Camber Marine, distribuidor de los estabilizadores Humphree mostró en Barcelona, a bordo de su Tiara 40, Camber Demo Darik, preparada para ello, el comportamiento y prestaciones de los estabilizadores de aleta Humphree. L.B.
“Son los mejores sistemas de estabilización del mundo desde velocidad 0 hasta 40 nudos, tanto en fondeo como en navegación, tenemos estabilización a todas las velocidades” nos comenta Eduardo Camacho, gerente de Camber Marine, al subir a bordo. Vamos a visitar una unidad especialmente preparada que permite comprobar la eficacia de las aletas de Humphree, con una instalación muy singular, en la que se pueden ver los servos a través de tapas transparentes.
El barco Camber Demo Darik, modelo Tiara 40, una eslora de doce metros propulsada con los nuevos motores Volvo Penta IPS650 y con aletas Humphree de 0,8 m2 y un sistema de interceptores integrados con el sistema Active +, de modo que se combina la última tecnología tanto en propulsión como en estabilización.
Larga experiencia
Humphree fue fundada por un equipo de ingenieros en hidrodinámica y navales que trabajaban en el campo de la propulsión naval de alta velocidad e hidrodinámica naval desde los primeros años 90. La empresa se estableció en Suecia en 2002 con la misión de desarrollar y suministrar al mercado productos y servicios innovadores. Como consecuencia, la integración de todos los conocimientos en hidrodinámica, electrónica y control digital en los productos de esta marca ha supuesto numerosas ventajas en la estabilización, la seguridad y el confort de la navegación en muchos barcos.
Actualmente, Humphree pertenece a Volvo Penta, ya que fue adquirida hace algunos años por la marca de motores también sueca.
Estabilizadores de aleta eléctricos
La gran aportación última de esta firma es el sistema de estabilización con aletas denominado 24 VCC Fin Stabilisers, cuyo funcionamiento depende de potentes y rápidos servomotores eléctricos, ubicados de modo que permiten girar a las aletas 360 grados sobre sí mismas. Estas aletas, de carbono, trabajan eficazmente tanto con el barco parado como navegando, sin exigir la ayuda de un generador de corriente o alternadores, ya que el banco de baterías resulta suficiente para alimentar el sistema. Y tampoco requieren ni bomba hidráulica, ni corriente alterna. La rapidez de respuesta de movimiento es muy rápida, el mecanismo es sencillo y representa un ahorro notable de energía evitando ruido a bordo, con una puesta en marcha inmediata, contrariamente con lo que ocurre con otros sistemas giroscópicos que requieren bastante tiempo antes de iniciarse.
Este sistema proporciona plena estabilización tanto a barco parado como a velocidad máxima. Los robustos motores servo son sumamente compactos lo que significa que la instalación es más fácil tanto en montajes posteriores como de astillero durante la construcción del barco.
Sin embargo, lo más interesante es el trabajo combinado de las aletas con los interceptores de popa. El sistema se puede integrar plenamente con los interceptores, de modo que los movimientos de balanceo, cabeceo y guiñada son controlados por un solo control de caja negra. Además, se añade la función de giro coordinado en las viradas que incrementa la seguridad y el confort coordinando el movimiento de aleta y timón.
Para grandes esloras se puede equipar hasta cuatro aletas laterales que trabajan con los interceptores de popa.
Todos los tamaños
El montaje consiste en efectuar un par de agujeros circulares en el caco de unos 42 cm de diámetro en una carena de por lo menos 8,5 cm de grosor, a una distancia comprendida entre el 30 y el 55% de la eslora de flotación del barco. Los servomotores eléctricos se instalan en el interior y las aletas se fijan posteriormente por fuera. Humphree dispone de cuatro tamaños de aletas con modelos entre los 0,45 y el metro cuadrado. Esta colección de tamaños combinada permite equipar esloras entre los 12 y 50 metros, con juegos de dos o cuatro aletas.
A bordo de la Camber Demo Darik
La firma Camber Marine puso a prueba los Humphree instalados en su Tiara de 12 metros. Activando el sistema en navegación, el consumo, con un trimado automático del barco, se reducía entre el 10 y el 15 por ciento, dependiendo de las velocidades y el estado de la mar. En navegación, el balanceo se reducía sorprendentemente en torno a porcentajes entre el 40 y el 65 por ciento. Y es que el sistema, que trabaja mediante un software basado en logaritmos, prevé la siguiente ola o movimiento del barco, atenuando por adelantado para compensar el movimiento.