La apuesta por mantener una buena relación entre eslora y peso da resultados al astillero francés Outremer. Su último modelo denominado 5X, ganador en su categoria del trofeo European Yacht of the Year 2013, destaca navegando a vela tanto por ser veloz como por dar placer a sus usuarios. CARLOS SERRA/ FOTOS: BERTEL KOLTHOFF
Se trata de una fórmula sencilla, una proporción entre la raíz cuadrada del desplazamiento y la eslora que marca la frontera entre el catamarán rápido y el lento. Nos lo explicó Marc Van Peteghem (VPLP), diseñador del Outremer y de una gran cantidad de multicascos, sean de competición o de viaje. Cuando el peso es mayor, el barco navega pero no es rápido ni divertido. Por debajo de dicha frontera se puede aspirar a correr.
Al parecer todos los arquitectos conocen esas magnitudes. Pero pocos constructores acceden a reducir la acomodación, alargar los cascos en los extremos y quitar equipo para meter el diseño en ellas. Outremer lo ha hecho, corriendo un riesgo comercial: con una superestructura mucho más pequeña que los catamaranes de la competencia, con cascos vacíos delante y detrás, su 5X ofrece la capacidad que en otras marcas tienen modelos tres metros más cortos. Pero el barco anda. Es la diferencia. Y el público exigente la entiende.
Otra cuestión es que, en la construcción de un catamarán, la lucha por aligerar es la clave pero se encuentra con dos adversarios: el coste, que aumenta exponencialmente si se usan materiales ultraligeros como en los modelos de competición, y las exigencias de los propietarios que siempre quieren más equipo, más confort y más agua o gasoil en los depósitos. Aunque luego, si no anda, se quejan…
En el lado financiero, no vamos a ocultar que el paquete ofrecido por el astillero francés tiene un precio elevado: ya en su versión básica sube un pico, pero la extensión de las opciones extras que ofrece puede disparar la factura a niveles todavía más altos.
En navegación el resultado de la apuesta no puede ser más favorable. Hemos visto al Outremer comportarse, en vientos de menos de ocho nudos, como si de un monocasco bien provisto de vela se tratase. Hay algunos secretos aparte de la mágica proporción peso-eslora: el plano vélico es gigantesco, con su mayor de sable perpendicular y una excelente variedad de velas de proa. También los cascos son finos y bajo el agua hay buenas orzas y buenos timones. >
La sensibilidad al timón se convierte en argumento de venta para Outremer, que sabe del deseo de algunos armadores de conducir ellos mismos su velero. Además del puesto de gobierno convencional, que de por sí ya disfruta de buena visión y tacto, el astillero ofrece un juego de dos cañas de gobierno combinadas con sillas adaptables a la cubierta, que se montan a voluntad sobre las bandas para disfrutar allí afinando en las rachas.
Lo experimentamos en las ventolinas que nos tocaron durante las pruebas de La Spezia para el European Yacht of The Year, y pudimos notar la sensibilidad y la facilidad de reacción de ese mastodonte, al que las velas empujaban con facilidad sorprendente.
Cierto es que, dotado de un mástil de carbono giratorio y velas sofisticadas, la unidad puesta en nuestras manos era la mejor que podíamos probar. Pero no nos costó imaginarnos colocados en aquel mismo puesto, con la caña en la mano, haciendo slalom en las olas a más de 20 nudos en una brisa sólida y contundente.
Cubierta con grandes espacios
Hemos dicho que no aprovecha su plataforma de casi 18 por 8,5 metros como lo hace la competencia, pero eso no significa que resulte pequeño. Más bien es al revés, por lo menos en cubierta.
La reducción de tamaño de la caseta da una bañera difícil de superar en tamaño que además, como veremos, está muy bien aprovechada. Saliendo de ella los corredores son amplios y no se ven molestados por las cajas de orza. En cuanto al jardín formado por las proas de los cascos, el puntal central y las dos redes… Por supuesto que allí hay espacio de sobra.
Nos dedicaremos más a la zona de bañera y las cubiertas laterales a la misma, donde se colocan las cañas de timón y las sillas mencionadas más arriba, y que hace auténticos alardes en ergonomía, diseño y detalle.
La decisión de usar una disposición asimétrica para la bañera merece aplausos cuando se trata de un espacio grande: así hay dos ambientes, que además son distintos. La escota de mayor se maneja, así como los controles de la barra correspondiente, mediante un winche situado en la bancada de popa de la bañera. Las otras maniobras están junto a los puestos de gobierno, elevados ya en las plataformas de cubierta pero no convertidos en “tronos” como ocurre en algunos modelos competidores. El trasero de la caseta describe junto a cada rueda una especie de nido, con soporte lateral, desde el que es fácil manejar los dos winches. Si tienen motor eléctrico, mejor todavía. Hay otros dos winches desplazados hacia el interior de la bañera destinados a trabajar los enrolladores y las escotas de velas de proa grandes, ya sea genaker o código 0.
La comunicación entre la plataforma de bañera y el salón es excelente, así como las escaleras hacia los corredores. En cada banda hay unas anchas plataformas donde hallan su lugar las sillas descritas y las cañas de carbono. Y por supuesto en las popas de los cascos nacen sendas escalas que conducen al agua. Entre los peldaños de las mismas se han previsto ventanales que iluminan los camarotes interiores pese a la existencia del recinto motor y su insonoriación.
Los puestos de gobierno fijos —sólo uno de ellos es estándar, y bastaría, aunque el segundo completa y da simetria— están muy bien colocados y gozan de excelente visión cuando se atraca o se inician las maniobras.
