En esta segunda entrega de nuestra singladura por la costa oriental asturiana, recorremos el tramo que va de Ribadesella a San Vicente de la Barquera, navegando frente a la que dicen ser la costa más bonita para la navegación de todo el Principado de Asturias. Llanes es un reclamo turístico de primer orden y sus playas están entre las más bellas de España.
Autor: Miguel Ángel Álvarez Alperi, embajador Tourón para España y Portugal
Recorrerlas durante una semana en este pequeño crucero remolcable ha sido todo un gustazo. Y no exagero. Esta “camper del mar” es tan cómoda, segura y maniobrable que permite fondear y hacer noche en lugares únicos, como en la ría de Barro y la de Tina Mayor. Tan solo hay que botarlo en una rampa y empezar a disfrutar de la auténtica aventura de ser marino.
Tan pronto salimos de Ribadesella, nos encuentramos con las costas de Llanes, famosas por la calidad y hermosura de sus playas. Hay para todos los gustos. Después de haberlas contabilizado todas, puedo afirmar que hay sesenta y cuatro, y que todas ellas son distintas. Desde el mar, cierto es que no se pueden visitar todas… Hay dos en concreto que se salen del concepto habitual de playa: la playa de Las Acacias y la de Gulpiyuri, ambas declaradas Monumento Natural; y es que tanto la una como la otra se encuentran separadas de la costa propiamente dicha y poseen una entrada del agua marina por una caverna que las comunica y permite el paso del oleaje y las mareas. Para visitarlas, te recomiendo amarrar en el puerto de Llanes y acceder por tierra.
Este fenómeno geológico es el resultado de la permanente erosión marina sobre las rocas calizas, cuya máxima representación, aparte del de Las Acacias y Gulpiyuri, se revela fabulosa en la playa de Cuevas del Mar. Pero no acaba aquí esta particular acción del mar sobre el relieve. Esta costa, la costa de los bufones, debe su apodo a las espectaculares surgencias tierra adentro del agua marina, conocidas como bufones. El fenómeno consiste en el empuje del agua marina por el oleaje del mar de fondo a través de fisuras en la roca de los acantilados que, a modo de singulares chimeneas, lanzan hacia el cielo un gran chorro de diminutas gotitas, tanto más espectacular y atronador cuanto mayor sea la fuerza de la embestida. El ruido sordo de su respiración de coloso animal, las sacudidas que hacen vibrar el suelo en sus cercanías, hicieron desde antiguo que surgieran todo tipo de leyendas y supersticiones en torno a tan particular fenómeno. Los bufones de Vidiago, los de Arenillas, etc. han sido declarados Monumento Natural, y como tal merecen nuestra visita. Pero solo desde tierra. Y mejor cuanto más duro sea el temporal.
Navegando ya hacia Llanes, llegamos hasta la hermosa playa de Guadamía, donde desemboca el río que le da nombre y que sirve de límite entre los concejos de Ribadesella y Llanes. Esta playita emerge justo cuando baja la marea para dejar un estrecho pasillo entre los apretados acantilados por donde da gusto pasear. Muy cerca de ella se encuentra uno de los campos de bufones más espectaculares de toda esta porción litoral, muy conocido entre los que pescan desde tierra. Y luego está la ruta senderista que discurre a la vera del río que en ella desemboca, que es toda una delicia. Si vas a fondear aquí y bajar a tierra, que sea solo en pleamar y deja siempre alguien de guardia, pues en el Cantábrico, con las mareas, es fácil que comience a romper la mar donde una hora antes no lo hacía. Que no se te vaya el santo al cielo.
Tras la playa de Guadamía llega la de Cuevas del Mar, una de las más famosas entre las playas llaniscas por sus arcos naturales, y tras ella la de San Antonio, la Güelga, San Antolín, Torimbia, Niembro… Y luego llega la única, diminuta y entrañable ría de Barro, con su hermosa iglesia y cementerio cuyos cimientos entierra el agua. Esta diminuta ría está muy escondida a la vista desde el mar y hay que saber buscarla para encontrarla. Entrar navegando solo es recomendable en pleamar, cuando se sondan unos 2 m de calado. Al aproximarse, hay que fijarse bien en que no rompa la mar y también con los abundantes bañistas, kayaks, paddle, sup, etc. Una vez dentro es como entrar en un sueño, en una laguna siempre en calma donde poder fondear y disfrutar del paisaje más auténticamente asturiano. Decidimos pasar aquí varios días fondeados y haciendo noche con total seguridad y comodidad para gozar de la curiosidad de poder desembarcar “a pie” o con la auxiliar, en función de cómo fuera la marea. Aquí te puedes ir tranquilo y dejar el barco solo fondeado (déjalo bien cerrado por si se queda en seco). Si buscas el lugar más apropiado, podrás quedarte varado sobre la arena sin que la marcada “v” de la carena de nuestra Quicksilver Active 705 Weekend te obligue a quedar escorado. A veces sucede repentinamente, que escoras de golpe hacia un lado mientras estás durmiendo, y el susto que te llevas es tremendo. Pero no pasa nada. En cuanto vuelva a entrar la mar, irás recuperando la posición original.
