Todos hemos oído hablar muchas veces de la Sydney-Hobart, una de las grandes clásicas de la vela oceánica. Pero una cosa es conocerla de oídas y otra muy distinta vivirla desde dentro. Es lo que le sucedió al cántabro Nacho Postigo, que se estrenó en la regata australiana como navegante del TP52 Warrior One: “Me pareció espectacular la salida en el puerto de Sydney, no había visto nada así en mi vida, y me sorprendió el recibimiento en Hobart.”
Una vez más, la línea de salida reunió más de 100 barcos, entre los que destacaban cuatro maxis de 100 pies, que eran los que se disputaban el triunfo en tiempo real. En tres de ellos había representación española: los cántabros Antonio “Ñeti” Cuervas-Mons y Pablo Arrarte acabaron primeros en tiempo real a bordo del Andoo Comanche; el canario Carlos Hernández terminó segundo con el Law Connect, y el catalán Joan Vila fue tercero en el Black Jack.
Por su parte, Postigo firmó un muy meritorio cuarto puesto en tiempo compensado, la clasificación más prestigiosa.
El Warrior One fue líder en tiempo compensado buena parte de la regata: “Fue una bajada con viento portante cómodo, de 14 a 20 nudos, durante un día y medio. Al llegar al Sur de Tasmania, se produjo una compresión de isobaras y el viento arreció antes de la llegada de un frente frío.”
“Nosotros estábamos preparados, pasamos del spí A2 al A4, para viento duro; pero la vela reventó en una pinchada de ola. La sustituimos por el A6, fraccionado, de tormenta, que ya teníamos preparado y que creíamos indestructible.” Pero también este spí reventó apenas una hora después.
Ya en el río Derwent, en la aproximación final a Hobart, les alcanzó el frente, con viento entre 35 y 47 nudos —“un tripulante dice que vio 50 en la pantalla”—. “Yo nunca había entrenado en estas condiciones. Con el Génova 4 y la mayor rizada casi flameando, el barco escoraba más de 30° y no podías aguantar el rumbo; el barco era prácticamente ingobernable”. Y añade Postigo: “En esta regata los errores se pagan muy caros. Me quedo con que es una regata muy especial pero en la que hay especialistas y es muy difícil ganarles.”
Al final, el Warrior One fue cuarto en tiempo compensado. La regata la ganó otro TP52, el Celestial, segundo el año pasado, que se tomó así la revancha de su penalización en 2021 por no mantener la escucha permanente obligatoria por radio, que le privó de la victoria.