Shogun 43: Velocidad para dos

El Shogun 43 es un crucero rápido optimizado para navegar a dos. La concepción de su diseño exige materiales y construcción de alta calidad. Con ello materializa una imagen futurista de barco veloz y bajo cubierta mantiene la calidez de un barco de crucero; una calidez que no es ajena al rendimiento y en la que se ha optimizado hasta el último gramo.

Autor: Diego Yriarte

Fotos: Ludovic Fruchaud / EYOTY, Shogun Yachts y Diego Yriarte

Shogun Yachts es una marca joven de ideas actualizadas y, hasta podríamos decir, vanguardistas. El Shogun 43 es el segundo diseño de la gama, el primero fue un 50 pies, con mayor orientación a las regatas y tripulación completa. Ambos modelos han sido diseñados por el estudio sueco Oscar & Håkan Södergren que, con una visión integral, diseñó cada pieza y espacio del barco: casco, cubierta, interior, jarcia… ¡todo!

Sus ideas innovadoras se sumaron a la experiencia de un astillero que inició su producción en 1886 con el nombre de Rosätra Boatyard, y que desde 1948 dirigen tres generaciones de Gustafsson, creadores de su velero más conocido Linjett, cuyo primer modelo, el Lindjett 30, fue botado en 1974.

La colaboración del joven estudio de diseño sueco con Linjett aprovecha así el casi siglo y medio de experiencia del astillero para aplicar sobre esta pericia la ejecución de sus vanguardistas ideas.

Más allá de la calidad de construcción en la que se ha buscado la máxima rigidez en combinación con la ligereza, el astillero resume una forma de sentir y ser del pueblo sueco, basada en la precisión y el riguroso trabajo artesano. Y podemos dar fe de ello porque recientemente Náutica y Yates fue invitada a conocer las instalaciones del astillero Linjett, en Estocolmo, Suecia… aunque de ello trataremos en un completo artículo en nuestro próximo número.

Formas destacadas

Dicen que no hay segunda oportunidad para una primera buena impresión. Las líneas del Shogun 43 impactan a primera vista, son determinantes, estilizadas y agresivas. Decididamente, el espejo de popa es la parte que más llama la atención, con unas formas deportivas que podrían remitirnos al diseño automotriz, pero con una importante función estructural. Las líneas del casco exhiben una marcada arista de proa a poa, donde se acentúa hasta crear un deflector de agua en una proa cuya mitad superior es negativa.

La manga máxima se mantiene hasta la popa, dando lugar a una bañera de generosas dimensiones. Las formas del casco se equilibran entre las exigencias de la navegación en ceñida, pero con una mayor preponderancia a los portantes. Es un barco para navegar con pocas manos y mucho tiempo. Por lo tanto, la mayor parte de las singladuras serán con vientos que permitan un rumbo rápido y cómodo. Por otra parte, su ligereza permite aprovechar los vientos ligeros.

Las formas en las que se eleva el techo de la cabina y las ventanas laterales armonizan con el resto del diseño y, a medida que levantamos la vista, la atención pasa a la jarcia. El mástil y la botavara de carbono son sostenidos por una jarcia textil de última generación y envergan un velamen con preponderancia de las velas de proa, mástil retirado hacia popa con mayor de gran “alunamiento”, casi cuadrada (y enfatizamos “alunamiento” porque este término, que hace referencia a la redondez de la parte superior de la baluma, pronto irá a parar al arcón de las palabras en desuso).

El interior también expresa un equilibrio entre el minimalismo tecnológico y la calidez de un barco. La distribución de la cocina, el lavado y las cabinas de proa son tradicionales, incluso en lo que se refiere a estilo de la decoración, con detalles clásicos, como el techo tapizado con acolchado y costuras rombo. Pero, nada es lo que parece, y los acabados en roble o caoba tienen alma de espuma de PVC con telas de carbono y para todas las tapas de los tambuchos, que quedan ocultas bajo los cojines, se optó por laminados con fibras naturales.

El apartado tecnológico se manifiesta en su máximo esplendor a la hora de navegar donde los principales controles se accionan de forma eléctrica o hidráulica desde una botonera en la bitácora. Casi como un piano eléctrico ideado para la melodía del viento.

Entre clásico y moderno

El interior no dejará de sorprendernos. Las dos cabinas de popa están separadas por un área técnica y cuentan con literas dobles, amplias. La altura interior tiene en cuenta la envergadura de los habitantes de estas tierras vikingas, por lo que no será un problema para las estaturas medias.

