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Vendée Globe
A
hora es la propia organización y sus segui-
dores quienes se han unido a la estela de sus
mitos. En esa época de crisis fueron 20 los
imocas que el pasado 10 de noviembre cru-
zaron la línea de salida de la séptima edición, una cifra
que supera incluso las expectativas de hace 12 meses. Es
cierto que no se ha llegado a los 30 barcos de 2008; pero
nadie se lo planteaba (ni seguramente lo deseaba) en una
situación de crisis como la actual. Con el añadido de que
el nivel medio de esa flota es, sin duda, bastante más alto
que el de hace cuatro años. El único pero es que la inter-
nacionalización de los participantes no ha llegado a las
cotas perseguidas, pese a que en porcentaje casi iguala
la mayor proporción de no franceses de todas las Vendée
celebradas hasta ahora (2000-2001).
UN DEPORTE DE MASAS
El otro gran síntoma de la excelente salud de esa re-
gata es que, una vez más, se han batido los récords de
popularidad. Más visitantes que nunca en Les Sables
d’Olonne (un millón de personas en las tres semanas de
village, 300.000 espectadores en directo en el puerto
y la playa), con un ambiente tan enfervorizado como
siempre, si no más. Y es que en Francia la vela oceánica
en general, y la modalidad en solitario en particular, es
un deporte muy popular, que arrastra verdaderas masas,
como demuestran los índices de audiencia de las pági-
nas web y redes sociales.
La vela oceánica la siguen miles y miles de personas que
no saben navegar. Básicamente porque además de ser una
competición, es una aventura y es mucha la gente que se
OCÉANOS
[
NAVEGACIÓN DE ALTURA DE CRUCERO Y DEPORTIVO, TECNOLOGÍA Y MEDIO MARINO]
[
Sumario ]
Vendée Globe
Acciona
Mini Barcelona
Around Islands
Race
Charisma
KT3D: vuelta al
mundo en velero y
en globo
MOD 70
Kiku Cusí
Mas de
300.000
espectadores
acompañaron
en la salida
a los 20
solitarios que
han iniciado
la vuelta al
mundo en
la regata
más dura de
cuantas se
conocen.
©
Alfred Farré/FNOB
La leyenda
se sigue
agrandando
La Vendée Globe se ha ganado justa fama de ser una regata épica. Dar la vuelta al mundo en solitario, sin escalas, sin asistencia
y en regata es sin duda la competición más dura que existe en nuestro planeta. Conseguirlo es toda una hazaña que refrenda el
hecho de que apenas una cincuentena de navegantes han logrado completar su recorrido.