En las profundidades del Mediterráneo, entre los 400 y 3.000 metros, habita una de las especies más icónicas de la gastronomía mediterránea: la gamba roja, un manjar codiciado y un valioso recurso socioeconómico y cultural.
Autora: Anna Bozzano
Conocida científicamente como Aristeus antennatus, este crustáceo de brillante color escarlata y largas antenas, es un manjar codiciado y un valioso recurso socioeconómico y cultural para muchas comunidades costeras. Por ello, a lo largo de los últimos 80 años, la gamba roja ha sido objeto de pesca intensiva; sin embargo, los pescadores han ido experimentando cada seis u ocho años un colapso temporal de la pesquería. Es decir, un año de escasez, en el cual, a pesar de sus esfuerzos, regresaban a puerto con las redes vacías y un aire de incertidumbre. “La gamba roja se acaba”, se escuchaba en las cofradías de pescadores, a lo que los científicos trataban de dar respuestas con datos de gestión pesquera. Sin embargo, como por arte de magia, al año de escasez seguía un periodo de abundancia de juveniles y finalmente después de 3 años la gamba roja grande reaparecía en cantidad. Este fenómeno ha ido desconcertando a lacomunidad científica durante décadas, hasta que investigadores del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC) de Barcelona y sus homólogos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) de Gijón desentrañaron el enigma: las gambas eran literalmente arrastradas, como por un tobogán, desde las profundidades habituales de pesca (400 – 800 m) hasta los grandes fondos abisales, debido a un fenómeno natural conocido como cascading o cascadas submarinas de aguas densas (Company JB, et al 2008).
El fenómeno de las cascadas
El cascading se origina durante inviernos excepcionalmente fríos, cuando los vientos helados y persistentes, como los que soplan en el golfo del León, en el Adriático o en algunas zonas del mar Egeo, enfrían progresivamente la superficie del mar, provocando que grandes masas de agua adquieran una mayordensidad, pesen más, y por lo tanto precipiten rápidamente hacia el fondo marino. Si aquí encuentran cañones submarinos (valles estrechos con paredes abruptas), el efecto del cascading puede alcanzar grandes distancias. Este fenómeno, que puede durar entre varias semanas y meses, genera corrientes de hasta 8 cm por segundo (casi 30 km/h), y trasporta millones de metros cúbicos de agua hacia abajo. Al ser arrastradas por estas corrientes densas, las gambas rojas se ven empujadas a zonas profundas, donde quedan fuera del alcance de la pesca.
Este desplazamiento no solo les permite escapar de la presión de la pesca, sino que también les ofrece un entorno rico en nutrientes y oxígeno que favorece su crecimiento y reproducción. Por lo tanto, este fenómeno natural es crucial en el mantenimiento de un recurso que, a pesar de la intensa pesca a la que ha sido sometido, logra mantenerse en un cierto equilibrio.
La ecología de la gamba roja
Además de este mecanismo natural, la biología de la gamba roja tiene sus propias estrategias de supervivencia. Las hembras, que representan el 80% de la población madura, son significativamente más grandes y longevas que los machos, alcanzando los 5 años de vida, mientras que ellos viven unos 3 años.
Las hembras ocupan aguas más someras, sobre los 400 m de profundidad, donde son capturadas con mayor facilidad, mientras que los machos y los juveniles habitan profundidades de hasta 2.000 metros. Al final de la primavera, los machos empiezan a migrar hacia zonas de menor profundidad para encontrar y fecundar las hembras y es durante el verano cuando se da el pico de fecundación. Las hembras liberan sus huevos fecundados, y las larvas que nacen de ellos pasan el otoño, su primera fase de vida, flotando en la columna de agua para luego descender en invierno al abismo donde se reúnen con los machos que vuelven del apareamiento y cierran el ciclo.
Debilitamiento del cascading
El cambio climático representa un reto significativo para el delicado equilibrio de esta especie. Con el calentamiento global, los inviernos fríos y prolongados necesarios para la formación del cascading son cada vez menos frecuentes. En la última década, el Mediterráneo ha experimentado un aumento de temperatura, dificultando que las aguas superficiales alcancen la temperatura y densidad necesarias para desencadenar este fenómeno.
Sin estas cascadas, los ecosistemas profundos y, en particular, la gamba roja, perderían el acceso a una parte de sus nutrientes vitales, con un posible impacto en la abundancia de la especie. A pesar de que los pescadores intentan adaptar sus técnicas y zonas de pesca, la disminución en cantidad y talla de los ejemplares en ciertos caladeros es un claro indicador de que este recurso vital podría estar en riesgo.
El reto de su conservación
La gamba roja es más que un exquisito producto gastronómico. Es un símbolo de equilibrio entre la tierra, el océano y las economías locales que dependen de él. Sin los nutrientes que estas cascadas submarinas aportan, el ecosistema profundo del Mediterráneo podría quedar en una situación más precaria, afectando la biodiversidad y poniendo en riesgo los modos de vida tradicionales de los pescadores mediterráneos. Preservar estos fenómenos naturales es esencial no solo para el mantenimiento de una especie, sino también para garantizar la salud de todo el ecosistema marino y el legado de una cultura pesquera que ha dado identidad a la cuenca mediterránea.
Documentación: Company JB, Puig P, Sarda` F, Palanques A, Latasa M, et al (2008) Climate Influence on Deep Sea Populations. PLoS ONE 3(1): e1431.
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