Procedimiento en rampas de costas mareales
En el artículo del número anterior se explicaba el procedimiento paso a paso para botar cualquier tipo de embarcación en una rampa de botadura en costas no mareales, por ejemplo, en costas del Mediterráneo.
Autor: Miguel Ángel Álvarez Alperi, embajador Tourón para España y Portugal

Pero, ¿qué ocurre si se va a botar una embarcación en, por ejemplo, Tenerife, Asturias, San Sebastián, la costa gallega o Huelva? Nada nuevo, siempre que se coincida con la pleamar. Pero, ¿y si se llega en plena bajamar? Entonces la maniobra puede complicar mucho. Tanto que podría no ser posible botar el barco o incluso existir el riesgo de un grave accidente. No obstante, existen recursos y precauciones. Conviene conocerlos para que las mareas no impidan seguir disfrutando de la navegación.
¿A quién no le ha pasado? Se llega con la lancha a remolque hasta la rampa de El Puntal, en Villaviciosa (Asturias), y se descubre que no hay agua. ¡Ni gota! ¿Qué ha ocurrido? En este caso, el día coincide con marea viva, cuya amplitud mareal (diferencia entre la pleamar y la bajamar) puede alcanzar los cinco metros—eso en España, ya que en otros lugares del mundo puede superar los diez metros—. Esto significa que hay momentos del año en los que el calado disminuye casi cinco metros, provocando que algunas rampas de botadura queden totalmente en seco y no haya profundidad suficiente para botar la embarcación. Por tanto, es imprescindible consultar la tabla de mareas antes de decidir la hora y el lugar adecuados para la botadura.
Hablemos de las mareas
En España, las mareas significativas se dan únicamente en la costa gallega y cantábrica, así como en la de Huelva, parte de la de Cádiz y en las islas Canarias, donde alcanzan hasta tres metros. La amplitud mareal máxima en la costa de Huelva oscila aproximadamente entre tres y cuatro metros, según el lugar exacto y la época del año. Destacan zonas como Isla Cristina, Ayamonte, la desembocadura del Guadiana y del Guadalquivir (especialmente en Sanlúcar de Barrameda, ya en transición hacia Cádiz), donde la variación es más notable. En Asturias, la amplitud raramente supera los 4,5 m, incluso en mareas vivas, aunque una bajada de presión atmosférica podría aumentar esta cifra.
También conviene tener en cuenta el tipo de marea al que nos enfrentamos:
- Mareas semidiurnas: En las cos- tas de Canarias, Huelva, Galicia y el Cantábrico predominan las mareas semidiurnas, es decir, se producen dos pleamares y dos bajamares cada día lunar, que dura aproximadamente 24 h y 50 min.
- Mareas vivas: Coinciden con la luna nueva o llena. La amplitud puede superar los 2,5 m en Canarias, los 3,5 m en Huelva, los 5 m en la costa lucense y los 4,5 metros en Asturias.
- Mareas muertas: Se dan en los periodos de cuadratura (luna en cuarto creciente o menguante) y reducen la amplitud mareal a unos 1,5 a 2 metros.
Nunca se deben introducir las ruedas tractoras del vehículo en la zona resbaladiza de la rampa.
En otras costas
Se trata de una amplitud moderada-alta en comparación con el Mediterráneo, donde la marea es prácticamente inexistente, pero menor que en el norte de Galicia —donde puede superar los 5 m— o en la bahía de Saint-Malo (Francia), donde las amplitudes mareales pueden alcanzar los 10 m.
Todo ello implica que, si las condiciones astronómicas coinciden —nunca mejor dicho—, podrían transcurrir tan solo seis horas desde una bajamar extrema (escorada) hasta la pleamar, pasando de 0 m de calado hasta casi 5 m. Una variación significativa que condiciona por completo cualquier maniobra de botadura o varada.
Qué hacer si se llega en bajamar
Si la marea no resulta favorable y es imprescindible botar o sacar la embarcación, será necesario seguir algunas recomendaciones para evitar incidentes graves.
