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Iluminación a bordo
[EQUIPO]
del azul y el amarillo produce
una luz blanquecina denominada
«luz de luna» consiguiendo alta
luminosidad con lo cual se ha
ampliado su utilización en sistemas
de iluminación.
Dentro de la caperuza de plástico
de un diodo led hay un material
semiconductor. Cuando se aplica
una pequeña corriente eléctrica,
emite luz, sin producir calor y con
un color definido. El color puede
ser incluso invisible para el ojo
humano, como los led infrarrojos
que hay en el mando a distancia
del televisor.
Fíjense que hemos comentado
“pequeña corriente eléctrica”
y “sin calor”. El led precisa de
mucha menos energía eléctrica
que otros sistemas de iluminación
para generar la misma cantidad
de luz. Su rendimiento es unas
1,7 veces superior a la de una
lámpara fluorescente de la misma
potencia y unas 11,5 veces superior
al de una lámpara incandescente
normal. Todo ello sin desprender
calor. Efectivamente, una lámpara
convencional utiliza en emitir luz
solo una parte de la energía que
recibe, mientras que el resto se
“pierde” en forma de calor. Basta
acercarse a una bombilla o a una
lámpara halógena para darse cuenta
de inmediato. Al no desprender
calor tampoco se produce el
calentamiento de los materiales
contiguos a la lámpara led ni se
caldea el ambiente de la habitación
donde se instala. Además, su
duración es muy superior y su
calidad es permanente durante
toda su vida útil, con lo cual los
sistemas de iluminación por leds
tienen no ya el futuro, sino el
presente asegurado.
Claro que tampoco hay que
hacerse muchas ilusiones, pues las
primeras lámparas incandescentes
también tenían una vida útil
ilimitada; tanto era así, que
determinados fabricantes se
pusieron de acuerdo muy pronto
en limitar su vida útil a 1.000
horas, de otro modo no podrían
seguir vendiendo bombillas. Es
lo que se denomina obsolescencia
programada, es decir, fabricar
bienes de consumo con una vida
útil expresamente limitada.
Los ledes también resultan
más eficaces que las lámparas
de bajo consumo y son además
más respetuosas con el medio
ambiente, pues las lámparas de
bajo consumo suelen precisar
del mercurio para su fabricación,
metal que es muy contaminante,
lo cual afecta el proceso de
fabricación y, sobre todo, cuando
se desechan finalizada su vida útil.
Los diodos rojos y verdes eran
muy fáciles y baratos de producir,
pero los azules no, hasta que
en 1993 el investigador Shuji
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La
proliferación
de los
ledes se ha
extendido
prácticamente
a la
totalidad del
equipamiento
electrónico de
a bordo.
Nakamura (Premio Nobel de
Física 2014) consiguió un proceso
más barato de fabricación. Eso
abrió la puerta, progresivamente, a
toda clase de pantallas de equipos
electrónicos y a la utilización del
color de la fuente de luz en la
decoración de interiores. Otra de
las ventajas de los ledes es que
se encienden y apagan de forma
inmediata, tantas veces como
sea necesario, esfuerzo al que
no pueden ser sometidos otros
sistemas de iluminación.
ELEGIR LEDES
A la hora de elegir los ledes para
su aplicación en el barco o en
el hogar, es posible diferenciar
tres situaciones: la sustitución
progresiva, la sustitución total y
los nuevos proyectos.
Los ledes
encontraron
un gran
uso como
sustitución de
las lámparas
halógenas,
pero hoy
su uso es
general.
Una
espectacular
aplicación
de los ledes:
iluminar el
fondo del
casco.
Los primeros
ledes rojos
llevan años
instalados
en la
náutica.
En la
imagen, los
indicadores
de unos
flaps.