Aunque no parezca muy evidente la elección del antifouling para nuestra embarcación depende de varios factores externos, tales como la temperatura del agua, la salinidad, las corrientes marinas, el tipo de navegación y otros aspectos que podrían sorprendernos. Antonio Rodríguez
Comienza la temporada y es el momento de tener nuestra embarcación lista para disfrutar. Queremos que el motor funcione, que el casco no pierda velocidad y que el consumo de combustible no aumente.
Un periodo prolongado con la embarcación a flote hará que las capas de antifouling o patente antiguas dejen de trabajar, perdiendo su poder antiincrustante, produciéndose la aparición de limo, algas e incluso caracolillo. Estas incrustaciones harán que aumente el coeficiente de rozamiento del casco, disminuyendo la velocidad de la embarcación, y motivando el aumento del esfuerzo del motor y el consiguiente aumento del consumo de combustible.
Es conveniente, pues, sacar la embarcación del agua al menos una vez al año para la revisión de los ejes, colas, palas, grifos de fondo, cambio de ánodos, limpieza con agua a presión y repintado con antifouling o patente.
Existen varios tipos de antifoulings, basados en diferentes composiciones y con distintas formas de actuar, pero debemos elegir el producto que más se adecue a nuestro tipo de embarcación, tipo de navegación y la zona geográfica donde nos encontremos.
Elección según tipo de embarcación y uso
Veamos los diferentes tipos de antifoulings y cuál es el más conveniente según nuestro tipo de embarcación y uso.
1. Autopulimentables. El antiincrustante es soluble parcialmente, la capa de pintura actúa y se va gastando de forma homogénea. Este tipo de antifouling resulta para veleros de programa crucero, crucero-regata y motoras de cierto tamaño.
Continuamente me preguntan si es posible utilizar autopulimentables en pequeñas motoras rápidas, mi respuesta es sí, siempre que se apliquen tres manos de antifouling en vez de dos, y el barco no se utilice continuamente durante largos periodos de tiempo. No obstante, hay que recordar que existen antifoulings denominados ablativos (autopulimentan pero de forma más lenta), que se pueden utilizar en casi cualquier tipo de embarcación.
2. Matriz dura. Después de su aplicación, la capa de pintura se seca, transformándose en una superficie dura y porosa. La pintura contiene biocidas que actúan por contacto con el agua impidiendo el crecimiento de incrustaciones. Una de las ventajas de este tipo de antiincrustante es su resistencia a la fricción. Este tipo de productos es recomendable, por ejemplo, para embarcaciones rápidas a motor, además de para aquéllas que se hallen en zonas afectas por las mareas y fondos lodosos. Algunos regatistas son del parecer de lijar o pulir el casco poco antes de la regata y, en este caso, este tipo de antiincrustante es sin duda el idóneo para este tipo de actividad.
El mayor inconveniente de los antiincrustantes de matriz dura es la formación por estratos de una capa gruesa como resultado de las sucesivas aplicaciones anuales. Esto es evitable si antes de cada nueva aplicación se lija o elimina la pintura existente.
3. Autopulimentables tipo SPC. Estos son hidrofóbicos (no les gusta el agua) antes de sumergirlos en agua salada. Una vez en contacto con el agua salada, el cloruro de sodio rompe la unión entre el polímero y el cobre, creando un polímero acrílico ácido. Esto los convierte en hidrofílicos (ahora si les gusta el agua). El polímero ácido sólo se crea en la superficie, no en todo el espesor de capa. La reacción en la superficie se produce de forma constante, recreando en ésta el polímero ácido, el biocida se va liberando de forma controlada y el polímero ácido se disuelve en el agua. El proceso es similar al desgaste que sufriría una pastilla de jabón sumergida en el agua.
Lo diremos de forma más sencilla: este tipo de antifoulings autopulimenta con el barco parado. La resina reacciona con la sal del agua y se vuelve soluble. Funciona increíblemente bien en todo tipo de embarcaciones, no crea capa muerta y dura mucho más que un antifouling convencional.
Es ideal para embarcaciones que permanecen mucho tiempo amarradas a puerto sin moverse, tanto motoras como veleros. En embarcaciones con cierto uso, puede durar varias temporadas. No obstante, este tipo de productos no se recomienda utilizarlos en zonas de agua dulce como ríos, pantanos o lagos.
4. Antifoulings sin biocidas (Intersleek). Intersleek es un revestimiento de fluoropolímero, que no libera ningún tipo de biocidas. Se basa en lo que se conoce como superficie de baja energía. Las incrustaciones no se pueden agarrar a la superficie de modo que se pueden quitar fácilmente con la mano, utilizando esponjas, cepillos de cerdas suaves o cualquier método no agresivo.
