La Volvo Ocean Race ha despejado la incógnita sobre si va a apostar por el monocasco o por el multicasco para su futuro: la opción elegida ha sido decantarse por ambas. La introducción de un monocasco asistido por foils de 60 pies para las etapas oceánicas y un catamarán volador ultra rápido de entre 32 y 50 pies para las costeras convertirá la regata en el máximo desafío a todos los niveles para un equipo de regatas.
La regata ha anunciado la próxima generación de monotipos (barcos iguales) que se estrenarán en 2019 y que se han diseñado para competir durante al menos seis años. Esta decisión es la piedra angular sobre la que va a pivotar el escenario de la próxima década, un hecho que va a aumentar significativamente la importancia del evento tanto en el plano deportivo como en su valor comercial.
Ganar la Volvo Ocean Race en el futuro exigirá experiencia tanto en monotipos en las etapas oceánicas como en multicascos para las regatas In-Port, ya que en ambas especialidades se tendrá que navegar prácticamente con la misma tripulación. Actualmente las regatas In-Port cuentan únicamente para desempatar en caso de acabar con los mismos puntos en la meta final. En la edición de 2014-15, ya cambió la posición en la general para dos equipos, confirmando que también era muy importante hacerlo bien aunque fuera sólo por si se llegaba al desempate. En el futuro, las regatas In-Port tendrán algo más de importancia, pero sin que cambie el hecho de que son las etapas oceánicas las que otorgan la mayor cantidad de puntos.
El francés Guillaume Verdier está diseñando el nuevo monocasco, que utilizará la último en tecnología y es esencialmente un IMOCA 60 ‘turbo’. El barco tendrá una opción incorporada al diseño para que la plataforma sea adaptable, con relativa rapidez y de forma económica, a un barco que cumpla con las normas de la IMOCA, capaz de competir en otros grandes eventos del circuito como la Vendée Globe y la Barcelona World Race.
Hoy se inauguró el proceso para el diseño y la construcción de los catamaranes (32-50 pies, 10-15 metros), que se construirán con una estricta regla de diseño como los monocascos, lo que permite que se aproveche gran parte de la tecnología más reciente para volar, pero a un coste relativamente bajo.
Se va a empezar con la construcción de 8 monocascos y otros tantos multicascos, y se pondrán a disposición de los equipos en régimen de alquiler, eliminando así la barrera de compra de activos que a menudo impide la puesta en marcha de los equipos, y los patrocinadores involucrados en la próxima edición 2017-18 tendrán una opción preferente. El primero de los nuevos barcos estará terminado en enero de 2019, con toda la flota lista a mediados de ese año.
Persico Marine liderará desde Bergamo (Italia) la construcción del nuevo monocasco y el propio equipo de constructores de barcos y expertos del Boatyard completará el equipamiento final en un lugar que será confirmado como parte del proceso de licitación de una ciudad sede.
Si bien será un monotipoestricto, habrá mucho que aprender sobre estas nuevas máquinas, lo que dará un amplio margen de maniobrabilidad a los equipos a la hora de preparar el barco para competir. Las posibles evoluciones entre ediciones se harán desde el principio en la medida de lo posible.
“Los nuevos barcos se entregarán en régimen de alquiler y, junto con el mayor paquete de beneficios proporcionados por la regata, esperamos que los presupuestos estén a un nivel similar que ahora”, explicó Mark Turner, CEO de la regata.
Los presupuestos de los equipos están en un promedio de 10-12 millones de euros repartidos en dos años, incluyendo los costes de activación.
“La centralización de los servicios permite a los regatistas concentrarse en ganar la regata en el agua, en lugar de duplicar los costes a lo largo de las campañas”, continuó Turner.
“Los equipos y los patrocinadores tendrán que actuar rápidamente porque esperamos que estos emocionantes barcos nuevos se agoten rápidamente. El anuncio de regata (Notice of Race), el acuerdo comercial y de patrocinio, y el alquiler del barco para la siguiente edición serán publicados antes de que esta edición de 2017-18 comience en octubre”.
Verdier, que actualmente está finalizando los planes para el próximo barco junto a su equipo de diseñadores, dijo: “Estoy muy emocionado de que se me confíe en la tarea de diseñar la próxima generación de barcos para la Volvo Ocean Race. Los regatistas de la Volvo Ocean Race tienen una reputación de deportistas implacables que aprietan muy duro y el diseño del futuro barco refleja eso precisamente”.
“Por esa razón, es importante mantener un cierto nivel de seguridad en el diseño, que es especialmente importante debido a los lugares por los que pasa la flota, como el Océano Sur”.
“Dada su reputación, sabemos que es poco probable que los regatistas de la Volvo Ocean Race levanten el pie del acelerador, y donde muchos navegantes solitarios solos podrían reducir la velocidad, ellos no lo harán”.
“Teniendo todo esto en mente, es un gran reto diseñar una máquina que sea extraordinaria para navegar, pero también segura al mismo tiempo”.
Las tripulaciones tendrán entre 5 y 7 miembros, además del OnBoard Reporter (reportero a bordo), y las reglas seguirán incentivando las tripulaciones mixtas de hombres y mujeres y la presencia de regatistas jóvenes.
Hablando sobre la decisión clave en el diseño del barco, Turner también dijo que a largo plazo, la regata podría incluso ir totalmente a multicascos.
“Después del minucioso y prolongado debate que hemos tenido ahora, ya no hay ningún tipo de barrera conceptual para que la Volvo Ocean Race dé el salto al multicasco oceánico dentro seis años, una decisión que tendremos que tomar dentro de tres o cuatro años a partir de ahora. Esta vez estuvimos muy cerca de tomar ese camino”.
“En la próxima década, es muy posible que veamos multicascos de la nueva clase Ultime francesa navegando a través de los océanos, la mayoría de las veces volando sobre el agua, lo que supone un reto mucho mayor que hacerlo en aguas costeras.
“Pero en última instancia, sentimos que era demasiado temprano en la curva de desarrollo, especialmente cuando se construye una gran flota de monotipos, para dar el salto ahora. Modificar una flota entera con cada avance tecnológico que se descubre no es realista.”