De los de ocho mil kilómetros de costa que tiene Turquía, la del suroeste del país es la más atractiva y donde se concentran las principales flotas de alquiler de goletas tradicionales. Recorrerla a bordo de una de ellas es una experiencia que no se olvida.
Autora: Belén Recolons
Fotos: Archivo Aproache Yachting
Hace una treintena de años, los comerciantes y pescadores de la costa suroeste de Turquía se preocuparon de rescatar y reconvertir las tradicionales embarcaciones de pesca y cabotaje que desde siempre habían sido su modus vivendi. La proximidad de la materia prima —en concreto la madera de pino mediterráneo— y el encanto de sus costas con excelentes condiciones de navegación, junto con las posibilidades de uso de nuevos materiales y los avances tecnológicos, han permitido culminar esta tarea de rescate de las goletas tradicionales sobre las que se asienta el éxito de la costa turca como uno de los destinos estrella del turismo náutico del Mediterráneo.
Hoy existe una flota de más de 2.000 unidades, que ofrece un enorme abanico de posibilidades en cuanto a tamaños, prestaciones y por supuesto precios. Son pocas las que izan su velamen para navegar. A través de internet podemos contactar con infinidad de ellas, aunque nuestro consejo es contactar con una agencia especializada en chárter que nos orientará en la elección de la más adecuada a cada caso en función de la edad de los pasajeros, la comodidad, el presupuesto o los itinerarios.
Lasa goletas disponen desde dos hasta 18 camarotes, siendo las de cuatro o seis cabinas la oferta más amplia. La mayoría disponen de su propio baño en cada cabina, así como aire acondicionado.
Por dónde navegaremos
Bodrum es el puerto principal de la zona y donde tradicionalmente se construyen las mejores goletas de Turquía. De pasado glorioso, la antigua Halikarnaso, patria de Herodoto, es hoy una ciudad de animada vida nocturna y atmósfera bohemia que reúne a artistas e intelectuales de toda Turquía y es el punto de embarque para recorrer los golfos de Gókova o el de Hisanoru.
En el Golfo de Gokova se encuentra Sedir Adasi o Isla de Cleopatra donde se puede pasear entre sus ruinas en las que visitamos un bien conservado teatro, y una pequeña e insólita playa de arena blanca. A escasas millas al sur, la bahía de Degirmen Buku (Puerto Inglés), esconde unas calas rodeadas de pinares que llegan al mar y un par de restaurantes con un pequeño embarcadero. Yedi Adalari (Siete Islas), ofrece una decena de protegidos fondeos de aguas calmas y aspecto lacustre.
Ya en la costa norte de la península de Datça —que separa el Golfo de Kékova del de Hisanoru— encontramos varias calas en las que no hay nada más que hacer que contemplar la gama infinita de verdes y azules de una naturaleza en estado puro.
Al final de la Península de Datça y una vez doblado el faro se encuentran las ruinas de la antigua ciudad caria de Knidos, construida en honor a la diosa Afrodita, donde podemos visitar los restos de los dos puertos y su bien conservado anfiteatro con los restos de las columnas de mármol blanco.
A unas 20 millas hacia el este, la ciudad de Datça se ha convertido en el punto de recalada de navegantes. Se disfruta de una animada vida nocturna y hay varios restaurantes a tocar del mar donde se puede degustar la apreciada cocina turca, basada en productos mediterráneos con algunos toques orientales; sus casa blancas literalmente forradas de buganvillas dan un aspecto especial a esta ciudad. En lo más profundo del golfo de Hisanoru está la pacífica bahía de Keçi Buku, de extraordinaria belleza natural y protegida de viento de cualquier cuadrante. Hacia el sur —escondida en una majestuosa cala— se encuentra la ciudad de Bozburum, ideal para perderse por sus pequeñas callejuelas. En el extremo sur se encuentra una cala de aguas transparentes que bañan un par de embarcaderos al lado de unas casi intactas ruinas helénicas.