Si se toca, tiene la apariencia y el tacto de la piel de un delfín. Se puede utilizar tanto en veleros como en motoras, reduciendo el coeficiente de rozamiento y disminuyendo el consumo de combustible, pero la embarcación se debe utilizar de forma continuada o ha de pasar limpiezas submarinas periódicas.
Es la opción del futuro para las personas concienciadas que deseen cuidar y mantener el medio ambiente. No es recomendable para embarcaciones con poca actividad ni para zonas de agua dulce.
Aquí se puede apreciar, antes y después de lavar a presión, una superficie tratada con Intersleek 90 en un velero de regatas.
Factores geográficos y ambientales
En los últimos años estamos notando en nuestros mares y océanos un aumento en la temperatura del agua, cambios en la salinidad, descenso del PH y un aumento en los niveles de radiación ultravioleta. Todos estos factores, junto a un aumento en la contaminación motivan cambios en la forma de actuar de los antifoulings.
Una temperatura elevada del agua, por ejemplo, propiciará una mayor aparición de incrustaciones en el casco. Necesitaremos, pues, un antifouling de mayor eficacia y mejor (con mayor contenido en cobre o SPC) si se encuentra en el Mediterráneo que si se encuentra en las costas de Portugal o el Mar Cantábrico, donde el agua es más fría.
Si se navega por zonas tropicales, se puede percibir fácilmente como las altas temperaturas del agua ayudan a que aparezcan más organismos en la obra viva; en cambio, navegando por aguas más septentrionales (por el Ártico, por ejemplo) se puede observar que la obra viva apenas tiene incrustaciones.
El aumento de unos grados en la temperatura del agua del Mediterráneo en un año determinado puede hacer que el antiincrustante que se ha utilizado habitualmente pierda sustancialmente su eficacia, y deje de funcionar como se esperaba.
Otro factor que puede afectar a la acción de un antifouling es la localización de una marina cerca de zonas industriales. El producto modificará su forma de actuar no solamente por el incremento de la temperatura, sino también por la presencia de productos contaminantes. Ciertos contaminantes afectan a la resina, los productos autopulimentables dejan de funcionar y las matrices duras quedan selladas sin poder cumplir su función.
Un ejemplo típico lo tenemos en la ría de Huelva en su paso por Mazagón. En ciertas ocasiones el uso de antifoulings potentes con base de agua, como el Micron WA, minimizan el problema.
Las zonas con mayor número de horas de sol al año recibirán más radiación ultravioleta (costa de Andalucía y costa mediterránea), y esto ayudará al crecimiento de limo, sobre todo en las zonas de la línea de flotación. Es recomendable que estas zonas se refuercen con una capa extra. En ocasiones después de pintar el casco completo con un antifouling de rango medio, se le aplica la capa de refuerzo en flotación con un antifouling más potente o con un SPC.
Otro factor de notable influencia en la eficacia de los antifoulings es la salinidad del agua. Como es sabido, en el litoral cantábrico y Galicia llueve bastante más que en el sur de España. Los ríos desembocan en el mar con un importante aporte de agua dulce cerca de los puertos. Además, en estas zonas el flujo de mareas es mucho mayor que en el Mediterráneo. Estos factores combinados ayudan a la aparición de más incrustaciones de tipo animal (ejemplo: caracolillo).
Incluso en diferentes zonas de un mismo puerto los antiincrustantes pueden actuar de manera distinta. Debido a las corrientes dentro de la marina, existen atraques donde se acumula más basura, aguas de diversas temperaturas e incluso una derivación eléctrica de una caja de electricidad pueden influenciar en la perdida de efectividad de nuestra pintura.
Como hemos visto, son muchos y variados los factores que afectan la vida y rendimiento de los antifoulings, y hay que entender que el barco más rápido y que menos combustible consume, en situaciones normales, es aquel que tiene su obra viva limpia.
La costa española tiene muchas variaciones en cuanto a clima y condiciones, por lo tanto mi consejo es utilizar antifoulings de calidad, especialmente en zonas difíciles con mucho crecimiento, ya que el coste del producto se amortiza con una mejor conservación del barco y un menor consumo de combustible.
El autor pertenece al departamento Yacht Technical Customer Service de Iberia Yacht. Ingeniero Naval NACE2.
Nota: Micron WA e Intersleek son tecnologías desarrolladas por International Paints y se encuentran en la base de formulación de los antifoulings desarrollados por Akzo Nobel.