Por ejemplo: si se encuentra en bajamar, pero aún existe el calado suficiente para que la embarcación flote, debe tenerse en cuenta que la rampa estará extremadamente resbaladiza. Y más aún si se trata de una rampa mal mantenida, en cuyo caso sería conveniente limpiarla regularmente con una hidrolimpiadora para eliminar algas. Conviene no subestimar este aspecto: incluso vehículos como un Toyota Land Cruiser pueden patinar y sumergirse, a pesar de contar con tracción total. Es decir, no importan las ruedas ni los sistemas de ayuda a la tracción: el vehículo puede deslizarse por la rampa como si se tratara de una pista de hielo inclinada. Por ello, se impone actuar con cautela y aplicar un método probado.
Cómo botar un barco en rampas resbaladizas
Algunos consejos, como los que les vamos a dar ahora, se deben aplicar siempre:
- Nunca debe introducir las ruedas tractoras de su vehículo en la zona resbaladiza. Si su coche es de tracción trasera, peor aún, pues en seguida tendrá la tracción sobre el firme más resbaladizo.
- Conviene bajar del coche antes de comenzar y caminar sobre la rampa, frotando el suelo con los zapatos; cuando note que pierde agarre, marque esa zona como límite máximo. De ahí hacia abajo, evite introducir el coche. Tan solo el remolque.
- Y si aun así el barco no alcanza la profundidad mínima para flotar, suba un poco, hasta que las ruedas del remolque estén en zona no resbaladiza, y comience con el procedimiento que se detalla a continuación. Existen dos (o tres) métodos distintos.
Herramientas y accesorios fundamentales:
- Una eslinga o cabo de calidad, con resistencia para al menos dos o tres toneladas y unos 20 metros de longitud.
- Calzos o cuñas resistentes, que soporten el peso del remolque en inclinación.
- Y por supuesto, una buena dosis de sensatez y atención, porque esto ya no es ninguna broma…
No se asuste. Pero vamos a tener que dejar el remolque suelto, libre del enganche del coche, y eso se ha de hacer con mucho cuidado. Se trata de que el remolque descienda por la rampa resbaladiza alejado del coche. Y para hacer eso hay que ser muy cauto, porque no es lo mismo soltar un remolque con una neumática de 200 kg que uno con una Quicksilver Active 705 Weekend de 2.600 kg, como la que nosotros llevamos habitualmente.
En lugares como Asturias o Galicia, estas maniobras son casi cotidianas para los amantes de la pesca o la navegación recreativa. Si es su primera vez, no se desanime. Con buena preparación, paciencia y una pizca de astucia, botar un barco en una rampa resbaladiza dejará de ser una odisea.
Método 1: con eslinga
Este método consiste en bajar el remolque amarrado con una eslinga desde la lanza del remolque a la bola del coche, sin que estén físicamente enganchados. Se recomienda hacerlo con ayuda, aunque es posible realizarlo solo (requiere paciencia y precisión).
El procedimiento para este método sería el siguiente:
1. Dejar el remolque bien frenado con unos calzos y el freno de mano (si lo tuviera) en la zona seca más cercana a la zona resbaladiza.
2. Soltarlo del enganche del coche (momento clave).
3. Calcular la distancia entre las ruedas del remolque y el punto donde debería estar para botar la embarcación (yo lo calculo a zancadas). Ojo con los resbalones…
4. Subir el coche rampa arriba hasta completar esa distancia calculada.
5. Colocar un extremo de la eslinga (es ideal que venga de serie con una gaza, y, si no, lo conveniente sería hacer una mediante un as de guía, por ejemplo) en la bola del coche, y el otro extremo, convenientemente amarrado a la lanza del remolque (¡atención a esos nudos de marinero de agua dulce!).
El modo de botar el barco variará si utilizamos una eslinga, el winche del remolque o un winche dedicado.
6. Quitar el freno del remolque y los calzos. Si no puede retirarlos, avance ligeramente con el coche, tense la eslinga y ya podrá hacerlo.
