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Introducción a la meteorología
[
CRUCERO PRÁCTICO]
do “Pa”, con su múltiplo “hectopas-
cal”, abreviado como “hPa” que equi-
vale al milibar.
Torricelli inventó además el primer
barómetro, instrumento para medir
la presión atmosférica. Según suba o
baje la columna de mercurio, tendre-
mos mayor o menor presión.
LA PRESIÓN Y EL VIENTO
Al marino lo que le interesa no es el
buen tiempo o el mal tiempo, lo que
le preocupa mayormente es el viento.
Bien, pues sucede que esta presión
atmosférica que hemos estudiado no
se reparte homogéneamente sobre la
superficie terrestre y esto influirá so-
bre la formación del viento.
En unas zonas detectaremos pre-
siones en superficie superiores a los
1.013
mb y en otras zonas existirán
presiones claramente inferiores. Es-
tas diferencias de presión empujan
las masas de aire desde las zonas de
alta presión hacia las zonas de baja
presión. Si apretáramos un émbolo
gigantesco sobre la superficie de la
tierra –alta presión- el aire situado
debajo no tendría más remedio que
escapar en búsqueda de una zona
donde otro émbolo gigante apretara
menos –baja presión-.
El viento, aire en movimiento pa-
ralelo a la superficie, se origina por las
mencionadas variaciones horizontales
de la presión atmosférica. El viento
genera mar, levanta olas, y la hace la
vida al marino más o menos agrada-
ble. A veces se la hace imposible, por
lo que el estudio de la presión atmos-
férica queda así más que justificado.
El aire frío es más denso y más pe-
sado que el cálido. La superficie te-
rrestre, a causa de la redondez de la
esfera, factores astronómicos y por sus
diferentes características geográficas y
físicas, experimenta calentamientos y
enfriamientos, sobre todo por la lle-
gada de la energía solar, de una forma
no uniforme en toda ella. El aire en
contacto con esta superficie se calien-
ta, en diferente cuantía, de manera
que aparecen sectores y columnas de
aire cálidas y otras frías. Las cálidas
son, como hemos dicho, ligeras, por
lo que ofrecen una presión menor so-
bre la superficie. Las masas fría ejer-
cerán una mayor presión. Es lógico
comprobar que el aire caliente sube y
que el aire frío baja. Por algo las ne-
veras industriales tienen su obertura
arriba, nunca lateral o abajo. Esta es
otra explicación del por qué existen
unas variaciones en la distribución
horizontal de la presión atmosférica
sobre la superficie del planeta. Estas
variaciones de presión se generan en
el desigual calentamiento del planeta.
Las variaciones de la presión at-
mosférica sobre la superficie terrestre
se representan en un mapa mediante
curvas que unen los puntos que po-
seen la misma presión atmosférica.
Como la presión normal al nivel del
mar es de 1.013,2 hPa, los valores
superiores a ellos serán considerados
altos y los inferiores bajos. Acaban de
nacer así las representaciones isobári-
cas en superficie denominadas bajas
presiones o borrascas (representadas
con la letra B) y altas presiones o an-
ticiclones (representados por la letra
A). El viento circulará entonces des-
de las altas hacia las bajas, pero no lo
hará directamente, perpendicular a
las isobaras, sino que lo hará giran-
do hacia la derecha en el hemisferio
norte, a causa de la fuerza de Coriolis.
Esta fuerza de Coriolis es la que
hace que el agua de nuestra bañe-
ra salga por el desagüe en círculos,
y es la que afecta a líquidos y gases
en movimiento sobre la superficie de
una esfera que gira, como es el caso de
nuestro planeta Tierra.
Para el marino el concepto de buen o
mal tiempo es relativo y muy diferente
al que se tiene desde tierra: lo que le
preocupa realmente es el viento.
Formaciones
isobáricas
Para el navegante,
si no hay viento
no hay mal
tiempo.
©
Rolex/Carlo Borlenghi-Sydney Hobart Race
COLLADO
VAGUADA
DORSAL
PANTANO
BAROMÉTRICO