La distribución del plano bajo cubierta tiene una distribución clásica, aseo con ducha compartimentada a estribor y cocina, bien el astillero contempla diversas opciones de personalización, tanto en diseño del espacio como de materiales de acabado. Debajo de la chapa de madera, el interior está construido con un sándwich laminado de fibra de lino con un núcleo de divinycell. Construcción ligera y rígida.

La posición del mástil, que atraviesa la cubierta para reposar sobre la rejilla del casco, está situada a popa de la mesa del salón, por lo que inevitablemente se lleva el primer plano en la foto: es lo primero que encontramos al bajar a la cabina. Pese a ello, la funcionalidad de la mesa de alas abatibles no se ve alterada.

En la unidad que hemos navegado —tanto en Port Ginesta, durante las pruebas para la elección del European Yacht of the Year (EYOTY), como en una segunda jornada de navegación que realizamos entre la bahía de Palma y Port Andratx, en Mallorca—, estaba configurada con la cabina de proa abierta, limitada por un mamparo estructural. Cabe la opción de instalar una puerta corredera doble para acentuar la privacidad.

En líneas generales el interior se adapta al tipo de navegación que practiquen los futuros armadores.

El momento esperado

Más allá de observar el barco desde el pantalán y de recorrerlo para descubrir todos sus particulares, para nosotros el momento más esperado es siempre el de navegar. Y para saber cómo se comporta el Shogun 43 hemos subido a bordo, como hemos dicho, dos veces: en Port Ginesta, donde la ausencia de viento fue total, y len una segunda ocasión para realizar una travesía entre el Real Club Náutico de Palma y Port Andratx, en Mallorca. En esta última ocasión, el viento en aumento desde 0 hasta 11 o 12 nudos, nos permitió navegar en todos los rumbos y probar cada una de las velas de proa en todos sus ángulos. En busca de velocidad y ángulo navegamos con código 0. El aumento del viento nos permitió navegar más abiertos y utilizar todas las velas disponibles en los diferentes ángulos.

Lo más notable no solo es la velocidad de este 12 metros, sino la reacción ante el aumento del viento o los reglajes. Los reglajes necesitan un capítulo aparte… aquí es donde este velero define su nicho de mercado. Es un barco apto para jugar al juego de la vela y dos personas son suficientes para realizar todas las maniobras. Pero los reglajes finos son la guinda de un pastel de precisión y mínimo esfuerzo.

En el pedestal del timón, junto a las pantallas de navegación hay una nutrida botonera para manejar, de forma eléctrica o hidráulica, los más delicados reglajes que modifican la forma de la vela según las condiciones. El carro de escota de mayor es eléctrico y permite bajarlo y desventar de inmediato. Y la contra de mayor, en la unidad probada, era hidráulica. Todos aquellos reglajes necesarios para mejorar las prestaciones del barco están a mano y la mayoría no exige ningún esfuerzo.

Un sistema eléctrico permite modificar la alineación de las palas de timón y reducir turbulencias, para optimizar su rendimiento según la intensidad del viento.

Es fácil mantener velocidades por encima de los siete nudos en ceñida y ver, en la corredera, dos dígitos en portantes. A medida que el viento fue en aumento el comportamiento fue más reactivo, pero siempre controlado. La maniobra requiere de pocas manos gracias a una combinación de variados winches; los claves, eléctricos, al igual que otros reglajes de las velas. Pero también es posible controlar mediante un sistema hidráulico la tensión del stay desde proa, para modificar la flecha de la vela de proa y el tope de la mayor.

Además, un sistema eléctrico permite modificar la alineación de las palas de timón y reducir turbulencias, para optimizar su rendimiento según la intensidad del viento. Esta serie de detalles no son menores para aquellos disfrutan del arte de la navegación a vela y que buscan en las velas la forma de la velocidad. Son pequeños ajustes que marcan grandes diferencias cuando las millas por recorrer son muchas. Por otra parte, el trabajo que antes equivaldría a un continuo esfuerzo físico con riesgo en los desplazamientos fuera de la bañera, ahora se ve reducido a presionar un botón u otro, sin moverse del puesto de gobierno, ni soltar la rueda del timón durante muchas millas.

El Shogun 43 es una embarcación con un precio que la hace especial en relación a su eslora, pero… no cabe duda de que éste es un velero pensado para un armador  especial, con ganas de convertir cada salida al mar en esa jornada de navegación con la que toda persona alguna vez ha soñado.

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