Llanes y su coqueto puerto deportivo
De aquí en adelante abundan los escollos e islotes (el Ramón, Llubieces, Borizu, Castro del Gaitero, Islote San Martín, Isla de Poo, el Castro de la Olla, Castrón de Santiuste, etc.), los castros que decimos los asturianos. Y entre ellos van emergiendo playas de ensueño, como las de Barro y Troenzo, o la de la Tayada, donde siempre da gusto fondear cuando hay vientos y mares del E-NE. Entre la isla de Arnielles y tierra hay que pasar con cuidado en bajamares, pues disminuye mucho el calado; no obstante, con los 40 cm que cala nuestra Quicksilver Active 705 Weekend, te puedes acercar a casi cualquier sitio.
Poco más allá aparece la ensenada de Celorio y su humilde club náutico que cuenta con una grúa y una rampa de botadura muy poco recomendable para nuestra eslora. Aquí se puede fondear si la mar acompaña y gozar de las vistas, pero si hay un lugar que nos fascinó de sobremanera, ese fue la isla de Poo y la playa en forma de tómbolo que se forma en las bajamares, de nombre Almenada. En la isla, cuando sube la marea, se queda aislada una playita de ensueño que solo se puede visitar navegando o nadando. Fondear aquí no tiene nombre.
Tras la isla de Poo, otra magnífica opción es la playa que lleva su nombre, donde se puede encontrar refugio en pleamar y pasar la tarde fondeados de lujo. La maniobrabilidad de este pequeño crucero remolcable y sus cualidades marineras lo hacen perfecto para estas costas y este clima. Sus 7 m de eslora dan para mucho, para disfrutar en pareja de semanas de crucero, para pescar con los amigos, para pasar la tarde con la familia… Tienes cama para tres, baño con wc cerrado, nevera, fregadero… y una bañera superacogedora para comer y dormir la siesta. No se puede pedir más.
Tras todo este despliegue de lugares únicos y derroche de belleza llega la villa de Llanes, capital del oriente costero asturiano. Esta hermosa villa consagrada al veraneo es famosa, entre otras muchas cosas, por el ambiente festivo y la cantidad de turistas (principalmente vascos y madrileños) que llenan las terrazas y sidrerías durante los meses de julio y agosto. Su casco antiguo ha sido declarado conjunto histórico-artístico, y razones sobran. El aire renacentista sopla en cualquier dirección y se detiene en numerosas calles y construcciones donde se apiñan también restos y piedras de otras épocas. Los edificios de los siglos XV, XVI y XVII tampoco esconden su presencia: la casa de los marqueses de Gastañaga, la casa de la condesa de Castañeda, la casa del Cercau, la de las Sirenas, etc. son parte del legado histórico-artístico.
En contraposición a todo este despliegue de edificios de otras épocas están los coloristas Cubos de la Memoria, de Ibarrola, que dan la bienvenida al navegante a la entrada de un puerto, el de Llanes, que apenas cuenta con espacio para embarcaciones en tránsito. Aquí no queda otra que probar suerte y ver si te hacen hueco. Nosotros logramos amarrar y aprovechamos para quedarnos dos días y salir a cenar y disfrutar del magnífico ambiente. Como fue algo “pasajero”, no se nos cobró nada y tampoco tuvimos la llave magnética para salir del pantalán, así que había que andar saltando. Al llegar no contestaron a la emisora y tuvimos que acercarnos, amarrar donde pudimos y preguntar en marina seca.
La costa de las calas y acantilados de ensueño
Tras dejar la villa de Llanes, seguimos navegando hacia levante mientras vamos dejando atrás hermosos arenales como el de Toró, Cué, Ballota, Andrín, Vidiago, etc., así hasta llegar a los acantilados de San Emeterio y el faro que lleva su nombre. Muy cerca de él se encuentran las famosas cuevas prehistóricas del Pindal, con sus grabados y pinturas rupestres (unas cuarenta figuras de bisontes, caballos, ciervos y hasta un pez y un elefante). La entrada a la cueva –casi colgada sobre el acantilado– junto con la ermita de San Emeterio y el bosque mediterráneo de encinas que coloniza toda esta zona convierten al paraje en visita obligada.
Pero para llegar aquí es imprescindible hacerlo por tierra, y para ello hay que desembarcar, y el mejor sitio es en la ría de Tina Mayor y el puerto de Bustio, donde puedes encontrar muy buen fondeadero encontrando lugares con la sonda donde no te quedarás nunca en seco. La ría está dragada y balizada y no nos pareció peligrosa la entrada. Aunque si no se ve del todo claro, lo mejor es acercarse navegando hasta el puerto de San Vicente de la Barquera y buscar allí refugio.
