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OCÉANOS]
Noticias
L
a Sydney-Hobart, una de las
cuatro grandes regatas clásicas
de altura de todo el mundo y
probablemente la más dura con sus
628
millas, sigue gozando de buena
salud. Este año no ha batido un ré-
cord de participación –tampoco en
las antípodas la cosa está para tirar
cohetes-, pero no por ello los austra-
lianos han dejado de volcarse en ella,
como se ha demostrado una vez más
con una asistencia masiva de públi-
co a la salida, tanto en tierra como
en el agua. El secreto: no renunciar
al apoyo y a la participación popular.
Al lado de los supermaxis supermo-
dernos encontramos barcos como el
Maluka of Kermandie
,
que siguen cru-
zando los mares a sus ¡80 años! Fue el
último en cruzar la línea de llegada,
pero eso no es ningún demérito.
Claro que los casi 4 días y medio
que empleó este barco octogenario
quedan muy lejos del nuevo récord
de la prueba, establecido por
Wild
Oats XI
en 1 día, 18 horas, 23 mi-
Sydney-Hobart
Récord, polémica y tradición
Kiku Cusí
nutos y 12 segundos, 16 minutos
y 58 segundos menos que la mejor
marca que este mismo barco había
registrado en 2005. Pero también
los 30,48 metros de eslora del ven-
cedor en tiempo real y compensado
están a años luz de los 9,1 metros de
eslora del
Maluka of Kermandie
.
Son
dos muestras extremas de la flota:
los 100 pies máximos frente a los 30
pies mínimos; la tripulación profe-
sional frente a la tripulación familiar
completada con algunos amigos.
Para todos ellos, sin embargo, un
mismo océano, que este año se ha
mostrado relativamente clemente.
El triple vencedor –victoria en
tiempo real, en tiempo compensado
y récord- gozó de condiciones idíli-
cas, siempre con viento portante. No
sufrió la típica entrada de vientos del
Sudoeste (de ceñida) que chocan con
la mar del viento de Nordeste que
los precede y la corriente permanen-
te hacia el Sur, que tanto dificultan
la travesía de Sydney a Hobart, con
el tramo especialmente difícil del
estrecho de Bass. Quienes consiguen
superarlo tienen la recompensa de na-
vegar junto a las espectaculares costas
de Tasmania y terminar su recorrido
aguas arriba del río Derwent.
Cabe señalar que esta ha sido la
sexta victoria en tiempo real del
Wild
Oats XI,
que también consiguió el tri-
plete en 2005.
BARCO VETADO
La Syney-Hobart de este año ha es-
tado envuelta en la polémica. Tres
horas antes de la salida el comité de
regata prohibió la salida a uno de los
favoritos,
Wild Thing,
por no haber
presentado la documentación que
probara que las modificaciones rea-
lizadas en el barco cumplían las
exigencias del American Bureau
of Shipping. El propietario del
Wild Thing
había alargado
el barco hasta los 100 pies,
máxima eslora permitida
en esta regata.
El
Wild Oats XI
se impone en tiempo real y en tiempo compensado tras batir la mejor marca de la gran clásica del hemisferio Sur
pre queda, afortunadamente, gente como Alessandro di
Benedetto y Tanguy de Lamotte, por citar un par, para
quienes una vuelta al mundo sigue siendo una aventura
increíble, a nivel personal y también de navegación. Con
un barco antiguo, de 14 años y quilla fija -el único de
todos los participantes sin quilla pendular-, el italiano ha
mantenido el espíritu de la Vendée Globe de toda la vida.
Ha disfrutado la regata como nadie, y además ha hecho
compartir su aventura con todos los que han querido se-
guirlo. Ha sido una verdadera bocanada de aire fresco.
Aventura son también las experiencias de un Jean Le
Cam que se extasía ante la pureza de la atmósfera en las
Malvinas o ante el descubrimiento de un grupo de focas
Alessandro
di Benedetto,
a bordo
del Team
Plastique,
un barco
de 14 años
y quilla fija,
ejemplifica
el espíritu de
aventura.
©
Vincent Curutchet/Dark Frame/DPPI/Vendée Globe
La Vendée Globe se sobrepone a un
inicio plagado de incidentes.