La flota de recreo española no se renueva, y la media de años de antigüedad crece por encima de la media europea de modo alarmante, con los problemas que ello conlleva. CARLOS SANLORENZO
Tan sólo con un rápido vistazo a cualquier puerto deportivo podemos comprobar cómo nuestro flota de embarcaciones de recreo comienza a entrar en una edad avanzada e incluso hasta en ocasiones pueden llegar a suponer un peligro para la seguridad en el puerto. Y ello sin olvidar los problemas que generan a sus equipos técnicos y de gerencia.
Si a ello añadimos que de cada cuatro ventas de embarcaciones, tres son embarcaciones usadas y una es una embarcación nueva, llegamos a la lógica conclusión de que nuestra flota de recreo en un período de tiempo no excesivo puede estar obsoleta y caduca.
Por ello, necesitamos con urgencia políticas y medidas legislativas para conseguir renovar nuestra flota de embarcaciones.
Por lo que se refiere a lo primero, el Ministerio de industria debe establecer planes paralelos como el PIVE en el mercado de vehículos a motor, pero adaptado a nuestro mercado náutico. Incentivos que faciliten el desguace de la embarcación y subvenciones que faciliten la compra de nuevas embarcaciones. Nuestra industria y tejido empresarial necesitan este tipo de ayudas que permitan dinamizar con urgencia el mercado.
En cuanto a lo segundo, esto es, por lo que se refiere a las medidas legislativas, es evidente que la legislación actual no consigue solucionar los problemas de las embarcaciones abandonadas o morosas. En la actualidad, son necesarios largos procedimientos judiciales que finalizan generalmente con una subasta pública demasiado tarde y costosa.
Por este motivo desde ANEN se está trabajando intensamente y en colaboración con la Federación Española de Asociaciones de Puertos Deportivos y Turísticos (FEAPDT) en este doble camino.
Por lo que se refiere a las políticas que permitan incentivar la compra de embarcaciones nuevas, se ha presentado recientemente al Director General de Industria una propuesta similar al plan PIVE, pero adaptado a nuestro mercado.
Por lo que se refiere a las medidas legislativas, se está trabajando estrechamente con el Ministerio de Justicia y la Dirección General de la Marina Mercante a fin de encontrar soluciones legislativas que puedan satisfacer al sector. A tal efecto ANEN y FEAPDT han propuesto tanto al Ministerio de Justicia como a la DGMM un procedimiento extrajudicial (de jurisdicción voluntaria) que permita, con la sola intervención notarial, proceder a la subasta pública de las embarcaciones abandonadas o morosas sin tener que acudir a nuestros tribunales de justicia.
De esta forma, los depositarios de embarcaciones deportivas evitarían acudir a los tribunales ordinarios para proceder a la subasta pública de la misma, y podrían directamente o bien resarcirse de los gastos y las deudas a través de la venta en pública subasta de la embarcación, o bien proceder a su desguace y baja registral, pudiendo repercutir estos costes al armador.
No obstante, hemos de ser conscientes que el objetivo de renovar nuestra flota no sólo pasa por establecer soluciones jurídicas y plantear posibles ayudas económicas o subvenciones para promocionar la venta de embarcaciones de recreo nuevas, sino porque exista realmente una cultura de mar, que la gente joven acceda a este sector y se sensibilice con el mismo. Y en este punto, los datos no nos acompañan.
Durante estos últimos años se ha perdido una masa crítica de gente joven que accede a nuestro mercado náutico motivado fundamentalmente por una falta de cultura y transmisión de valores vinculados con el mar. Es necesario para rejuvenecer nuestra flota de embarcaciones de recreo que a su vez exista una cultura de mar como la existente en países como Francia o Inglaterra. Y para ello, es clave realizar una labor institucional y otra labor de índole privada o familiar.
La primera deriva de políticas que promocionen este sector, no como un mero pasatiempo estival sino como una actividad generadora de transmisión de valores deportivos, culturales y socioeconómicos. Y la segunda, es una labor que exclusivamente depende de nuestra educación, cultura y transmisión de valores.
Quiero destacar en este punto la labor institucional y política que realizan gobiernos como Francia, Alemania o Inglaterra en aras popularizar el sector de la náutica de recreo, y el resultado es evidente pues su flota de embarcaciones multiplica por tres y por cuatro el nuestro.
Sólo con estos tres pilares fundamentales, es decir, con políticas de educación, con políticas que promocionen y subvencionen la adquisición de embarcaciones nuevas así como con la publicación de soluciones legislativas necesarias, podremos combatir antes de que sea demasiado tarde un problema cada vez más evidente, como lo es el envejecimiento de nuestra flota de recreo y de sus usuarios.
El autor es abogado especializado en legislación y normativa náutica, y director general de ANEN (Asociación Nacional de Empresas Náuticas).