Naturaleza y fusión de culturas
A los pies de altas montañas con bosques de pinos, Mármaris se beneficia de un microclima que hace posible bañarse en invierno. En su bullicioso puerto se amarran las principales flotas de goletas. Esta costa ha sido muy golosa para numerosas civilizaciones por su ubicación y benigno clima. Muestra de ello son los innumerables restos arqueológicos que podemos contemplar a los largo de la costa: pinturas rupestres, sarcófagos y tumbas licias, vestigios de la cultura de los carios, restos de teatros griegos y romanos y mosaicos bizantinos.
Zarpando de Mármaris podemos optar por ir hacia Gocek y Fethiye el este o dirección Bodrum al oeste.
Tanto Gocek como Fethiye están ubicadas en el golfo de Fetihe, a los pies de altas montañas y bosques de pinos, con innumerables restos arqueológicos, a lo largo de sus costas que alternan acantilados con playas de arena.
Al zarpar de Gocek o Fethiye, contemplando la belleza natural con que nos deleita su bahía, podemos optar por ir hacia el oeste o bien hacia el este: Kas Kalkan y golfo de Kekova. Apenas dos millas nos separan de la primera de las innumerables verdes calas e islitas —como Domuz y Tersane— que hay frente del pueblecito de Gocek. Es una navegación muy placentera por estar al resguardo de los vientos predominantes y en aguas muy tranquilas donde el fondeo amarrados con un cabo a tierra es lo más usual y nos permite disfrutar de atardeceres de ensueño, inmersos en una calma y silencio tan solo roto por el chasquido de los peces y los cantos de los pájaros.
La ciudad de Fethiye es más cosmopolita, pero merece una visita para pasear por el mercado y el bazar, disfrutar de un baño turco y sobre todo contemplar las tumbas licias esculpidas en altas rocas.
Una vez fuera de la bahía, merece una visita la isla de Gemiler que, de difícil localización por estar solapada con las montañas, aún conserva restos de antiguas civilizaciones, especialmente la bizantina. A un par de millas, Olü Deniz es una playa de arena blanca muy concurrida pero de espectacular belleza.
Siguiendo la costa hacia oriente, y después de pasar los siete cabos y cerca de 10 millas de playa de arena, que esconde las ruinas de Patara en la que fue la antigua capital Licia, Xanthos, llegamos a Kalkan y Kas, dos pueblos que trepan desde al mar hacia la montaña por angostas callejuelas llenas de vida y adornadas de flores multicolores. Desde alguna de sus terrazas podremos disfrutar de unas bellísimas vistas al mar e incluso divisar la remota isla Griega de Kastellorizio, Megysti para los turcos.
Sin duda el paraje estrella de esta singladura es el llegar a la Isla de Kékova (Tierra del Sol), rodeada de un paraje de pintorescos islotes y bahías. Diversos terremotos han hecho que algunas casas quedaran hundidas en sus aguas cristalinas.
En definitiva, una semana o diez días de navegación por estas aguas nos permitirán fundirnos en la belleza de un paisaje exuberante y poco concurrido, disfrutar de una excepcional gastronomía y, por encima de todo, conocer el sentir de un pueblo tradicionalmente hospitalario que dejará un recuerdo imborrable en el navegante que visite estas costas.
La comida a bordo
Uno de los placeres a bordo que no deja indiferente a nadie es la excelente cocina turca. Los turcos muestran su gastronomía como una de las grandes virtudes del país y no es para menos. Mezcla de cocina oriental y mediterránea, da como resultado una insólita combinación elaborada a base de productos frescos: verduras, hortalizas, pescado, carnes —principalmente cordero o pollo—, derivados lácticos y su excepcional aceite de oliva virgen.
Todas las comidas van acompañadas por sus mezeles (tapas) y fruta del tiempo como postre para finalizar con cualquier tipo de su elaborada repostería, en especial el delicioso pastel de hojaldre con miel, pistachos o nueces llamado baklava. Turquía es uno los pocos rincones del Mediterráneo donde los tomates aún saben a tomate, las sandías o karpuzi son especialmente dulces, y las avellanas y los pistachos superan su condición de fruto seco y se convierten en una delicia de gourmet.
