Con un correcto trincaje en una embarcación se puede anticipar, en un porcentaje muy alto, la seguridad y el éxito del transporte marítimo que se ha confiado desde la primera operación. NACHO CIGALAT
El trincaje en el transporte de las embarcaciones es uno de los puntos vitales para asegurar tanto la integridad del barco como la seguridad del propio buque. Es la garantía para llegar al éxito final del transporte que se nos han confiado.
Toda embarcación estibada a bordo de un barco portacontenedores va posicionada sobre una cuna que, generalmente, ha sido construida exclusivamente para esa embarcación. Dicha cuna suele estar fabricada con perfiles de hierro y piezas de madera. Dependiendo de las medidas de la cuna y de las medidas de la embarcación a transportar, se formará una cama con tantos contenedores flat racks como sean necesarios. Por regla general si las medidas de la cuna quedan dentro de las del contenedor es más que suficiente para hacer un trincaje y dar seguridad de estiba acorde a las necesidades del conjunto “cuna más barco”.
Para buscar una seguridad máxima, se debería trincar perfectamente la cuna al flat rack, usando, tanto en los extremos como en sus laterales, tensores metálicos combinados con cadenas, y siempre cruzando estos tensores entre sí, para equilibrar alguna fuerza o movimiento en cualquier dirección.
Una vez se tiene la cuna en su posición, y bien fija, hay que proceder a asegurar perfectamente la embarcación para evitar cualquier movimiento que pusiera en peligro su integridad. Para llevar a cabo esta operación, el sistema de amarre que se utiliza sería de unas eslingas textiles y/o de nailon, ya que así se evitará rayar o dañar el casco del barco. Otras ventajas de estas eslingas es que son muy ligeras, flexibles, fáciles de manejar y se ajustan a la carga. Si las eslingas utilizadas son de cierta calidad su factor de seguridad puede llegar a ser de cinco a uno.
Todas las eslingas deben contar con etiqueta donde aparece la capacidad e información adicional requerida por estándares internacionales. Si utilizamos unas eslingas de cierta calidad no se pudrirán, no se enmohecerán y resistirán a todo tipo de bacteria, al igual que a muchos productos químicos. Hay que evitar que tengan vueltas sobre sí mismas, sino perderían funcionalidad. Es aconsejable, además, poner algún material que evite el roce de la eslinga contra el casco de la embarcación.
Los flatracks, al ser contenedores especiales para cargas de gran volumen, ya van preparados para poder trincar las piezas que se deben cargar, incluso al ser el suelo de madera permite clavar y fijar tacos de madera como topes para la propia cuna.
Si el transporte se va a realizar en un barco especial portaembarcaciones, lo que se debe hacer es soldar la propia cuna —suministrada y propiedad de la compañía naviera— al suelo del buque y, a la vez, soldar unas pletinas rodeando el apoyo de la cuna.
Uso de eslingas
¿Cuántas eslingas deberemos de utilizar para un correcto trincaje? Vamos a tratar este punto evitando hablar de las formulas físicas existentes y así entenderlo de una forma más simple y sencilla. Siempre, en unos límites de seguridad muy superiores a los calculados físicamente. Destacar, además, que esta forma de trincar es muy habitual en los barcos especializados portaembarcaciones.
En primer lugar deberemos de tener en cuenta los siguientes aspectos para determinar el número y la clase de eslingas textiles o de nailon que hay que utilizar:
– Peso de la embarcación.
– Distribución del peso.
– Centro de gravedad.
– Resistencia de las eslingas.
El peso de la embarcación tiene que venir dado previamente. A poder ser, disponer de un plano con el peso y, sobre todo, con el centro de gravedad indicado por si tuviéramos que tenerlo en cuenta.
Para hacer más sencilla la operación, y evitar así quedarse corto con los puntos de anclaje, se utilizan eslingas de cinco toneladas cada una. Amarrando con un total de x eslingas hasta llegar al 100% del peso total del barco, tanto en estribor como en babor, es decir, si la embarcación pesara 25 toneladas necesitaríamos cinco eslingas por lado para cubrir el 100% del peso en cada lado. Y del mismo modo tanto en proa como en popa, pero en este caso sería más que suficiente un 30% del peso. En el caso que el punto de gravedad estuviera muy a popa sería conveniente reforzar algo más esa zona. Es también importante que los ángulos que formen las eslingas sean de unos 35 grados para aprovechar al máximo su eficacia.
Hay casos en que el 70% del peso total de la embarcación estaba desplazado muy hacia la popa, donde se ha tenido que prestar mayor atención al modo de trincarlo y, sobre todo, a la hora de izarlo.
Atención al lugar donde se enganchan las eslingas en la embarcación, ya que si no elegimos bien el punto y el paso de ésta podemos tener roturas y/o daños inesperados. Se debe evitar partes delicadas y buscar puntos reforzados como las bitas y las cornamusas.
Para librarse de problemas posteriores, es recomendable solicitar el informe de un supervisor autorizado una vez finalicen las operaciones de carga y trincaje.
El autor es director de Yachts in Motion, S.L., y asesor en transporte internacional.