el 10 y el 25 por ciento por debajo de buena parte de la competencia en este segmento de barco.
A destacar
- Buena relación precio calidad.
- Flybridge extraordinario por espacio y distribución.
- Muy buena adaptación a la potencia instalada.
A mejorar
- Limitación a dos opciones en motorización.
- Equipamiento de serie en general algo limitado.
- En el puesto interior gobernando de pie se pierde visión frontal.