Imocas y VO65, cara a cara en la Ocean Race.
Los monotipos de la antigua Volvo se imponen en las ceñidas y encalmadas de la Ocean Globe Race Europe.
La Ocean Race Europe nació para llenar el vacío provocado por el aplazamiento de la Ocean Race (antigua Volvo) hasta el otoño de 2022 y había de servir como un ensayo general de la conjunción de dos flotas distintas y bastante dispares: siete VO65 y cinco imocas. El resultado sorprendió a más de uno.
Sobre el papel, los imocas son barcos más rápidos, sobre todo con vientos medios y fuertes entre el descuartelar y el largo. Construidos a la unidad y concebidos para la navegación en solitario o a dos, faltaba saber cómo albergarían a una tripulación de cinco personas (entre ellas, una mujer y un encargado de comunicación). Hacía más de 10 años que los imocas no competían con tripulación y en esta década han cambiado mucho, aunque sigue en pie la incógnita de si estos barcos soportarán el estrés de navegar al 100% durante toda una vuelta al mundo.
Los VO65, en cambio, son monotipos recios, concebidos y construidos para soportar las duras condiciones de circunnavegaciones en manos de tripulaciones que los aprietan más allá de lo que a muchos puede parecer razonable.
Sin embargo, lo cierto es que los imocas solo fueron delante durante parte de la primera etapa, entre Lorient y Cascais, hasta que el viento desapareció. La flota sufrió entonces un efecto acordeón y a partir de allí los VO65 fueron delante. Estos monotipos incluso se colocaron delante en la empopada (con viento de 20 nudos y más) entre Cascais y el cabo de San Vicente.
No solo esto; el vencedor en Imoca fue el barco más viejo de la flota y el único sin alerones: el Offshore Team Germany no es otro que el antiguo Acciona, con el que Bubi Sansó corrió la Vendée Globe 2012. Cierto que las condiciones le favorecieron (hubo mucha ceñida, en la última etapa el viento nunca superó los 12 nudos y en buena parte del recorrido entre Alicante y Génova soplaron menos de 5 nudos). Pero no deja de ser un resultado un tanto sorprendente que pone de relieve hasta qué punto los alerones frenan los barcos cuando no pueden cumplir su función.
Sin sorpresas en VO65
En cambio, en VO65 no hubo sorpresas: venció el portugués Mirpouri Foundation, el barco que más tiempo había entrenado y más dinero había invertido (era el único que estrenaba el juego de velas completo). Willy Altadill, jefe de guardia a bordo, lo tenía claro: “Éramos los más rápidos, los que más habíamos entrenado y éramos un buen equipo con experiencia en VO65, con refuerzo de algunos tripulantes de Figaro.”
Lo que no tiene tan claro Altadill es que los imocas sean los barcos más adecuados para la antigua Volvo: “Son barcos rápidos con vientos portantes, los típicos del Gran Sur, pero en esta otra vuelta al mundo pasamos cuatro o cinco veces por las calmas ecuatoriales, y ya se ha visto que con poco viento no funcionan.”
Falta apenas un año para la salida de Alicante y las incógnitas siguen acumulándose en torno a la Ocean Race. Los posibles tripulantes -entre ellos hay numerosos españoles- no saben aún en qué barco podrán participar, porque hasta ahora hay pocas inscripciones confirmadas. Por lo visto en esta Ocean Race Europe, casi todas sus posibilidades pasan por los VO65: no había ni un solo español a bordo de los imocas.
©Sailing Energy/The Ocean Race