Alquilar una goleta en Turquía, todas las claves
Salvador Capeta es el director de la empresa Aproache Yacht Charter (www.aproache.com), especializada en la organización de aventuras y planes en veleros, yates a motor, catamaranes y goletas en Grecia y Turquía, para personas o grupos, y uno de los mejores conocedores de la costa turca y de sus posibilidades como destino de chárter. Con él hemos hablado de aspectos que hay que conocer antes de emprender un chárter en goleta.
-¿Quién puede emprender un chárter en Turquía?
Todos. El tipo de embarcación y el destino son ideales para vacaciones familiares. No importa la edad: desde niños a personas de edad avanzada.
¿Cuál es la capacidad de una goleta?
Entre 6 y 24 personas alojadas en cabinas dobles, con aire acondicionado y que disponen de su propio baño/aseo.
¿Qué cubre el contrato?
La embarcación, tripulación, derechos de puertos en Turquía, combustible diario, impuestos y seguros.
¿Qué documentación se necesita?
El contrato de alquiler y tramitar el visado.
¿Los recorridos son flexibles?
Totalmente. En función de las preferencias de los pasajeros se pernocta fondeado en una cala o amarrado en puerto. Nosotros les asesoramos de los lugares mas interesantes en cada zona y, durante el viaje, lo van decidiendo junto con el capitán en función de sus preferencias y de las condiciones meteorológicas.
¿Qué coste aproximado de alquiler se debe calcular para una semana?
Desde 800 hasta 2.500 euros /persona semana, dependiendo del tipo de goleta.
¿Qué gastos mínimos por persona, aparte del alquiler, en términos generales se deben calcular?
El desplazamiento hasta el puerto de embarque: vuelos, traslados aeropuerto/puerto y propinas: aproximadamente 600-800 euros por persona, gastos en tierra (restaurantes, museos, ocio…aparte.
Dos familias nos cuentan su experiencia
Familia Quintana: “Son unas vacaciones muy relajadas y con mucha convivencia”
Goleta: Prennes Salin.
Zona: Gozek.
Personas a bordo: 13
Época: agosto
Duración: seis días
Por qué elegisteis un chárter en Turquía? Conocíamos de otros años Croacia y las islas Eólicas y nos parecía un destino muy atractivo.
¿Cómo transcurre un día normal a bordo?
Nos despertábamos cada uno cuando quería, primer baño, desayuno y navegábamos hasta otro punto del destino. Al atardecer aprovechábamos para disfrutar del lugar. El ritmo es muy tranquilo, y para mí las mejores vacaciones. Es una manera estupenda de convivir con la familia y los amigos
¿Una semana es suficiente?
Es el tiempo ideal para pensar que quieres volver.
¿Quién escogía las rutas o los lugares a visitar?
Normalmente la tripulación, pero consultando con nosotros y tomando juntos las decisiones.
¿Da tiempo para disfrutar de las estancias en tierra?
Es suficiente. Ves lo justo y estás tan bien en el barco que quieres volver.
¿ Llevabais niños a bordo? ¿Cómo fue su experiencia?
Llevábamos más bien juventud, de 15 a 24 años. Salían alguna noche con la tripulación y estaban encantados.
¿Qué necesidades cubre la tripulación?
En nuestro caso lo cubría todo: comida, limpieza… La tripulación era extremadamente amable y es todo un lujo.
¿La navegación y la maniobra son participativas?
Si querías sí. Si no, lo hacen ellos sigilosamente de forma que no te enteras.
¿Qué aspectos destacaríais de la experiencia?
Son sobre todo unas vacaciones muy relajadas y con mucha convivencia.
¿Cómo valoráis la experiencia desde el punto de vista precio-calidad/servicios?
Muy correcto porque está todo incluido y no vale la pena hacer gastos fuera. Lo mejor, la goleta.
