Normalmente el acastillaje de cubierta atraviesa la superficie exterior para roscar interiormente contra arandelas anchas o pletinas. Si el barco está bien decorado, unas tapas interiores disimularán toda esta tornillería, pero en muchas embarcaciones las tuercas interiores están a la vista.
Autor: Albert Puerto
Es muy recomendable suavizar la presentación de esta tornillería con capuchones o tuercas ciegas, por ejemplo, pues el hecho de que existan espárragos de tornillos largos apareciendo por el interior puede ser motivo de golpes muy dolorosos en la cabeza o el rasgado de velas por enganchones.
Si se utilizan tuercas autoblocantes será necesario cortar los tornillos al ras de la tuerca. Para ello se usará un arquillo de sierra de metal. Para un acabado perfecto es aconsejable adquirir unos capuchones plásticos que se encuentran en el mercado y cuya utilidad es la de tapar la tuerca disimulando su presencia.
También se pueden utilizar tuercas ciegas de inox, que se adquirirán en una buena ferretería. La operación será un poco distinta, algo más compleja, pues en primer lugar se deberá cortar el espárrago al ras de la tuerca. Luego se extraerá la tuerca normal y se sustituirá por una tuerca ciega, dejando un acabado perfecto.
Las tuercas ciegas, si no se roscan con fija tornillos, corren el riesgo de irse aflojando con el tiempo, por lo que será necesario un repaso periódico de la tornillería interior para reapretar las tuercas. El hecho de usar tuercas autoblocantes asegura, en un principio, que nunca se aflojarán las tuercas.
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