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Al timón
[
CRUCERO PRÁCTICO]
génova. Se sobrentiende que se está
preparando la izada del espi con el
génova todavía izado.
Es muy importante que cada tri-
pulante tenga su posición. Uno será
escota, otro braza y el piano se encar-
gará de la driza, contra y amantillo.
El proel marca la pauta de los tiem-
pos, muy de acuerdo con el timonel
o patrón.
UN CONSEJO
En los barcos pequeños se funcio-
na con una sola escota y una braza,
pero en los barcos grandes se aparejan
un doble juego de escotas y brazas,
para facilitar la maniobra de traslu-
chada cuando el tangón se queda fijo
en el palo y se lleva la punta a proa,
donde el proel envergará la nueva
braza. Esta maniobra se explicará en
siguientes capítulos con más detalle.
LA IZADA
Antes de izar hay que ponerse a un
largo, con el viento por la aleta. Se
engancha la coz del tangón al he-
rraje del palo, y se arman la contra
y el amantillo. Se coloca la braza por
dentro de la uña de proa del tangón
abriendo el gatillo al efecto. Se iza el
tangón hasta que esté en su posición
correcta: en barlovento, horizontal
respecto a la cubierta y perpendicular
al viento aparente.
El espi estará en proa, en sotavento,
con los tres puños fuera del saco. El
proel colocará los puños en su posi-
ción correcta: braza en proa, driza en
medio y escota en popa. Los hará fir-
mes a sus respectivos puños. El saco
se amarrará a un punto fijo de cubier-
ta para que no salga volando a media
izada si el proel está ocupado en otros
menesteres.
Antes de izar se cobra la braza para
llevar su puño hasta el tangón, inten-
tando que la vela no tome viento to-
davía. La escota se deja en banda para
que el espi no porte a media izada, lo
cual sería un problema para el piano.
Una vez todo listo se iza la vela, se
hace firme la driza cuando el puño
esté arriba, se cobra algo de la braza
hasta llevar el tangón perpendicular
al viento y que no golpee con el estay
de proa, y por fin se caza la escota has-
ta que el espi deja de flamear. Por fin
se arría el foque o génova.
ARRIAR EL ESPI
Antes de arriar se debe izar y trimar el
foque tanto para que el espi no pueda
enrollarse en el estay como para des-
ventarlo. Se ha de colocar el barco de
nuevo a un largo, y el timonel se cer-
cionará que el espi queda debajo del
cono de desvente de la mayor.
Se dispara entonces el puño de
amura desde el tangón. En barcos
pequeños se deja correr la braza, pero
en los grandes un tripulante tendrá
que ir a proa y abrir el mosquetón
que une la braza al puño de la vela.
Se acercará previamente el tangón a
proa. El espi ondeará entonces como
una bandera debajo del desventé del
génova y la mayor. El piano largará
una buena cantidad de driza para que
este desvente sea total, pero evitan-
do que vaya la vela al agua, mientras
varios tripulantes se han colocado en
sotavento y tirando desde la escota y
la falsa braza recogerán con energía el
espi que está bajando. Un tripulan-
te se encarga en el interior de aclarar
convenientemente el espi antes de
meterlo en su saco.
La vela debe estar clara. Hay que
reseguir las dos balumas y el pujamen,
como si se adujara un cabo.
La maniobra
debe estar clara:
driza y escota
por fuera del
génova, y braza
por fuera y por
debajo.
El tangón,
controlado por
amantillo y
contra, estará
en barlovento,
horizontal
respecto a
la cubierta y
perpendicular al
viento.