“Racing” by Ben Salter (CC BY 2.0)
Dejará de llamarse ya en su siguiente edición, la del 2021, como Volvo Ocean Race, debido a que el patrocinio de la empresa automovilística alemana pasará a ser menor con la carrera.
Tras 17 años al frente de la prueba, seguramente, más exigente del mundo de la vela, la Vuelta al Mundo, Volvo ha rebajado su nivel de patrocinio y, por lo tanto, implicación con la carrera y no seguirá dando nombre a la hasta ahora conocida Volvo Ocean Race.
El motivo es el cambio de principal sponsor que hubo en favor de Atlant Ocean Racing Spain, que en mayo compró los derechos de la regata. Ellos mismos confirmaron que la carrera cambiaría de nombre y no se descarta la idea que este sea el original, evitando así unirlo al de alguna otra marca. Además, también se ha garantizado que Volvo seguirá siendo un patrocinador, en este caso socio-patrocinador, de la prueba, a pesar de que ya no vaya ligado al título de la prueba.
Búsqueda de inversiones en China
De esta manera, ahora se abre un amplio espacio de tiempo para deliberar qué hacer no solo ya con el nombre, sino cómo organizar la prueba que en 2021 tomará salida en Alicante. Ahí entran posibles nuevos inversores que ayuden a que esta Vuelta al Mundo en vela siga creciendo con el respaldo de grandes empresas multinacionales. En el horizonte está el mercado chino, al cual se está tratando de enganchar para que financie la regata.
Esta no es más que una de las novedades que se están intentando introducir para las próximas citas. Y es que, desde la organización se pretende dar un giro importante tanto en el recorrido como en las navegaciones para atraer a un mayor público interesado en el mercado de las diferentes clases deportivas de apuestas que rodean al mundo de la vela. Eso sí, la regata ha dejado claro que se compromete a pasar siempre por América del Norte, China, Sudamérica y Australia, así como por los principales puertos europeos.
Cambios para mantener la estabilidad deportiva
Algunos de estos cambios ya se podrán observar en la edición de 2021-2022, en la cual se disputará con un monocasco de 60 pies las etapas oceánicas, mientras que para las portuarias la embarcación ha de ser un catamarán de entre 32 y 50 pies. Con estas medidas se trata de conseguir que los barcos sean más rápidos y las etapas más espectaculares que en la actualidad, pues se lleva compitiendo dos ediciones consecutivas con el VO65 de Volvo.
En el panorama nacional para esa regata, la que dará comienzo en 2021 en Alicante, se espera que, como mínimo, el equipo MAPFRE continúe. La embarcación española terminó este pasado junio en segunda posición de la Volvo Ocean Race, a tan solo tres puntos de Dongfeng Race Team, conjunto chino que se impuso en la llegada a La Haya por una diferencia mínima. Pero, además de este barco, el hecho de que la nueva empresa organizadora sea española debería fomentar y ayudar a que haya alguna inscripción más en este país.