La 76ª Rolex Sydney Hobart ocupa ya un lugar entre las ediciones más duras y radicales de la historia de la legendaria regata oceánica: sólo 50 de los 88 barcos participantes consiguieron completar el recorrido de 628 millas náuticas entre Sídney y Hobart como testimonio de las condiciones que encontraron en el temido Mar de Tasmania. La victoria absoluta correspondió al TP52 Ichi Ban, segundo barco capaz de defender título desde 1965.
La 76ª edición de la Rolex Sydney Hobart Yacht Race ha consolidado la formidable reputación de la regata más importante del Hemisferio Sur. Los caprichos de la meteorología dividieron el recorrido en dos tramos perfectamente definidos por la naturaleza de sus desafíos: El primero fue una prueba agotadora de resistencia física y perseverancia; el segundo examinó la resistencia mental y la habilidad táctica. Organizada desde 1945 por el Cruising Yacht Club of Australia (CYCA) con el apoyo del Royal Yacht Club of Tasmania (RYCT), la regata cuenta con la colaboración de Rolex desde 2002.
La dureza del Mar de Tasmania
Despejada la incógnita sobre su celebración gracias al enorme esfuerzo y compromiso de organización y participantes en una complicadas circunstancias coyunturales y tras un año en blanco, la regata de 2021 comenzó con la perspectiva de unas primeras 24 a 48 horas brutales. Un fuerte viento del sur y una potente corriente en contra conformaron un cóctel explosivo en forma de durísimo estado de la mar en el inicio de la travesía hacia Tasmania que pondría a prueba la resistencia de las embarcaciones y la mentalidad de los participantes.
A pesar de la exhaustiva preparación de las 88 tripulaciones que salieron de Sídney el 26 de diciembre, el escrutinio fue tan implacable que provocaba la retirada de más de un tercio de la flota. Para los que lograron pasar ese cruel primer corte, cualquier sensación de alivio duró poco, ya que la etapa final del recorrido de 628 millas náuticas (1.163 kilómetros) presentaría nuevos desafíos mentales. Un patrón meteorológico cambiante obligó a las tripulaciones a armar un complejo rompecabezas tridimensional en el agua. Cuando se navega a vela, la línea más corta entre dos puntos rara vez es una línea recta, y esta Rolex Sydney Hobart fue un claro ejemplo de ello.
Tercer título para el Ichi Ban
La victoria general tras la corrección de tiempos, la que decide al ganador absoluto de la Rolex Sydney Hobart, fue finalmente para el TP52 Ichi Ban de Matt Allen. Ganador anteriormente en 2017 y 2019, el equipo australiano se convertía así en el tercero capaz de conseguir tres títulos en la historia de la regata y en el primero en encadenar dos victorias consecutivas desde que el Freya lo consiguiera en 1965. “Es increíble formar parte de la historia de la Rolex Sydney Hobart Yacht Race”, reconoce su armador, Matt Allen. Con 31 ediciones a sus espaldas, la primera en 1980 a los 17 años de edad, se puede decir que el ex comodoro del CYCA tiene mucha experiencia en la Rolex Sydney Hobart. En su opinión, esta edición ha supuesto un completo y extenso examen de marinería: “La mayoría de las regatas a Hobart ponen a prueba a todo el barco y a la tripulación, pero creo que este año lo ha hecho probablemente más que nunca. Las condiciones de mar que vimos durante las primeras 24 horas realmente causaron grandes problemas a los barcos. Luego, tener esa situación táctica tan complicada durante el resto de la regata supuso que la toma de decisiones fuera absolutamente crítica”.
Lucha de gigantes
Mucho antes de definirse el ganador absoluto de la Rolex Sydney Hobart se libra una batalla por llegar primero a la meta. El barco que lo hace consigue la ansiada victoria en tiempo real. Este año, tres supermaxis de 100 pies de eslora (30,5 metros) protagonizaron un intenso pulso prácticamente a lo largo de todo el recorrido.
El SHK Scallywag 100 salió en cabeza de la bahía de Sídney, pero un problema con sus velas permitió que sus rivales le pasaran en el inicio de la travesía por la costa de Nueva Gales del Sur. El LawConnect intercambiaría entonces el liderazgo con el Black Jack hasta que el barco de Peter Harburg, de bandera monegasca y tripulación australiana, aprovechaba la bajada en la intensidad de viento para construir una ventaja que su rival no conseguiría neutralizar remontando el siempre complicado río Derwent hacia Hobart. Black Jack paraba el crono en dos días, 12 horas, 37 minutos y 17 segundos, muy lejos del récord establecido en 2017 por Comanche en un día, nueve horas, 15 minutos y 24 segundos, pero suficiente para entrar en el libro de oro de la regata como 76º ganador en tiempo real desde la primera edición de 1945.
La resiliencia y los logros humanos son cualidades que unen a Rolex y al deporte de la vela desde hace más de seis décadas. La 76ª Rolex Sydney Hobart Yacht Race ha demostrado una vez más que las regatas oceánicas constituyen un desafío colosal capaz de llevar al extremo la capacidad competitiva y la habilidad personal, pero sobre todo de descubrir el extraordinario poder de la perseverancia y el trabajo en equipo