Familia Aubert: ” Unas reales vacaciones “
Goleta: Jasmin I
Zona: entre Bodrum y el golfo de Kekova.
Personas a bordo: 7
Época: junio
Duración: siete días
¿Qué destacaríais de vuestra experiencia a bordo?
La amabilidad de las tripulaciones, la limpieza y la buena mesa turca.
¿Cómo es el día a día en una goleta?
Baños de agua y sol, navegar unas cuatro horas al día a motor y vela cuando es posible, tranquilidad, relax, servicio constante de refrescos o cosas para picar, buenas siestas a la sombra de los toldos, agradables paseos por los lugares donde paras, lectura, música, buenas tertulias… El desayuno es copioso, el almuerzo ligero y la cena espléndida.
¿Cuántos días se necesitan?
Siete o diez días, pero una semana se hace muy corta.
¿Decidíais vosotros a dónde ir y qué ver?
Las decisiones se tomaban a juicio del capitán, entre nosotros y teniendo en cuenta la previsión del tiempo. Los planes los hacíamos a diario después del desayuno.
¿Navegar da tiempo para visitar tierra firme?
Todo el tiempo que se solicita.
¿Es una experiencia adecuada para niños?
Totalmente. Para ellos fue más que fantástica.
¿Qué actividades náuticas se pueden practicar?
Pesca, esquí acuático, kayacs, nadar, bucear…
¿Qué necesidades cubre la tripulación?
Lo cubre todo, incluso si necesitas médico o urgencia para regresar a casa.
¿Participabais de las tareas de maniobra?
Normalmente no.
¿Cómo valorarías la experiencia?
Son unas reales vacaciones.
¿Y la relación precio-calidad?
Muy correcta.
Siete días de navegación
Un ejemplo de itinerario: De Bodrum a Hisaronu Korfezi y regreso
Hisaronu Korfezi significa el Golfo de las Fortalezas en referencia a los numerosos antiguos fuertes medievales ubicados en las cimas de las colinas que rodean el golfo.
Día 1. Bodrum — Knidos
Bodrum es una bulliciosa ciudad con una atmósfera bohemia de animada vida nocturna. El puerto está dominado por el espectacular Castillo de San Pedro. Excelentes restaurantes, bares y en el casco antiguo pequeñas callejuelas que albergan la zona comercial.
En Knidos se fondea enfrente del que fue antiguamente su puerto. Ruinas helénicas, romanas y bizantinas de templos y teatros se dispersan por las lomas de las montañas que lo rodean.
Día 2. Knidos — Datca
Bonito puertecito cuya tranquilidad durante el día contrastra con la animada noche de sus pocos aunque bulliciosos bares, Datca destaca por la gran oferta existente de alfombras, tapices y bisutería. Se puede fondear en la bahía o amarrar en el pantalán del puerto.
Día 3. Datca — Bencik
El pasaje se transforma en tierras rojizas y rocosas recubiertas de pinos. Es la zona más estrecha de la península Dórica.
Día 4. Bencik — Keci Buku y Orhaniye
Keci Buku es una gran bahía con ruinas de una iglesia bizantina a su entrada y un islote con restos de un fuerte también Bizantino. Rodeada de bosques siempre verdes de pinos y ruinas medievales en la población de Orhaniye. Se fondea con cabo a tierra.
Día 5. Keci Buku — Bozburun
Antiguamente fue uno de los centros más importantes de pescadores de esponjas; actualmente se han instalado numerosos astilleros que construyen las modernas goletas para fines turísticos. Atractivo pueblecito con bares, restaurantes y pequeñas tiendas al borde del mar.
Día 6. Bozburun — Palamut
Ya de regreso, a unas cinco millas al este de Knidos, el pequeño puerto de Palamut está rodeado de lomas rocosas que contrastan con el frondoso y verde valle que hay en su parte posterior. Tranquilo y relajado lugar muy apreciado por los navegantes. Agua cristalina y playa de arena blanca.
Día 7. Palamut — Bodrum