Crucero Práctico 10 preguntas clave… antes de comprarse el barco
Ha llegado el momento. Usted ha decidido dar el gran paso. Adquirir una embarcación. Comprarse un barco. Ser, por fin, armador. Este artículo le va ayudar para que la ilusión del sueño cumplido no se convierta en una pesadilla. Porque no quiero ser cenizo, pero más de una vez ha ocurrido.Texto e ilustraciones de Isidro Martí Férriz
Un amigo mío solía comentar que comprar un barco era como cumplir un sueño. Lo sabía bien, porque precisamente él se dedicaba a la venta. Comprarse un sueño. Es un arma de doble filo. La felicidad, como sabemos, es efímera, la realidad es tozuda y suele derrotar a la ficción. Le voy a proponer diez interrogantes previos a la compra de un barco.
1. ¿Tengo el presupuesto?
Hay que empezar por el principio. Vivimos en un mundo en el que compramos todo sin tener el dinero. Pues bien, con los barcos también es posible. Es fundamental saber de qué presupuesto dispone. Y una vez calculado, decidir si desea endeudarse o buscar una financiación parcial del coste. En este aspecto los vendedores de barcos se preocuparán de proponerle diferentes opciones. No voy a entrar en detalles de créditos, rentings o leasings. Calcule fríamente lo que tiene, lo que tendrá que pagar y durante cuánto tiempo. Negocie cómo se resuelve la venta del barco en caso de querer desprenderse del mismo, tanto por cambio de embarcación como por necesidad. Primera o segunda mano. IVA y Matriculación. Impuestos. Abanderamiento.
2. ¿Cuánto cuesta mantenerlo?
Ya sabe lo que va a pagar por el barco y la financiación. Empiece a pensar en el gasto de amarre anual, o mantenimiento en una nave en caso de invernar, seguro obligatorio, gestoría para dar de alta la matriculación, equipar el barco con lo necesario para desarrollar su afición favorita: electrónica, aparejos de pesca, esquí acuático, velas, etc. Varada anual, pintura de fondos y mantenimiento del equipo propulsor. Añada un plus para imprevistos. Siempre los hay. No es una mala idea calcular un diez por ciento anual del coste de la embarcación. Pero cuidado, puede variar bastante de un modelo a otro, de una eslora a otra y del puerto base donde quiera tenerlo.
3. ¿Qué barco quiero, sueño o necesito?
Sí, la pregunta es capciosa. He añadido un plus de realidad al sueño. Pensar en el barco que necesita le ayudará a fijar el objetivo. También es verdad que esta pregunta tendría que estar antes de la 1 y la 2. Lo he hecho expresamente. Primero quería que pensara en el presupuesto, para obligarle a acotar el sueño. El presupuesto le limitará la eslora y la motorización, así como lo gastos anuales. Soñar nos impide pensar, y para eso está leyendo este artículo.
En el punto 3 ha de decidir si quiere un velero o una motora, una semirrígida o un trimarán, de qué eslora, con cuantos motores y si las velas han de ser de crucero o de regatas. Si le cuesta decidir pase al punto 4.
4. ¿Qué quiero hacer exactamente con el barco?
Los sueños se han de realizar, pero muchas veces se difuminan y navegar es un hecho muy real. Piense en qué es realmente lo que quiere hacer, o lo que hace cuando navega. A mí también me pasa. A veces sueño con hacer una cosa y acabo haciendo otra. Necesita darse otro baño de realidad, si sigue con dudas pase al punto siguiente.
5. ¿Con quién voy a navegar?
¿Navegará solo, con su pareja, con su familia, los hijos, amigos, con profesionales, con todos a la vez? Me voy a atrever a darle un consejo dentro de los interrogantes. No le van a acompañar todos siempre. Los familiares, parejas y amigos son libres. Tienen otras aficiones. Incluso se marean, no les gusta pasar frío o mojarse, encuentran incómodo el aseo de los barcos. Pero no se atreven a decírselo porque le ven tan ilusionado que temen romper el sueño. Piensan: le acompañaré… pero no lo harán siempre y cuando usted se lo pida. Lo harán cuando puedan y cuando quieran.
6. ¿Qué tengo que hacer para que me acompañen?
Un barco es un sitio ideal para compartir, para viajar en familia, para invitar a amigos. Por eso es fundamental antes de la compra hablar con sus seres queridos e involucrarles en la decisión. Ceda un poco. Quizás vale la pena no comprar el purasangre de regatas y optar por un crucero rápido si a cambio le acompaña su pareja o sus hijos.
7. ¿De cuánto tiempo dispongo?
Menos del que se imagina. Le recuerdo que sueña con navegar, pero la vida actual, si no me equivoco, nos da poco tiempo libre. Piense en los fines de semana libres que tiene, en las vacaciones de Semana Santa, verano y puentes. ¿Va a sacrificar otras aficiones por la náutica? Porque seguro que además le gusta viajar, esquiar o recoger setas. Monte un calendario realista de los días que usará el barco al año. Consulte aquí el punto 5. Le ayudará.
8, ¿Voy a hacer vida a bordo?
Si va a vivir a bordo muchos fines de semana, utilizando el barco como segunda residencia, ya sólo le queda hacer un croquis final de la eslora, tipo de barco, equipamientos, puerto base para empezar a buscar. En caso contario siga leyendo.
9. ¿Qué me costaría alquilar un barco todos los días del punto 7?
Si ha hecho los deberes del punto 1 y 2, compare el presupuesto con lo que se gastaría alquilando una embarcación similar esos días libres. Saque sus propias conclusiones.
10. ¿Puedo compaginar ambas cosas?
Cada vez más se utiliza este sistema. Tener una pequeña embarcación todo el año y alquilar con familia y/o amigos un barco mayor durante las vacaciones en cualquier parte del mundo. Vuelva a la casilla 1 y reconsidere presupuesto.