TRUCOS – Albert Puerto
El concepto de obra viva es asimilable a parte sumergida del barco, mientras que obra muerta se refiere a la parte aérea. A grandes rasgos, las embarcaciones propulsadas a motor y los veleros presentan una distribución distinta de obra viva y muerta, por lo que su respuesta ante el viento es diferente.
La sección longitudinal de un barco a motor se caracteriza por el poco calado, la ausencia de apéndices, el tamaño reducido de timones y gran francobordo con superestructura. En las maniobras la considerable superficie expuesta al viento produce un gran abatimiento, alejando muy lentamente la proa del viento. Gracias a la doble motorización se puede mantener la proa en buena dirección, pero no detener el abatimiento de toda la embarcación. Al atracar de popa el problema principal es el abatimiento general del barco.
Los veleros incrementan la obra viva, con la aparición de apéndices y aumentando la pala de timón, y reducen la obra muerta. En las maniobras abaten menos que los de motor, pero su proa cae rápidamente respecto al viento. Al disponer de solo una motorización padece del efecto de caída. Al atracar de popa el principal problema radica en la caída a sotavento de la proa del barco por efecto del viento y al giro de la propia embarcación por el efecto de contar con una sola hélice.