Apuntes de navegación
- DISTANCIA NAVEGADA: De Ribadesella a San Vicente de la Barquera: 30 millas.
- VIENTOS DOMINANTES: Los vientos que provocan fuertes oleajes son los de primer y cuarto cuadrantes. Los del E y NE predominan en verano y son los precursores del buen tiempo (situación anticiclónica). Estos últimos generan olas de cierta altura y escasa longitud que son muy incómodas para la navegación con embarcaciones de poca eslora. Los del W y NW son propios del invierno, indican bajas presiones y generan olas de gran altura, longitud e intensidad. Este tipo de oleaje es muy peligroso si se navega cerca de la costa por hacer romper todos los bajos. Los vientos de tierra calman la mar y son muy cómodos para la navegación con embarcaciones de pequeña eslora.
- CONDICIONES DE NAVEGACIÓN: Esta porción litoral se caracteriza por la ausencia casi total de resguardo para pasar la noche y no es recomendable el fondeo nocturno si no es en puerto o dentro de alguna de las rías. Los acantilados, verticales y de mediana altura, se suceden continuamente, al igual que los entrantes en la roca caliza que se van extendiendo a lo largo del quebrado perfil. Nos encontraremos con hermosas calitas de fondos arenosos enclavadas entre acantilados de rocas afiladas, batidas con ímpetu por la mar en la mayoría de las ocasiones, aunque a veces ofrecen milagrosos momentos de paz y armonía para poder fondear y disfrutar.
Sobra recordar que nos encontramos en costas mareales y que la amplitud mareal, según la época, puede ser de más de 4 m, así que, junto a las cartas detalladas de la zona, hay que estar pendiente de la tabla de mareas en todo momento. - DÓNDE AMARRAR: En esta porción de costa se puede buscar refugio en el puerto de Llanes y en el de Bustio.
En el puerto de Llanes es difícil encontrar amarre para transeúntes, aunque nosotros lo encontramos y estuvimos muy a gusto. Los pantalanes son de acceso restringido y, aunque se puede salir bien porque hay un sensor de movimientos que abre la puerta desde dentro, para entrar desde afuera o saltas la barandilla o consigues que alguien te abra. Hay gasolinera y está muy bien situado y muy bien protegido.
- DÓNDE REPOSTAR: Solo se puede repostar gasolina y diésel en el puerto de Llanes. Aunque al ser una embarcación remolcable aprovechamos para repostar en cualquier gasolinera en carretera, y cuanto más barata, mejor. ¡El precio en gasolineras “para coches” suele ser de hasta 0.50 € menos el litro que en algunos puertos!
- DÓNDE HACER NOCHE FONDEADOS: Para pasar la noche fondeado, la mejor ría es las la de Tina Mayor. Esta ría se puede abordar con mar formada, pero no con fuerte temporal, pues la barra de entrada se cierra. Es recomendable abordarla en pleamar o al menos a media marea, y siempre observar desde relativa distancia cómo entra la mar en ella y por dónde y cómo rompe, si es que lo hiciera. La ría de Barro es otra opción deliciosa, pero solo es abordable en pleamar.
La ría de Barro es solo abordable en pleamar y con buena mar, y se queda siempre en seco. Aunque una vez dentro es como estar en un lago natural. Hay una rampa de botadura recomendable solo para embarcaciones de hasta 5 m de eslora (imposible para nuestro barco) y suele haber mucha gente bañándose y con tablas de SUP, así que ojo al entrar.
La ría de Tina Mayor es abordable en cualquier estado de la marea, aunque siempre hay que fijarse bien antes de entrar para ver si rompe la mar. Una vez dentro, está balizada y dragada hasta el pequeño puerto de Bustio, donde se puede hacer noche abarloado o amarrado de costado de forma autónoma. No hay luz, ni agua, ni combustible. Pero si una paz indescriptible. Nosotros siempre solemos fondear en mitad del canal una vez superado el brazo de entrada al puerto, aguas arriba. Hay un buen restaurante para comer justo en el puerto de nombre Bateau (muy apropiado para nuestra afición).
- RAMPAS DE BOTADURA: En este tramo de costa y en el del post anterior las hay en Tazones, El Puntal, Lastres, Ribadesella, Celorio, ría de Barro y Llanes. La mejor, sin ninguna duda, es la de El Puntal, seguida de la de Lastres. El resto o tiene limitaciones o solo es recomendable para pequeñas embarcaciones. La de El Puntal además de ser gratuita y relativamente espaciosa, tiene sitio para dejar el remolque aparcado muy cerca. Aquí es donde botamos nuestra Quicksilver Active Weekend 705 con el remolque Brenderup de Remolcs Cortés.
Sigue leyendo para conocer en detalle todos los lugares en los que Miguel Ángel no lleba con su lancha Quicksilver: