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OCÉANOS]
Tecnología oceánica
H
acía décadas, desde las primeras regatas alre-
dedor del mundo, que los científicos tenían en
mente usar los veleros de las regatas alrededor
del mundo, que se adentraban por las zonas más alejadas
de tierra y de las rutas comerciales —especialmente la
zona situada entre los 35 y 60°S —, para obtener datos in
situ de variables oceanográficas. Hubo varios intentos y
alguna experiencia aislada, pero no fue hasta la Barcelona
World Race 2010/11 que se inició un proyecto debida-
mente estructurado y de largo alcance en el tiempo.
El desarrollo de la relación entre el deporte, la ciencia y
la tecnología ha sido, desde sus inicios, uno de los ejes de
trabajo la FNOB, la organizadora de la Barcelona World
Race. Ya en la primera edición de la vuelta al mundo a
dos, se planeó con el Institut de Ciències del Mar (ICM)
del CSIC un proyecto de recogida de datos de tempera-
tura y salinidad del mar. Éstas son variables de suma im-
portancia para la ciencia oceanográfica ya que permiten
impulsar acciones y programas de vigilancia medioam-
biental y de protección y conservación del mar y son de
gran valor para el estudio climatológico y meteorológico
del planeta.
Tradicionalmente, los métodos actuales de obtención
de datos de salinidad y temperatura se han basado en sen-
sores instalados en determinadas boyas a la deriva y en el
uso de los llamados barcos de oportunidad, que son los
que pueden aportar datos de interés oceanográfico de su
ruta. A partir de 2009, el satélite SMOS (Soil Moisture
and Ocean Salinity) permite obtener valores de la sali-
nidad en la superficie del océano y se da la circunstancia
de que el equipo científico responsable de poner a punto
toda la metodología de adquisición y verificación de los
datos pertenece al ICM.
No hubo tiempo para poner en marcha el proyecto en
2007
y, pensando en la segunda edición de la regata, se
desarrolló la idea en base a colocar un sensor de tempe-
ratura y salinidad en uno de los IMOCA Open 60 parti-
cipantes. Fue el
Forum Marítim Català
de Gerard Marín
y Ludovoic Aglaor. El sensor iba inserto en el pozo de la
quilla y la información se transmitía vía satélite por una
antena libre de la estructura de carbono del casco. El ob-
jetivo era recoger lecturas a lo largo de todo el recorrido
del velero alrededor del mundo; datos que servirían luego
para complementar los mapas de salinidad de la super-
ficie del océano, para calibrar además las observaciones
del satélite SMOS y para mejorar la técnica de lectura y
transmisión de cara al futuro.
La experiencia, que fue pionera en el mundo dela vela
oceánica y que constituyó el análisis en continuo más lar-
go de la historia, se saldó con un éxito rotundo. Se recopi-
ló una media más de tres lecturas por hora, (uno cada tres
millas) y, por primera vez, en los 360º del planeta y en la-
titudes extremas; y todo ello sin gasto energético adicio-
nal, ni contaminación y con coste mínimo. El proyecto
recibió el reconociemnto de la Comisión Oceanográfica
Intergubernamental (COI) de la UNESCO y obtuvo el
premio al mejor póster que otorgó el 44 Coloquio sobre
Dinámica Oceánica de Lieja.
El pasado 8 de junio, Día de los Océanos, la FNOB y el
ICM presentaron el informe de la experiencia del
Fòrum
Marítim Català
y anunciaron que en la próxima Barcelo-
na World Race de 2014/15 todos los barcos participantes
incorporarán un sensor para la medida de la salinidad. En
el caso de que los barcos participantes volvieran a ser 14,
significaría la obtención de un gran volumen de datos
que multiplicarían el valor oceanográfico de los resulta-
dos. Pero la apuesta científica de la próxima Barcelona
World Race va más allá y en la próxima edición de la
regata también se incorporará un sensor del nivel de mi-
croplásticos en el agua, uno de los graves problemas de
contaminación que sufre el mar. Vela oceánica y ciencia
se dan la mano y avanzan juntas; en la Barcelona World
Race será de forma inseparable.
Santi Serrat
Tecnología oceánica
En la próxima edición de la Barcelona World Race todos los barcos recogerán datos de salinidad y
del nivel de microplásticos en el mar.
1.
Cartografía
de los datos
recogidos
por el
Fòrum
Marítim Català
durante la
Barcelona
World Race
2010/11.
2.
El sensor de
temperatura
y salinidad
en el pozo
de la quilla
del
Fòrum
Marítim
Català.
3.
Jordi Salat,
investigador
del ICM,
y Gerard
Marín, patrón
del
Fòrum
Marítim
Català
revisan
la antena
situada en
el roof del
barco.
Vela oceánica e investigación científica,
el inicio de una larga amistad
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