Coincidiendo con la presentación de las equipaciones que la marca Helly Hansen ha preparado para Thomas Coville, patrón del nuevo trimarán con foils Sodebo Ultime 3 recién botado, tuvimos la oportunidad de compartir una cena con este cazador de récords de la vela oceánica. Una oportunidad única que ningún aficionado a la navegación de altura podía dejar escapar. Panxo Pi-Suñer
Mientras compartíamos unas horas con el navegante, descubrimos a un hombre carismático, cercano y afable, una mina de conocimientos y experiencias oceánicas.
“Descubrí la vela casi por casualidad. Mi familia no tenía nada que ver con este mundo”—nos dijo a modo de presentación. “Y yo, que era un adolescente introvertido —prosiguió— me sentí el rey del mundo con una caña y una escota dirigiéndome allí donde quería en medio del mar. Fue un flechazo, y esta sensación única la sigo experimentando cada vez que navego y es lo que me empuja en todos mis desafíos oceánicos”.
Coville, con doce pasos del cabo de Hornos, ocho vueltas al mundo y un amplio palmarés, alcanzó el olimpo cuando pulverizó el récord de la vuelta al mundo en solitario en 2016 a bordo del trimarán Sodebo, dejándolo en 49 días, siete menos que su antecesor François Joyon en 2008. Dos años después otro francés, François Gabart, a bordo del Macif, lo rebajaba en dos días.
—¿Te supo mal perder este récord?
Fue como una doble ensoñación. Por un lado, me sabía mal, pero por otro me abría las puertas a recuperarlo. Gabart forma parte de una nueva generación de jóvenes navegantes que vienen muy preparados, mucho más que yo cuando lo intenté por primera vez y creo que lo consiguió por condiciones favorables en los doldrums.
— Necesitaste cinco intentos para lograr tu récord…
Para enfrentarse a una prueba como esta, hay que estar muy preparado física, técnica y mentalmente y yo el tema mental no lo controlé hasta el tercer fracaso. El Macif de Gabart, además, era un barco creado especialmente para este reto y mi antiguo Sodebo era un viejo diseño
de 10 años al que le había hecho varias modificaciones.
El récord actual —nos comentó—, puede ser fácilmente superado por los nuevos diseños. “Los barcos que estamos preparando, los Ultime 32×23 y con foils, están pensados para este récord y serán tan rápidos que siempre correrán más que el viento. Si con los monocascos esperabas que te alcanzasen las borrascas, nosotros iremos en busca de la borrasca de delante… Utilizando los foils, porque en las borrascas hay que guardarlos.
—¿No te da miedo?
Claro, mentiría quien te dijera que no. Cuando bajas surfeando una ola de 10 metros a 40 nudos, por mucho que quieras evitarlo superas los límites que tienes establecidos por ti y por el material; y piensas ¿qué demonios hago aquí? Pero luego te sale la bestia y sigues a fondo. Por ello,
mi nuevo barco tiene previstos más de 100 sensores que lo controlan todo, desde la punta del palo hasta el último herraje de la pala del timón.
Un barco de estos sufre unas fuerzas de impacto tres veces mayores que un monocasco, motivo por el cual la prueba de materiales y los cálculos de estructura deben ser exhaustivos. ¿Te imaginas el impacto que recibes navegando a 35 nudos con 15° de escora si te llega una rompiente de 10 metros por proa?
— El calendario marca una vuelta al mundo de esta nueva clase para 2023 zarpando de Brest, en la que se espera a siete participantes. ¿Hay mucha rivalidad?
Somos competidores y todos queremos ganar, pero la seguridad manda y nos preocupa. Todos sabemos que, un día, cualquiera de nosotros puede tener que rescatar al otro… y esto nos une. De momento hemos llegado a un acuerdo para trabajar conjuntamente en los temas de seguridad y resistencia de materiales para evitar averías que puedan ser fatales. En cambio, a nivel de líneas de agua y otros detalles relativos a la velocidad y diseño, todo es un auténtico secreto.
— Tecnología aparte, ¿dónde está la clave para reducir el récord?