Añadamos que la unidad probada usaba escoteros “volantes” formados por aros y patas de gallo regulables, lo que ayudaba a la perfecta posición del punto de tiro de escota en todas las velas de proa y eliminaba raíles y carros siempre incómodos.
Las cajas de orza, muy desplazadas al esterior, se hallan a mitad de los corredores que conducen hacia proa. Allí hay las habituales tapas que esconden pañoles de velas y pozo de fondeo. El frontal de la caseta, en forma de ventanal vertical, va flanqueado por dos cuñas que sirven para trepar sobre el tejadillo.
Decoración refinada
Desde la bañera se pasa al salón sin siquiera tener que levantar el pie, tal es la continuidad. Las puertas correderas tienen tamaño convencional, pero se complementan con dos ventanas enfocadas hacia atrás. Gracias a ellas y al resto de acristalamiento, los habitantes de dicho salón disfrutan de 360º de visibilidad.
Hay en catamaranes de tamaño similar estancias más grandes, pero no mejor resueltas. El especialista Frank Darnett ha empujado los muebles hasta el límite de los mamparos, creando un excelente juego con el suelo así liberado en el centro, y ha combinado el blanco de las piezas lacadas con los remates de madera, de veta horizontal y muy elegante. También ha creado en el cerramiento de proa un rincón de mesa versátil en forma de C, con uno de los bancos libre de respaldo, que logra acoger a un gran número de comensales sin imponerse o agobiar.
A su lado hay un pupitre que hace las veces de despacho, mesa de navegación y centro técnico. En la parte de popa, a banda y banda de las puertas de cristal, hay dos muebles voluminosos que el blanco disimula con eficacia. El de estribor es algo más aparatoso y acoge la cocina, muy limpia e integrada en el ambiente pero también muy bien resuelta. En el mostrador de babor hay cajones, un televisor escondido y otros detalles acogedores.
Dos escalas cómodas descienden a los cascos, donde se distribuyen los camarotes. Ahí es donde el astillero ofrece diversas opciones, que el lector puede ver en los planos, según los deseos de cada armador. La unidad vista por nosotros usaba todo el casco de babor como suite de armador, con otros dos camarotes de cama doble compartiendo un baño en el casco de estribor.
Las opciones propuestas incluyen cuatro camarotes dobles, o tres camarotes y un espacio para skipper. Resultan todas luminosas gracias a la profusión de portillos y escotillas, y aunque no disfrutan de la amplitud que otros catamaranes logran al ensanchar sus cascos, tienen espacio más que generoso: uno no olvida que está en un barco de gran tamaño.
Técnicas de astillero
Hemos dicho ya que Outremer se preocupa de mantener el desplazamiento al mínimo. La construcción de los cascos en infusión, con una capa de protección viniléster contra la ósmosis, conjura la lucha contra el peso sin llevar el coste a dimensiones desmesuradas. Los mamparos principales son de una sola pieza y van laminados por las dos caras a la estructura. La unión casco-cubierta está laminada por dentro.
Todo lo que vimos de instalaciones, desde las salas de motores accesibles en las popas al montaje de fontanería y electricidad, que usa 24 voltios en los servicios normales, es de primera calidad y ha sido pensado antes de ser hecho. Cada equipo ha sido elegido con cuidado para ofrecer resultados de barco grande sin propasarse en el peso. La carpintería, que como hemos dicho combina sándwich lacado con madera vista, es cuidadosa y muestra un cuidado especial en las entregas. El Outremer es un producto de precio, y la calidad del trabajo está en consonancia.
Anotemos por fin que el astillero se precia de ofrecer un servicio post venta de alto nivel, con atención permanente esté donde esté el barco, como hacen hoy en día bastantes productores de barcos de lujo.
Características
● Eslora total: 17,98 m
● Manga: 8,58 m
● Calado: 1,20 m/2,70 m
● Desplazamiento: 13.900 kg
●Superficie vélica estándar2
● Mayor: 127 m2
● Foque: 59 m2
● Gennaker: 175 m2
● Spinnaker: 243 m2
● Motorización: 2 x Volvo 54 Hp
● Arquitecto: Marc Van Peteghem/VPLP
● Diseño interior: Franck Darnet/Patrick Le Quément
● Capacidad de agua potable: 2 x 336 l
● Capacidad de combustible: 2 x 336 l
● Precio base: 945.000 euros (sin iva ni transporte).
● Constructor: Outremer Yachting.
Construcción
Cascos en infusión de resina poliéster, con gelcoat NPG y capa exterior en resina viniléster. Sándwich en obra muerta y estratificado macizo, con refuerzos en fondos, para la obra viva. Cubierta y caseta en sándwich de espuma PVC. Pozos de deriva en sándwich reforzado. Derivas en composite. Palas de timón en composite con mechas de aluminio macizo.
La opinión de [N&Y]
Diseño
+ Fidelidad a la ecuación eslora/desplazamiento.
+ Estilismo exterior cuidado.
+ Potencia en carenas y aparejo.Cubierta
+ Espacio libre de circulación, bañera muy útil.
+ Posibilidad de gobernar con caña.
– Mucha cabullería suelta debido a enrolladores y escoteros con pies de gallo.Acomodación
+ Visión y luz natural tanto en cubierta como en cascos.
+ Excelente distribución del salón de cubierta.
– Menos espacio para camarotes que en catamaranes más voluminosos.
FOCO EN
GALERIA