7. Ahora el remolque queda sujeto únicamente por la eslinga. Comience a bajarlo por la rampa con cuidado, tal como si lo llevara enganchado a la bola. Deténgase cuando el remolque esté en el lugar deseado.
8. Comience a soltar la lancha del remolque con el winche y… justo ahora viene el susto: la lanza del remolque empieza a levantarse del suelo a medida que el centro de masas se desplaza hacia atrás. Pero esto es normal, y se detiene cuando la parte trasera del remolque apoya en el suelo.
9. Siga soltando el barco con el winche, con mucho cuidado y más lentamente de lo normal, ya que la lanza puede descender bruscamente cuando el barco entra en el agua.
10. Una vez que el barco esté en el agua, continúe como se explicó en el artículo publicado en esta misma sección, en el n.º 78 de Náutica y Yates.
11. Suba al coche y avance rampa arriba con el remolque atado, hasta que este alcance la zona seca y no resbaladiza. Sobra decir que, si el remolque no tiene la rueda jockey en buen estado y que gire correctamente, tendrá problemas.
12. Una vez en esa zona, pare el coche, baje (apagando el motor, dejando una marcha engranada y el freno de mano bien puesto), active el freno del remolque (si lo tiene), coloque los calzos y desate la eslinga.
13. Suba al coche y baje hasta enganchar de nuevo el remolque a la bola. Si no se ve capaz en esas condiciones, puede intentar subir el remolque con la eslinga hasta una zona sin pendiente y engancharlo allí a mano.
Método 2: con el winche del remolque
Este método consiste, básicamente, en bajar el remolque suelto del coche ayudándose del winche del remolque. Para ello, es necesario contar con una cadena y un mosquetón que permitan mantener el barco sujeto a la torreta del remolque por el cáncamo de proa, mientras el winche se utiliza para hacer descender el remolque poco a poco, enganchándolo al coche. Este es el paso a paso:
1. Colocar el remolque en la zona escogida, dejándolo bien frenado (calzos y freno).
2. Soltar el winche del barco, después de dejarlo sujeto al remolque con la cadena por el cáncamo.
Precauciones generales
- Planifique todo con tiempo, especialmente si hay mareas involucradas (puede consultar la tabla en línea).
- Asegúrese de que todos los accesorios estén en buen estado: rueda jockey, frenos, calzos, winche, etc.
- Advierta al público y mantenga la zona despejada. Estas maniobras requieren atención plena.
- Sea prudente. Piense cada paso tres veces antes de ejecutarlo.
3. Soltar el remolque del coche, alejar el vehículo unos dos o tres metros, extender el cable del winche y enganchar el mosquetón al punto de remolque (el que tienen todos los coches para subirlos a una grúa) o a la bola del enganche. Personalmente, prefiero la primera opción por seguridad.
4. Comenzar a descender el remolque con la manivela del winche, una vez retirados los calzos. Ir bloqueando el winche según sea necesario para corregir la trayectoria.
5. Continuar hasta llegar al lugar adecuado o hasta donde alcance el cable del winche. Nunca soltarlo del todo: dejar al menos tres vueltas completas.
6. Una vez que el remolque esté en posición, activar el freno, colocar los calzos y soltar el cable. Recoger completamente el cable en el winche y, a partir de ahí, proceder como siempre, utilizando el winche para bajar el barco. Los calzos estarán sumergidos, téngalo en cuenta, ya que habrá que mojarse.
Método 3: con un winche dedicado
Este procedimiento puede realizarse con un winche eléctrico o manual instalado en el cabezal de un remolque, de tal manera que se acople a la bola del coche y permita operar con él de forma mucho más cómoda y segura. En las imágenes puede verse el mecanismo que yo utilizo en casos excepcionales: un winche eléctrico soldado al cabezal del remolque, equipado con una toma eléctrica conectada directamente a la batería del coche. Existen otros modelos disponibles en Amazon y tiendas especializadas, desde unos 200 euros, que pueden funcionar igualmente.
Estos tres procedimientos son adecuados para introducir una embarcación en el agua. Para sacarla, hay que realizar el procedimiento inverso.
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