Mi nuevo Sodebo 3 ha estado un año diseñándose y dos construyéndose y nadie sabía la revolución que representaba, casi ni yo mismo. Tengo claro que el próximo récord caerá y rápido. Se conseguirá en las transiciones. Por un lado, las de los mares del sur, en los tramos entre borrascas y, por otro, en los cruces del Ecuador y las encalmadas. En estos tramos es donde los barcos deberían alcanzar, gracias a los foils, unas velocidades que nunca antes se habían conseguido en estas zonas y aquí estará el récord.
Ahora, con estos conocimientos, estos materiales y tecnología, podemos pensar en un barco que cubra específicamente estas franjas. Y ésta es nuestra apuesta.
—Háblanos de tu nuevo barco…
Será una revolución. Artesanía con la más alta tecnología. Para empezar no lo ha diseñado un arquitecto naval, nos hemos apoyado en un equipo multidisciplinar formado por varios equipos, algunos de Copa América (New Zeland) con especialistas aeronáuticos y otros automovilísticos.
Para definirlo en una palabra, te diría que es como una libélula.
De hecho, una de las mayores apuestas vino del grupo de ingenieros de Porsche, que fueron quienes nos convencieron de la importancia de bajar el centro de gravedad. Para conseguirlo, se decidió colocar la cabina por delante del mástil y así poder bajar la botavara a ras de cubierta como en los Copa América, para mantener el centro vélico lo más bajo posible y aprovechar los flujos. Esto permitía recortar 2,5 metros el palo, lo que mejoraba la aerodinámica y quitaba peso en altura.
Técnicamente parece perfecto, pero ¿te imaginas que para trimar la mayor tengas que mirar hacia atrás?
¡Habrá que mentalizarse mucho! Independientemente de esto, desde la cabina y el tambucho se podrá manejar toda la maniobra, lo que significa que, si no hay problemas, casi no se tendrá que salir a cubierta.
La cabina, además, queda más centrada, con lo que acusará menos el cabeceo y será mucho más habitable. Su diseño es espectacular y aquí sí que se nota la mano de los diseñadores, ya que su aspecto está entre el parabrisas de los coches de Fórmula GT de las 24 Horas de Le Mans y el morro de un Airbus.
A nivel de seguridad y en previsión de vuelcos y hundimientos, el barco llevará una “cápsula” que se desprenderá de éste en caso de vuelco o naufragio y te mantendrá a flote a la espera de un rescate si es que se ha abandonado el barco.
A nivel electrónico y navegación, la evolución no es muy significativa pero sí que lo será el control de los parámetros de velocidad, para que el seguimiento de ruta sea lo más eficiente posible. Entraremos en una fase de navegación basada en la realidad virtual.
— ¿Y los foils?
Será un nuevo concepto de navegación, una tercera fase. Tras los monocascos y los multicascos, llega la era del foil. Todo estará, si no muy experimenta- do, sí simulado o analizado. Podremos tomar la salida previendo las encalmadas, ya que llegaremos en cuatro días… Y si todo falla, dando la vuelta al globo en menos de 40 días, hasta podremos hacer dos intentos durante el verano austral.
Uno de los factores más incontrolables dependerá del cambio climático y las zonas donde lleguen los icebergs, ya que esto puede obligar a rutas más largas.
Tan pronto esté el barco aparejado, Thomas Coville se pondrá a navegar, “primero tranquilos -dice- y luego en las condiciones más extremas posibles”. En los próximos cuatro años tiene previsto hacer al menos tres vueltas al mundo, una la Jules Verne de 2020 en busca del récord con tripulación, y catorce travesías del Atlántico. Con estas millas de entrenamiento y puesta a punto del barco, Coville cree que ya estará en condiciones de ir a por el objetivo final: la nueva vuelta al mundo en regata entre solitarios.
El Sodebo Ultime 3 en cifras
– El barco ha costado 10 millones, de los que se han recuperado cinco vendiendo el antiguo.
– Su construcción ha requerido dos años de trabajo.
– Se han empleado más de 100.000 horas de trabajo.
– Se ha usado 16.000 m2 de carbono.
– El barco usa 2,5 kilómetros de cabuyería.
– La superficie de este maxi catamarán es de 32 metros de eslora por 23 de manga, lo que equivale a cuatro campos de tenis.
– La superficie vélica con mayor y genaquer es de 680 m2.
– La cabina y el piano son el 20% del peso del barco y se han situado a 18 metros de la proa.
¡Lo nunca visto!
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