La Ocean Globe Race conmemora los 50 años de la primera Whitbread, sin GPS ni medios digitales
Autor: Kiku Cusí
A finales de agosto y principios de setiembre se ponen en marcha dos nuevas vueltas al mundo dirigidas a navegantes aficionados. Nada que ver con los profesionales del mundo Imoca y aún menos con los Ultim, que arrancarán su primera circunnavegación en solitario el próximo enero.
Hablamos de navegantes corrientes y molientes, si corriente y moliente es un navegante que se plantea dar la vuelta al mundo, sea con tripulación y escalas, sea en solitario y sin escalas. Porque hay las dos modalidades.
El 10 de setiembre zarpa de Southampton la Ocean Globe Race, que quiere celebrar y rememorar el 50 aniversario de la primera Whitbread, reconvertida actualmente en la Ocean Race. Pero en lugar de cinco participantes como ha tenido esta en su última edición, en la línea de salida de la OGR se esperan 14 barcos. Entre ellos figuran veleros con tanto pedigrí como el Maiden, el Pen Duick VI o l’Esprit d’Équipe, y el White Shadow, un Swan 57 de 1977 que navega con el gallardete del Reial Club Marítim de Barcelona.
Estos 14 barcos se dividen en tres clases, Adventure, Sayula y Flyer, de menor a mayor: hasta 55 pies, y de 55 a 65 pies las dos primeras; la tercera está reservada a barcos que hayan participado en alguna de las tres primeras ediciones de la Whitbread.
El White Shadow es un proyecto nacido y forjado en el Marítim de Barcelona
Las clases Adventure y Sayula están reservadas a barcos de serie, construidos en fibra de vidrio y diseñados antes de 1988. Y, como ya es tradicional en las vueltas al mundo organizadas por el australiano Don Mc Intyre (el fundador de la Globe Ocean Race, vuelta al mundo en solitario sin escalas), están prohibidas las ayudas digitales a la navegación, desde el GPS a las computadoras, pasando por los materiales de alta tecnología. ¡Viva la navegación con sextante y cartas de papel!Y viva también el recorrido clásico: bajada del Atlántico de Gran Bretaña a Sudáfrica, Índico Sur hasta Auckland, Pacífico Sur con destino a Punta del Este y retorno a Southampton.
Dos proyectos en uno
El White Shadow es el fruto de la confluencia de dos proyectos distintos: por un lado, los ministas Marc Miró y Guillermo Cañardo soñaban con participar en la OGR; y este era también el objetivo del francés afincado en Barcelona Jean-Christophe Petit. Cuando unieron fuerzas, sus sueños empezaron a convertirse en realidad.
Se trata de un equipo absolutamente amateur, donde todos sus integrantes contribuyen a los gastos, a razón de algo más de 3.000 euros por persona y etapa, además de muchas horas de dedicación en la preparación, incluido el refit del barco. Ha sido un año de muchas reuniones, entrenamientos, trabajo a bordo y conjunción de personalidades muy distintas: distintas procedencias, distintas profesiones, distintas edades, distintas experiencias de navegación… “Todo esto lo hace muy interesante; y todos coincidimos en los objetivos y valores del equipo; estamos empoderando la diversidad,” asegura Petit, armador y patrón después de que Marc Miró se haya visto forzado a quedarse en tierra por motivos de fuerza mayor.
La baja de Miró a última hora ha sido un duro golpe, tanto para él como para el equipo. El patrón ve esfumarse un sueño al que ha dedicado estos últimos cuatro años y la tripulación se queda sin uno de sus líderes naturales, además del máximo responsable de la navegación astronómica y de la meteorología a bordo.
“Estamos tristes, pero esto nos ha unido aún más como equipo. Marc seguirá ayudándonos, pero tendrá que hacerlo desde tierra”, ha asegurado Petit a Náutica&Yates.
Salidas escalonadas desde A Coruña
La otra gran vuelta al mundo destinada a los navegantes amateurs es la Global Solo Challenge (GSC), en solitario, sin escalas, con salida y llegada en A Coruña. Su organizador, el italiano Marco Nannini, se dirige a quienes sueñan con circunnavegar el planeta en solitario, pero ni tienen los medios para correr la Vendée Globe, ni quieren hacerlo sin contar con las modernas ayudas a la navegación, como exige la Golden Globe Race.
La Solo Global Challenge es una circunnavegación en solitario, sin escalas y salida inversa.
Otra característica de la GSC es que la salida de los participantes se dará a lo largo de cuatro meses y medio en orden inverso a la velocidad teórica de sus barcos. De esta forma, el orden de llegada determinará directamente la clasificación final. El último en iniciar el recorrido será Volkan Kaan Yemlihaoğlu, que zarpará el 6 de enero en un VOR70 diseñado por Juan K. En aquel momento, David Hughes a bordo de un Sparkman&Stephens de 34 pies, e Ivan Imov, en un Endurance 37, deberían estar ya en el océano Austral, con la mitad de la vuelta al mundo en su estela, tras 136 días de navegación.
Juan Merediz, único español
En el momento de cerrar esta edición había 22 inscritos en la regata, entre ellos el español Juan Merediz. Tras cubrir las 2.000 millas de cualificación, seguía pendiente de completar el presupuesto necesario para fabricar las velas que le faltan y el equipo de seguridad exigido por la organización. Merediz, que participó en la Barcelona World Race a bordo del Central Lechera Asturiana, navega en un Class 40 y debería zarpar el 28 de octubre, junto con otros nueve participantes en esta novedosa circunnavegación.